Si un volcán, una inundación, un terremoto, huracán o sunami… fuera a arrasar tu casa y tuvieras únicamente quince minutos para recoger tus cosas, qué te llevarías: ¿dinero, libros, colchones, recuerdos de tus padres? ¿Ordenador, móvil, altavoces, tele? ¿Ropa, vestidos, alimentos? ¿Utensilios cocina, mascotas? ¿Qué te llevarías?
Un día te diagnostican cáncer de pulmón, ya que eras un gran fumador. Pronto dejarás el mundo, familia, amistades. ¿Con qué te quedarías? ¿Qué herencia quisieras haber dejado a los tuyos?
Un viejo amigo, antiguo alumno mío, Alberto, de Alicante y por WhatsApp, un día me preguntó, que qué tal estaba, si iba bien de salud ya que esto es lo más importante… Sus palabras textuales fueron: “Cómo estás? Seguro que bien de salud, que es lo principal y más importante”
Mi respuesta fue: lo más importante es el amor, no la salud. Cuando yo me vaya quiero dejar una huella, una pisada, la del amor, ya que el amor lo puede todo: ”amor vincit omnia”. Esa quiero que sea mi herencia.
Y de nuevo recibí esta contestación: “Sí esa huella es la que quieres dejar, puedes estar tranquilo, la dejaste ya presente en muchas personas. Un abrazo”.
Por qué no pararnos un momento para dar una respuesta y decir qué te llevarías en el caso primero, en el del volcán, terremoto, inundación…
Y antes de dejar este mundo, ¿cuál sería la herencia que quisieras dejar a los tuyos?
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