Resituarse… ¿Cómo?

30 marzo 2022

La lengua materna de Jesús de Nazaret parece ser que fue el arameo, sin embargo, los evangelios fueron escritos originalmente en griego koiné (una especie de griego sencillo que se extendía para comunicarse en el imperio romano). La palabra metánoia, que aparece sobre todo en los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) y los Hechos, viene a veces traducida como conversión de la persona, en su mente y corazón, pero resulta más incisiva como una nueva orientación existencial de la persona. A mí me gusta más usar el verbo “resituarse”: ser capaces de construir una nueva existencia con elementos antiguos y conocidos.

Unos bocetos de la famosa obra «El Principito», realizados por su autor Antoine de Saint-Exupéry, publicada en 1943, fueron descubiertos en 2019 en una vieja construcción en el norte de Suiza, donde habían sido almacenados por un magnate inmobiliario entre decenas de miles de obras de arte. Adquiridos por Bruno Stefanini habría comprado los bocetos en una subasta en Bevaix (Suiza), en 1986. Los bocetos son tres, conservados dentro de una carpeta de cartón y estaban en muy buen estado; aunque no están fechados, fueron realizados en papel de correo aéreo con tinta china y acuarela. Una imagen del bebedor en su planeta, otra con la boa que se come a un elefante acompañado de notas manuscritas, y una última en donde aparece el Principito y su Zorro. Las ilustraciones originales de su libro se conservan en la Biblioteca Morgan de Nueva York. El autor encontró, tras varios bocetos, la obra genial de su vida. Murió en 1944, al año siguiente.

Hace poco, junto a un buen amigo volví a contemplar en la iglesia de Santa María del Popolo en Roma, la conversión de San Pablo de Caravaggio. Justo recoge el momento en el que Saulo, el perseguidor, es derribado de su montura por la voz que lo increpa y se convierte en un ferviente seguidor del Dios al que tanto hizo la guerra. Se resituó en su vida y cambió radicalmente.

El resituarse encuentra también sus trampas y engaños. Il Gattopardo fue una coproducción francoitaliana, dirigida por Luchino Visconti, estrenada en 1963, interpretada por Burt Lancaster y Claudia Cardinale, que conquistó la Palma de Oro en el festival cinematográfico de Cannes y que vi hace muchos años. Está inspirada en la novela Gattopardo, que es el título que le dio el escritor italiano Giuseppe Tomasi, príncipe de Lampedusa (1896-1957), que habla de la decadencia de la nobleza siciliana en la época de la unificación italiana y relata el matrimonio del sobrino de un viejo príncipe con la hija de un comerciante plebeyo de la región con el propósito de insertar a su clase social en decadencia con sus enemigos mortales convertidos en la nueva fuerza política dominante. El gatopardismo es la filosofía de quienes piensan que es preciso que algo cambie para que todo siga igual.

El efecto Lampedusa, del que se habla a veces, consiste en hacer las cosas de modo que algo mute para que lo demás permanezca intocado en la organización social. La escena final en la que después de bailar con su novia se pierde en las antiguas calles y vuelve a sus raíces de sangre, es una de las más hermosas de la película.

El ser humano social y personalmente tiene la necesidad de resituarse mental y cordialmente de continuo. No puede permanecer, y de hecho nunca permanece anclado en su mentalidad o en sus emociones. Está en continuo cambio. Hoy no es el mismo de ayer, ni él ni la sociedad. Debe asumirlo, aceptarlo y promoverlo inteligentemente, pues las hierbas y las florecillas brotan, aún sin darnos cuenta, en los raíles y entre los adoquines en las ciudades asfaltadas. La vida busca siempre resituarse. Hagámoslo, pues.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

También te puede interesar…

El infierno y las maravillas

El infierno y las maravillas

El antiguo Museo de la Biblioteca Nacional de España no es ya el mismo desde el pasado mes de febrero: tras trabajos...

La máquina del fango

La máquina del fango

Fue Humberto Eco el que popularizó la expresión “la máquina del fango”. Con ella se refería a todo un sistema...