Este mes, la verdad, no tiene muy buena fama. Que si la cuesta de enero, que si el blue Monday… Menos mal que hay rebajas… Pero no para nosotros ¿Verdad? Para nosotros es el mes superespecial (Con permiso de mayo, jeje). ¿A que sí, familia salesiana?
Este mes está lleno de celebraciones que nos recuerdan nuestra identidad y nos reafirman en nuestra espiritualidad.
Por si hay algún despistado o despistada en nuestras filas – Ya me extraña- Vamos a recordar por qué es tan importante para los salesianos:
Es nuestro mes estrella en cuanto a santos se refiere:
En primer lugar, las dos grandes figuras de nuestro ranking (Perdón de nuevo, Madre, pero es que tú juegas en otra liga).
San Francisco de Sales (el 24 de enero; es decir ¡ya!): Ese santo por el que llevamos el nombre y del que Don Bosco se enamoró por su dulzura y estilo pastoral. “Todo por amor, nada por la fuerza”. (A ver si se nos pega algo)
Y tatatachán…
Nuestro San Juan Bosco el 31 (¿Hace falta decirlo?): ¡El jefe! Nuestro querido fundador, el padre y maestro de la juventud. Cerramos el mes con broche de oro. ¿Qué decir? Lo que nos dijo Don Viganó “¡Seamos imitadores de Don Bosco como él lo fue de Cristo!”, repitiendo lo que el mismo Don Bosco decía copiando a San Pablo.
Pero esperen, ¡que hay más! Enero nos trae más fiestas… Otros santos y beatos de nuestra familia:
El 8 de enero el salesiano eslovaco Titus Zeman, Beato.
El 15, el salesiano italiano Luis Variara, Beato.
El 30, el salesiano polaco Bronislao Markiewicz, Beato.
Y el 22, la chilena Laura Vicuña, Beata de apellido: adolescente.
Esa muchacha valiente… La he dejado para el final por… por muchas razones. Por su edad, por su coherencia, por su capacidad de amor y sacrificio… considerada por la Iglesia mártir protectora de la familia. Como antigua alumna, la llevo en el corazón.
Sí, ya lo sé, algunos ya han pasado; pero ¿conocemos su vida? ¿por qué pueden ser para nosotros modelos de santidad a nuestro estilo salesiano? Pues ya tenemos deberes para este año. Acercarnos a ellos… e imitarlos un poquito.
Lo que podamos. Recordemos que nuestra santidad salesiana no consiste en hacer cosas extraordinarias (que tampoco está mal); sino, sobre todo en hacer las cosas ordinarias con un amor extraordinario. Allá donde estemos podemos ser santos «de la puerta de al lado»
Y ¡cuidado! ¡A prepararse! Porque en febrero seguimos: San Luis Versiglia y San Calixto Caravario… y demás.
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