El autor continúa con la reflexión ofrecida en el foro “Conversaciones PPC”, organizadas entre el instituto Pastoral de Madrid y PPC. En esta ocasión resume las posibilidades y oportunidades para transmitir la fe.
1 Jesús en el centro
En tiempos de crisis, hay que volver a lo esencial, Jesús y su Evangelio, como hicieron Francisco de Asís, Ignacio de Loyola o Teresa de Jesús. En Evangelii gaudium 33-39 el papa Francisco invita a centrar la pastoral en el “corazón del Evangelio”.
2 Regla de las tres D
El jesuita irlandés Gallagher propone la regla del triángulo de las tres «d»:
- preparar la disposición: ayudar a desbloquear el prejuicio frente a toda trascendencia de la cultura actual. Desde fuera, las vidrieras de una catedral parecen sucias y feas, solo al verlas desde dentro parecen bellas. Se necesita un trabajo previo para despejar prejuicios y “entrar”.
- favorecer la decisión de seguir a Jesús con madurez.
- dar herramientas para tener el coraje de ser diferente en un ambiente ajeno u hostil a la fe, pero sin dramatizar (“nos persiguen todos”).
3 Dimensión mistagógica y experiencial
“La «transmisión de la fe» consiste en ayudar al sujeto a prestar atención a la Presencia originante de Dios en él. Se trata de posibilitar esa experiencia y suscitar la adhesión de toda la persona a la Presencia de Dios” (Juan Martín Velasco). «Dios no está lejos, cerca de ti está la palabra, en tus labios y en tu corazón» (Hch 17,27; Rm 10.8)…; pero hay que experimentarlo.
Para el teólogo checo Tomás Halík el principal reto de la Iglesia europea es el creciente interés por la espiritualidad, y dar respuesta a esa sed con una presentación viva y experiencial del Evangelio.
4 Facilitar experiencias de trascendencia y ayudar a interpretarlas
A veces entramos en contacto con algo que nos supera de forma absoluta, y vislumbramos un más allá del mundo cotidiano “plano”. Son experiencias que se dan en contacto con la naturaleza, la belleza, experiencias éticas de descubrimiento del rostro del otro, pérdidas, nacimiento del primer hijo… “La conexión de las experiencias religiosas con las experiencias humanas fundamentales manifiesta un primer «lugar» hacia el que orientar la propuesta de la fe” (Martín Velasco).
5 Amor al prójimo y a los pobres: más que una opción
Afirma Francisco que “nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social” (EG 201), “no debe faltar jamás la opción por los últimos” (EG 195). La experiencia cristiana requiere vivir la vida humana a la luz de la fe en Dios. La fe auténtica implica en un mismo movimiento la apertura al Padre y el amor al prójimo. Es una advertencia importante para algunas metodologías evangelizadoras de moda que descuidan el compromiso por los pobres y necesitados.
6 El lenguaje del testimonio
El testimonio es el lenguaje por excelencia para transmitir la fe hoy. Por algo llama el Apocalipsis a Jesús “el Testigo Fiel”. Pablo VI afirmó en Evangelli nuntiandi 41 que la gente solo escucha a los que dan testimonio con sus obras. En Francia ha hecho pensar a muchos el testimonio del gendarme francés Arnauld Beltrame, converso ya de adulto al catolicismo, que sacrificó su vida para salvar a una rehén en marzo de 2018.
7 Las comunidades cristianas, sujeto primero de la transmisión
La fe ha de ser transmitida por comunidades cristianas coherentes, consistentes y habitables. La creación de un tejido comunitario atractivo es una tarea prioritaria. Afirma el Documento Final del Sínodo sobre los Jóvenes: “En las relaciones -con Cristo, con los demás, en la comunidad- es donde se transmite la fe” (DF 122). “Lo que evangeliza es la calidad de tales relaciones” (DF 128).
8 Facilitar al sujeto un sistema significativo y coherente de mediaciones
“Trasmitir la fe supone el trabajo -añadido al del testimonio- de expresar la realidad en la que cree, en representaciones, imágenes, nociones, símbolos y formas de vida en los que nuestros contemporáneos puedan percibir el valor, la belleza y la verdad última que los creyentes veneramos como Dios” (Martín Velasco).
9 Una fe hermenéutica
La persona creyente hoy ha de ser capaz de interpretar y explicar lo esencial de su fe elegida, consciente, madura… y saber “dar razón de su esperanza” (1Pe 3,15). Como decía Paul Ricoeur: “Mi cristianismo es un azar transformado en destino por una opción continuada”.
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