2025: un año junto a los jóvenes  

10 diciembre 2025

Este 2025, el año que ahora concluye, ha sido un año intenso para la Iglesia y para la Familia Salesiana, un tiempo en el que la esperanza se ha abierto paso incluso en medio de dificultades. El Año Jubilar nos invitó a recuperar lo esencial: confiar, agradecer y convertirnos en sembradores de esperanza en un mundo necesitado de luz. Un año que comenzó invitándonos a levantar la mirada y termina recordándonos que los sueños de Dios siguen en marcha.

El Año Jubilar ha marcado todo este 2025. El papa Francisco, con su convocatoria, nos proponía un camino de confianza y conversión, para volver a lo esencial: Dios camina con nosotros, nos renueva y lanza a ser sembradores de esperanza en un mundo necesitado de luz. En España, el Congreso de Vocaciones mostró una Iglesia viva, alegre, consciente de que cada bautizado tiene una llamada y misión. Entre miles de participantes, un numeroso grupo de la Familia Salesiana que manifestaba el deseo de caminar juntos y afrontar el futuro vocacional con valentía y fe.

La primavera trajo la elección de don Fabio Attard como nuevo Rector Mayor en el Capítulo General 29. Un Capítulo que quedará en la memoria por la apertura a que los coadjutores puedan ser superiores de comunidad, y por el impulso a una misión cada vez más compartida entre salesianos y laicos y la llamada a responder mejor a los jóvenes del hoy.

El 2025 quedará marcado por la muerte del papa Francisco. Su estilo cercano, pasión por las periferias y mirada a los últimos dejan un legado que seguirá iluminando. La elección de León XIV recordó que, más allá de cualquier análisis superficial, la Iglesia es una comunidad que vive desde la fe. Un Papa que volvió a congregar a cientos de miles de jóvenes para celebrar el Jubileo y proponerles tomarse en serio el Evangelio.

Además de los centenarios de varias presencias salesianas, la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas celebró 25 años de su creación, construyendo futuro junto a los jóvenes más vulnerables. Los grandes encuentros de jóvenes a lo largo del curso, especialmente en Pascua; las numerosas iniciativas de formación; el bullir de chicos, chicas y jóvenes en la infinidad de actividades pastorales, en el tiempo libre, durante el verano, en grupos formativos y catequesis… dan una idea de la ingente actividad desplegada en las casas salesianas para estar al lado de los jóvenes.

El año terminó recordando los 150 años de la Primera Expedición Misionera Salesiana: un aniversario que nos invita no solo a mirar atrás, sino a renovar la pasión apostólica de Don Bosco y seguir haciendo realidad su sueño misionero.

Un año para recordar. Un año para agradecer. Y un año que nos impulsa a mirar lejos, ‘adelante, siempre adelante con la ayuda del Señor’ –como decía Don Bosco–, para seguir caminando, como Familia Salesiana, hacia donde Dios sigue llamando y donde los jóvenes siguen esperando. Es allí, junto a ellos, donde queremos estar para que se conviertan en protagonistas de la historia.

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