Muchos sabéis que, por mi trabajo, me paso el día de colegio en colegio como las abejas de flor en flor. Y así, he pasado el mes de septiembre entre correos, visitas, llamadas…
Y una vez acabado el inicio de curso y empezado la «normalidad», quisiera compartir con vosotros algo que me ha sobrecogido:
Que un maestro con más de treinta años de experiencia sobre sus espaldas te diga que todavía la noche anterior a empezar las clases siente mariposas en el estómago.
Que una maestra de Infantil te cuente que se ha pasado medias vacaciones “wasapeándose” con las compañeras para preparar los proyectos del año y está deseando empezarlos.
Que una profe de FP cuelgue en su Facebook: ¡Vuelta al cole! ¡¡¡¡Me gusta ser profesora!!!! 🙂 😊
Y otro ¡de FP BÁSICA! te suelte: «A ver si empiezan ya las clases, que tengo unas ganas de verles las caras. Esta paz me mata.
Esto, como decía aquel anuncio, no tiene precio.
Los gestos, las sonrisas, los nervios, las preocupaciones, las ganas, la inquietud… ¡Indescriptible!
¡Ole, mis compañeros! ¡Cracks! ¡Lo más de lo más!
Benditos seáis, maestros.
Y bendita vuestra vocación.
Y sólo pido a Dios que sigáis experimentando cada día la portentosa alegría de educar.
0 comentarios