¡Esto se acaba amigo Tony! ¡El cielo se cae! ¡El final está ya cerca! ¡Prepárense el fin del mundo está aquí! Durante siglos, las personas han estado prediciendo el fin del mundo o algún otro desastre o cataclismo, profetas de calamidades y, por tanto, otras personas se preparan para ello, son los Preppers. Estos son conocidos por almacenar alimentos, agua, armas y otros suministros mientras esperan el final. Incluso algunos cristianos han querido ver en la Biblia las predicciones de los últimos tiempos, enredando profecías bíblicas con el miedo ancestral a los acontecimientos apocalípticos. Creen que deben prepararse para el Armagedón, el regreso de Jesús o la Tercera Guerra Mundial, lo que ocurra primero.
Preparar se ha convertido en un gran negocio. Abundan los sitios web, los libros y los productos que prometen información privilegiada sobre el desastre inminente y dan instrucciones sobre cómo almacenar, enlatar o liofilizar alimentos y purificar agua, etc. A fines de la década de los 90, esta corriente retomó fuerzas y se intensificó con la llegada del 2000. Tras lo cual, la práctica ha continuado a medida que el mundo se ha vuelto más inestable (guerras, cambio climático, catástrofes, …). Incluso, miles de personas han vendido sus viviendas y han construido otras que creen más seguras para sus familias en caso de un ataque nuclear o químico o una crisis financiera mundial o algunas catástrofes naturales. Incluso, algunos preparadores abandonaron sus trabajos, se encerraron en sus búnkeres subterráneos, que pensaban más seguros, y se salieron completamente de la red (web) para esperar el final. Consideran cualquier noticia negativa del mundo como evidencia de que tienen razón y que el juicio final está a la vuelta de la esquina. Para ser considerado un «prepper», una persona debe estar preocupada con pensamientos de prepararse para un desastre inminente. La mayoría de estos preparativos están motivados por el miedo y la autoconservación e impulsado por la falta de fe en el ser humano y en Dios. En algunas regiones del mundo, la mentalidad del prepper es fuerte.
Otras personas quieren vivir estilos de vida más sanos, sencillos y autosuficientes mediante el uso de energía renovables y respetuosas con el medio ambiente, el reciclaje, el cultivo de sus propios alimentos, elaborar sus propios productos (dulces, pan, productos lácteos, comidas en general, …) y la crianza de ganado para leche, huevos y carne. Consideran que es prudente depender menos de las empresas de servicios públicos y de las cadenas de supermercados privados para el consumo diario. Estas personas no están motivadas por la paranoia al final ni el miedo. Han encontrado un estilo de vida más cercano a la naturaleza un estímulo para ser más felices con sus familias y, además, consideran que es una ventaja el estar preparados en el caso de una emergencia, que va desde los cortes de energía, pasando por las catástrofes naturales que dificultad el abastecimiento, hasta el mismísimo terrorismo internacional. Estos no se consideran preppers, se centran en simplificar su estilo de vida. Algunos cristianos y no cristianos han adoptado este estilo de vida sencillo en diversos grados.
Por supuesto, los cristianos sabemos que Jesús volverá (la Parusía), y la tierra, tal como la conocemos, llegará a su fin, pero ¿deberían los cristianos ser preppers? Los cristianos no estamos llamado a ser preppers o habremos perdido el norte de nuestra fe y habremos caído en la tentación de vivir con miedo y sin esperanza. Cuando el miedo o la sobrevivencia egocéntrica es la motivación para prepararse, se convierte en un estilo de vida que no puede ser apoyado por el Evangelio. Debemos vivir sabiamente en este mundo, mientras recordamos que este mundo no es nuestro hogar definitivo, sino pasajero y debemos amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos.
Las preparaciones, en su mayor parte, tienen la autoprotección como su objetivo primordial. Almacenan alimentos y armas para ellos y sus familias, construyen viviendas antitodo, pero ¿y sus vecinos? ¿Qué pasa con los necesitados? ¿Quieren las armas para defenderse de las familias hambrientas que irán a golpear las puertas de sus búnkeres? La mentalidad preparatoria del día del juicio final puede tomar derroteros que aboquen a los cristianos a tomar caminos contrarios a su fe. Piénsalo.
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