La forma de acceder a la información ha cambiado en los últimos años. Los medios digitales ya no compiten sólo entre el papel y lo digital, sino también entre ellos para posicionarse en Google y en los hábitos de los lectores. ¿Te has preguntado alguna vez cómo se financia un medio digital? Algunos lo hacen a través de cuotas y tienen servicios premium para los afiliados, pero la mayoría lo hace a través de la publicidad que aparece en la pantalla y se paga a golpe de clic. Es decir, un medio recibe más dinero de publicidad cuantas más visitas tenga. Esto hace que nos movamos en un terreno complejo, no hay que olvidar que al final los medios de comunicación son un negocio y necesitan beneficios. Por ello, buscan la manera de atraer a gente a su página, uno de los trucos que tienen es el clickbait.
¿Qué es el clickbait?
El clickbait, que puede ser traducido al español como “ciberanzuelo”, es la manera en que los medios tratan de atraer público a través de titulares sensacionalistas. Sin embargo, en un mundo donde la información va y viene dosificada en titulares, el clickbait puede hacernos creer cosas que realmente no son ciertas. Aunque es un término antiguo, acuñado en 1999, no se popularizó hasta 2010 y aún hoy nos cuesta reconocerlo. Estamos acostumbrados a verlo en las redes sociales con expresiones como: “No vas a creer lo que…”, “Lo que vas a ver a continuación te sorprenderá…”; “Lo nunca visto en…”, “Nadie se imaginaba lo que pasaría cuando…”.
¿Qué podemos hacer?
La primera clave es tener un enfoque crítico con los contenidos digitales. De la misma manera que sabemos reconocer las diferencias entre un texto literario y uno periodístico, tenemos que aprender a leer críticamente en la era digital, entender que en la red hay contenidos informativos y otros son de mero entretenimiento. Aprender a distinguir entre los titulares que son relevantes y los que son deliberadamente provocativos. Es una realidad que un titular diseñado para provocar un clic será muy sensacionalista, entonces ¿por qué seguimos cayendo en ello?
Te propongo bucear en la red un día cualquiera e identificar qué contenidos son importantes para ti y cuáles no, además de identificar en los medios digitales qué contenidos pertenecen al propio medio y cuales conducen a otros sitios web no informativos. Para ello, lleva la cuenta del número de veces que te encuentras con titulares sensacionalistas y las veces que picas en el anzuelo. Este ejercicio debería ayudarnos a saber el tiempo que pasamos leyendo contenidos sensacionalistas.
Otra clave es evaluar las fuentes de información que recibimos a través de las redes sociales, incluida WhatsApp. El hecho de que un artículo aparezca en una red social no significa que sea cierto. No podemos dar por cierta cualquier información que nos llega.
Fuente: Boletín Salesiano
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