Al igual que la política educativa, la política social está siendo arma ideológica, en manos de nuestros dirigentes políticos y de la administración competente en esta materia. Lo diferente es que la segunda es como invisible, pues ni se da a conocer y, en muchos casos, ni importa. Algunos ejemplos de esto pueden ser:
En protección de menores, la administración competente procede a tener sus centros propios cerrados en pro de una remodelación eterna e infinita. Masifica los centros concertados o subvencionados y cada vez los dota de menos recursos económicos y humanos. Por ejemplo, reducen la atención de técnicos de psicología y trabajo social a media hora semanal por menor.
En la atención a los extutelados inmigrantes cumplen los nuevos convenios laborales manteniendo el sueldo, pero reduciendo el número de horas de atención a los jóvenes.
En la atención a personas sin hogar, mantienen centros abiertos y personal contratado sin poder aceptar y responder a la demanda las personas que lo necesitan porque llevan ocho meses para elaborar un protocolo de derivación y el tiempo sigue pasando.
En cuanto a los plazos de renovación de conciertos, convocatorias de concursos y subvenciones vivimos un verdadero desconcierto, inventándose fórmulas difíciles de entender y más difícil de defender.
Al igual que en otros «desconciertos» que hemos vivido, los que más lo sufren son nuestros destinatarios y por esto es necesario visibilizarlo y darlo a conocer.
En mi opinión la labor salesiana en el ámbito social, al menos en Andalucía, está sufriendo una situación de desconcierto ante la degradación progresiva de las políticas sociales y por ende de la calidad en la atención de menores y jóvenes más necesitados.
Ante esto, a lo mejor no tenemos ni la fuerza, ni el número suficiente para una campaña de gran repercusión, pero al menos me conformo si sacamos de la invisibilidad esta realidad entre nosotros, que somos Familia de Don Bosco.
Como afirman últimos documentos de la Congregación, debemos crecer en la capacidad de denuncia y unir fuerzas con todas aquellas entidades que trabajan y velan por los derechos de los menores y jóvenes más vulnerables. Seamos voz de los que no tienen voz, luz que los saque de la oscuridad y de la invisibilidad.
«Como afirman últimos documentos de la Congregación, debemos crecer en la capacidad de denuncia y unir fuerzas con todas aquellas entidades que trabajan y velan por los derechos de los menores y jóvenes más vulnerables. Seamos voz de los que no tienen voz, luz que los saque de la oscuridad y de la invisibilidad.»
Pues sí, Juan Carlos. Como ya dijo el Rector Mayor en su aguinaldo de 2013, haciéndose eco de lo que ya anunció el CG 23, estos aspectos de compromiso social «los tenemos un poco descuidados».
«Como afirman últimos documentos de la Congregación, debemos crecer en la capacidad de denuncia y unir fuerzas con todas aquellas entidades que trabajan y velan por los derechos de los menores y jóvenes más vulnerables. Seamos voz de los que no tienen voz, luz que los saque de la oscuridad y de la invisibilidad.»
Pues sí, Juan Carlos. Como ya dijo el Rector Mayor en su aguinaldo de 2013, haciéndose eco de lo que ya anunció el CG 23, estos aspectos de compromiso social «los tenemos un poco descuidados».