Navidad
29 de diciembreEVANGELIO (Lucas 2,22-40)
Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor […]. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu Santo, fue al templo.
Cuando entraban con el Niño Jesús sus padres (para cumplir con él lo previsto por la ley), Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo, Israel».
Tiempo interior
Dedica un tiempo de reflexión al comentario del Evangelio en Tiempo Interior, con José J. Gómez.
La Misa del Domingo
Homilía para la Festividad de la Sagrada Familia. Propuesta por Mateo González Alonso, sdb
Misa con Niños
Guión para vivir la Misa con Niños para el día de la Sagrada Familia, propuesto por Iñaki Lete, sdb
«Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador […]»
Un padre en apuros
