Mujeres, hombres y viceversa

El Rincón de Mamá Margarita

8 marzo 2019

Y así, poco a poco, el viernes es 8 de marzo. Día de la Mujer Trabajadora. Recuerdo de un hecho terrible, de esos que nunca deberían haber pasado, ni deberían volver a repetirse. Y aquí, en el autobús, en uno de mis incontables viajes, me he puesto a pensar en ello.

Mujer y trabajadora… ¿Acaso hay alguna que no lo sea? Fijo que sí. Pues en el mundo hay bastantes personas que tienen la suerte de tener a su disposición a otras que le hagan los trabajos, y vivir así de una forma tranquila y desahogada. Mujer trabajadora soy yo, que no pertenezco a ese pequeño porcentaje… ¿Por qué he llegado hasta aquí? ¿Cómo he llegado a serlo? Creo que porque yo he tenido la suerte de no haber sentido ninguna cortapisa en mi camino.

Y he vuelto al principio y he ido desgranando mi trayectoria. Las personas que me acompañaron o, mejor decir, me impulsaron. Mis abuelos, que animaron a su hija, mi madre, a hacerse maestra. Mi madre, que siguió trabajando toda su vida; cosa natural en nuestra casa. Mi abuela paterna, mujer de armas tomar y que trabajó y trabajó hasta el final. Mi padre, animador por excelencia. Animó a su mujer a montar su negocio, a sus hijas a estudiar, a escribir libros, a conducir y a pilotar aviones, no; porque no había presupuesto. Mis educadores-hombres y mujeres-que me miraron siempre con buenos ojos y me dijeron que en mí no había límites; que siguiera mis pasiones.(Buenas ¿eh?)… En mis amigos/as y compañeros/as de fatigas. Nunca percibí diferencias entre unas y otros por el hecho del sexo con el que habíamos nacido; ni en las juergas, ni en los campamentos, ni en las mil guerras que hemos vivido juntos… Los salesianos y salesianas que vieron en mí, mi alma y me han ofrecido continuamente su aliento y su confianza…Y ¿mi pareja? ¿Qué puedo decir de la persona que se quedó en casa cuidando a nuestros hijos y haciéndolo mil veces mejor que yo lo hubiera hecho? Mi pilar, mi compinche, mi «alter ego»… Y ¿qué puedo decir de mis hijos, hombres los dos? Que, por la cuenta que les trae, espero que sigan mirando a cada persona como lo que son: personas.

Porque eso es lo que me he ido encontrando a lo largo de mi camino: personas. Hombres, mujeres o viceversa ¿Qué más da! Personas que miraron a los otros como personas. Y eso ¿de dónde viene? ¿se alinearon los planetas cuando yo nací? Yo creo que es fruto de haber tenido la suerte de escuchar la Buena Noticia de Jesús: todos somos diferentes, pero todos iguales. Hombres, mujeres, altos y bajos, del norte y del sur…

Por eso, en este 8 de marzo, quiero brindar por todas estas personas que miran al alma y tratan de hacer a los demás la vida más fácil con su generosidad. Y, sobre todo, por todos los hombres de mi vida, que son incontables, y han hecho esto conmigo. ¡Va por vosotros! ¡Feliz 8 de marzo, compañeros!

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

También te puede interesar…

Los 10.000 pasos

Los 10.000 pasos

¿No andas 10.000 pasos al día? ¿No te controlas con tu reloj inteligente o tu teléfono móvil? Pues quizá te hayas dado cuenta realmente de lo importante… en el artículo te lo contamos.

El sistema preventivo

El sistema preventivo

Una melodía para la educación Nací durante la noche. Mi cuna fueron trece páginas de un sencillo cuaderno. Los trazos...