Debo comenzar diciendo que este no es un texto en contra de los videojuegos. Al contrario, me gustan, me parece bien que los niños jueguen y, he de confesar, yo también soy un poco jugón. Sin embargo, es importante reconocer que en el mundo digital no todo es tan limpio y seguro como parece.
Hoy quiero hablaros de Roblox, un espacio virtual que combina entretenimiento, creatividad y socialización. Si tienes hijos o trabajas con niños y adolescentes, es muy probable que ya hayas oído hablar de esta plataforma.
Roblox no es un videojuego en sí mismo, sino un universo de juegos creados por los propios usuarios, lo que la convierte en una plataforma dinámica y en constante evolución. En España ha ganado popularidad debido a su accesibilidad, ya que es gratuita, y a la enorme variedad de juegos que ofrece. De hecho, más del 40% de los niños españoles entre 6 y 12 años han jugado a Roblox al menos una vez. En esta plataforma, se pueden explorar mundos virtuales, participar en diferentes juegos como aventuras, carreras o simuladores y socializar con otros usuarios. Además, fomenta la creatividad, permitiendo que los niños aprendan a diseñar sus propios juegos. Hasta aquí, todo parece positivo.
Sin embargo, aunque Roblox puede ser una plataforma divertida y educativa, también presenta ciertos riesgos que los padres deben conocer. Uno de los principales es la interacción con desconocidos, ya que permite la comunicación entre jugadores a través del chat y otros medios. Esto puede exponer a los niños a personas malintencionadas. De hecho, se han detectado adultos que utilizan la plataforma para interactuar con menores. Además, los propios niños son conscientes de que existen espacios dentro de Roblox donde pueden acceder a contenido sin control. Un caso conocido fue la posibilidad de ver El juego del calamar, muchos menores accedieron sin supervisión a contenido no adecuado para su edad, incluso algunos juegos pueden incluir violencia, lenguaje inapropiado o temáticas no aptas para niños.
Otro riesgo es que Roblox tiene su propia moneda virtual, llamada Robux, que permite adquirir accesorios, personajes o ventajas en los juegos. Sin darse cuenta, los niños pueden gastar dinero real y es un incentivo para un consumo desmedido.
Es fundamental que los adultos acompañen a los menores en su experiencia digital, configurando sus cuentas con los máximos niveles de privacidad, limitando con quién pueden interactuar y restringiendo el chat si fuera necesario. También es recomendable supervisar el tiempo que pasan en la plataforma, asegurándose de que no interfiera con sus responsabilidades diarias. Si se permite que compren Robux, es importante establecer medidas de control, como métodos de pago que requieran autorización. Recomiendo fomentar el lado creativo de Roblox que puede ser una excelente alternativa para que los niños no solo consuman contenido, sino que exploren la posibilidad de diseñar sus propios juegos y desarrollen nuevas habilidades.
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