Inmaculada Pérez

Cuando pensaba en la reflexión que iba a compartir con vosotros en este querido rincón, aún resonaban en mi mente los preciosos momentos vividos en el X Encuentro de Cofradías y Hermandades Salesianas de nuestra Inspectoría, este año en Montilla, una tierra muy salesiana.

Cómo salesiana cooperadora el Señor me encargo la bonita misión de coordinar el Consejo Inspectorial de Cofradías y Hermandades salesianas. Un Consejo que reúne unas 30 Hermandes de nuestra Inspectoría y aproximadamente unos 30.000 hermanos, de los cuales muchos son jóvenes, razón de ser de nuestro carisma.

Este grupo de nuestra familia no tiene aún identidad propia reconocida por el Rector Mayor ya que estamos adscritos a los Antiguos Alumnos, que es donde nacieron la mayoría de nuestras Hermandades, pero se encuentran totalmente integrados en las Casas a las que pertenecen, formando parte del Consejo de la CEP y del día a día de ellas, participando en todas sus actividades y sintiéndose plenamente familia. Empeñándose en hacerlas grandes siendo conscientes de que todos somos importantes en este gran legado que nos dejo Don Bosco.

Dios se vale de una situación insignificante en un pequeño pueblo de Italia para cambiar el rumbo de la historia de una persona que a su vez, cambio nuestras vidas, nuestras historias. El Señor invito a un joven inspirado por un sueño a que no con golpes, sino con amor entregará su vida a favor de los demás, pues así siguiendo su carisma es como vivimos la espiritualidad, lo sentimos muy cerca en el a diario en nuestras Hermandes y Cofradías, sin miedo como Mama Margarita, con las manos extendidas y tendidas en ayuda de los hermanos que más lo necesitan. Nuestra tarea como muchos de vosotros sabéis no sólo es el culto externo y el Patrimonio, los cofrades tenemos la misión de vivir nuestra fe y dar sentido a nuestras devociones ya que son el cauce por el que muchos se incorporan a la Iglesia, es muy importante la labor benéfico social de las mismas con su bolsa de caridad y también el trabajo que se hace en los grupos jóvenes y la formación fundamental para crecer como cristianos y dar testimonio.

Los Encuentros anuales tienen entre sus objetivos conocernos y fomentar la convivencia, formación y el espíritu de familia estrechando lazos de comunión y también como no compartir experiencias, enseñanzas y forma de hacer las cosas. Es importante crecer en amistad y ser conscientes de que compartimos la fe y la misión.

Y como no podía ser de otra forma Don Bosco nos dejó la mejor Maestra, la que nos cubre bajo su manto a todos, el mejor regalo, María Auxiliadora, como guía en nuestra vida. Ella la que desde su Concepción fue Misericordia, Piedad, Salud, Alegría y Esperanza, la que como la Verónica nos acompañó en las Veredas del Desamparo y la Amargura, María de Nazareth, Auxilio y Estrella es la que nos acompaña en nuestro caminar, guiándonos siempre. (Estas son las advocaciones marianas de las Hermandades de nuestra Inspectoría).

Concluyo con unas palabras del Papa Francisco en su Homilía a las Hermandades: “Esta fe, que nace de la escucha de la Palabra de Dios, ustedes la manifiestan en formas que incluyen los sentidos, los afectos, los símbolos de las diferentes culturas… Y, haciéndolo así, ayudan a transmitir el mensaje de Cristo. Sed una presencia activa en la comunidad, como células vivas.”

Todos hemos sido llamados, Don Bosco nos une, pues todos juntos llenamos de esperanza y alegría el mundo. Por cierto el año que viene si Dios quiere, nuestro Encuentro será en Córdoba, estas invitado a acompañarnos.

Se acercan esos días en que nuestra alegría e ilusión nos empuja a participar en una fiesta entrañable, en la que todos nos sentimos más cercanos de aquello que amamos. Os animo a vivirla plenamente, abramos el corazón para que Dios encuentre un lugar en nuestra vida, en nuestros proyectos. Aprovecho para felicitar y hacer extensivo también a vuestras familias mis mejores deseos de paz, salud y felicidad.

María se dejó guiar por la fe, fue una mujer de Esperanza. Imitémosla en esa cualidad tan hermosas. Un abrazo.