Historia de un agnóstico
Casi siempre se queda fuera, la espera en un banco o en la cafetería enfrente de la iglesia: “Allí no hay nada que me interese”. Don Sebastián le invita a entrar cuando lo ve: “hijo, que hace frío, pasa y siéntate, no hace falta que reces, eso solo lo sabe Dios”. A...