Ahora que se acerca el tiempo del descanso escolar, son muchos los aspectos que cambian respecto del curso, pero… en la familia, uno no se coge “vacaciones” de ser madre o padre, ¿verdad? No se deja de educar en verano.
Es más, se trata de una época propicia, porque se pasa más tiempo juntos y eso propicia el mantener activos los aspectos puramente educativos y poder relajar los meramente instrumentales, escolares…
En #12Básicos para Educar, somos totalmente partidarios de que el periodo de las vacaciones escolares tiene que ser claramente una época distinta en la que no quiere decirse que no se aprenda, se aprenderá mucho, pero de otra manera (no deberíamos prolongar la manera escolar con actividades llamadas de repaso).
Ejemplos de posibles actividades alternativas al repaso: Teatro; “Mini emprendedores”: zumos o pulseras, etc.; Diario de verano en ScrapBooking.
Pero también naturaleza, cultura, historia, deporte, retos, “aburrirse”… todo al alcance (y offline). Y por descontado, todas cosas sencillas y en familia.
Por lo tanto, una de las mejores cosas que puedes educar en esta época será la creatividad, pensamiento lateral, innovación, expresión oral y gestual… valores que son muy necesarios en un mundo en constante cambio y que, durante el curso, no suelen caber en las agendas escolares.
Todo ello unido a la búsqueda de su elemento, aquello en lo que nuestras hijas e hijos puedan desarrollarse al máximo en sus capacidades y talentos.
El verano es un tiempo ideal para educar
Un tiempo ideal también para profundizar en la tarea de educar en la responsabilidad. Si les alientas a pensar por ellos mismos, tomarán algunas decisiones y, si les ayudas a comprometerse con ellas, serán responsables de las decisiones tomadas.
Aprovecha este momento del año para establecer hábitos de ayuda, de colaboración, de solidaridad con otros hermanos o familiares: poner la mesa, ordenar su cuarto y hacerse la cama, atender a los hermanos más pequeños en juegos y pasatiempos, etc.
Fuente: Boletín Salesiano
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