Navidad

25 de diciembre

EVANGELIO (Juan 1,1-18)

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios […]. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió […]. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios […]. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros […] 

La Misa del Domingo

Propuesta de Homilía para el día de Navidad, realizada por Koldo Gutiérrez, sdb

Propuesta de oración diaria a partir del evangelio dominical, elaborada por la Pastoral Juvenil SSM

Tiempo interior

Dedica un tiempo de reflexión al comentario del Evangelio en Tiempo Interior, con José J. Gómez.

«No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu hablará por vosotros.»

Película

Si naciste más allá del 98, probablemente te suene extraño esto que vamos a decir pero… hubo una época en la que Johnny Depp molaba de verdad. Una de sus primeras películas es este clásico navideño, en el que encarna a un pobre muchacho-experimento fallido con cuchillas en vez de dedos.

CATEQUESIS

Anoche leíamos el relato del nacimiento de Jesús tal como lo narra san Lucas. En la misa del gallo (o la eucarisơ a que haga sus veces, dadas las normas actuales de seguridad sanitaria) vivimos cómo los pastores fueron a Belén y encontraron al niño tal y como les habían dicho: junto a su madre, una humilde muchacha que guardaba en el corazón las cosas tan grandes que Dios manifestaba. Junto a María estaba José, un humilde trabajador que debía velar por ambos. Un niño que ha nacido no está sentado en un trono de grandeza y poder, sino en la humilde cueva, rodeado por unos mansos animales que acompañan a los pobres y a los humildes. Así se nos muestra Dios y revela su victoria: sin la prepotencia de los conquistadores ni la violencia de los poderosos. Sin armas y sin ejércitos. No provoca gritos de terror ni sollozos de angusƟ a. Ante su presencia, en un recién nacido, ángeles y pastores rompen a cantar de alegría. Hoy leemos el prólogo del evangelio de san Juan. Nos dice que la Palabra de Dios ha puesto su morada entre nosotros, como si fuera un humilde pastor nómada del desierto que arma su Ɵ enda entre las ovejas del rebaño, para iluminarlas con la luz de su presencia que aleja las Ɵ nieblas. Nuestro corazón sólo puede albergar senƟ mientos de alegría en este día. Gozo por la cercanía amorosa de Dios, por la salvación y el perdón que nos ofrece tan gratuita y desinteresadamente. Porque nos revela que su voluntad no es otra que nuestra felicidad.

VIERNES · NAVIDAD B IMÁGENES de la BIBLIA La actual situación de pandemia que vivimos nos puede ayudar a poner el acento en los valores profundos de la existencia. Tal vez nos habíamos volcado en cosas y objetos deseables, promocionados por una sociedad de consumo… y tal vez nos habíamos olvidado de los pequeños gestos, del afecto y la ternura, de la solidaridad y la entrega generosa… Es decir, de aquello que es esencial. Nuestra sociedad puede estar orgullosa de sus logros y progresos. Hemos puesto nuestra confi anza en los progresos cienơ fi cos y en la tecnología. Tal vez nos hemos olvidado de progresar en lo éƟ co. Lo triste es que desarrollo y progreso son tan sólo para un número reducido de la humanidad. Una gran mayoría de seres humanos, por culpa del egoísmo y la codicia de unos pocos, sufren muchos males. Y también sufre el planeta Tierra, someƟ do a una explotación insostenible, con efectos devastadores para los más pobres del planeta. Los crisƟ anos, al celebrar el nacimiento de nuestro salvador, tenemos que comprometernos a comparƟ r con todos la alegría que hoy nos embarga, haciendo de cada una de nuestras vidas un tesƟ – monio del amor de Dios; el amor que se nos ha manifestado de forma tan espléndida. Un amor que da vida y trae paz, que cura y consuela, que perdona y acoge. La Palabra se ha hecho carne y ha acampado entre nosotros