Llegamos al fin de curso y acariciamos el verano con la punta de los dedos. ¡Cuántas cosas vividas durante tantos meses! Recordamos momentos vividos, reencuentros, nuevas experiencias, aprendizajes, retos y personas.
Echando la vista atrás, veo que ha sido una etapa de mi camino con rectas y curvas, un camino que no siempre ha sido fácil, y donde se me han planteado retos que he sabido ir resolviendo. Estoy muy orgullosa y contenta de haber evolucionado y aprendido cada día algo nuevo, de haber conseguido retos que me había propuesto, pero no lo he conseguido sola, porque hay gente que me ha ido iluminando durante el camino, que me ha ayudado en las curvas, me ha acompañado en las rectas y me ha orientado cuando no supe qué dirección seguir. Estas personas me iluminaron en la oscuridad.
¿Te imaginas una casa sin luz? En las pelis de terror, los pasillos suelen estar sin luz; y ahí, donde hay oscuridad, suelen aparecer los peligros; por eso nos gusta tanto la luz. Los niños pequeños tienen miedo a la oscuridad por esto mismo, la luz les da seguridad.
Piensa en todas esas personas que te han iluminado a lo largo de este curso: compañeros, familia, amigos, hijos… Hazles saber lo agradecido que estás por haberte guiado y acompañado.
Hoy le dedico estas líneas a esas personas que son luz para mí, gracias por vuestro apoyo y por confiar en mí.
Brillar para alumbrar, gracias Cova