Cuando pienso esta frase de Don Bosco me viene a la cabeza un salesiano, su nombre: Desiderio. Creo que es a quien más le he oído decirla. No es una frase fácil para los jóvenes de hoy. Su construcción está pasada de moda y la melancolía no se nombra con mucha frecuencia.
Pero casualmente es un estado de ánimo del que hablamos en múltiples ocasiones porque viene en la cesta de la tan nombrada Salud Mental. Cierto que estar triste o melancólica no implica una mala salud mental, pero en ocasiones puede ser el primer síntoma de algo más grave. Por lo que debemos estar atentos con los más jóvenes y también con los más mayores.
Después de la Navidad, el Año Nuevo y la visita de los Reyes Magos llega enero. El mes de la cuesta, el de los propósitos y las novedades y, para la Familia Salesiana, el mes de Don Bosco quien con el carácter y la alegría que le caracterizaba repetía esta frase entre sus muchachos y sus salesianos, cuando acompañaba a las Hijas de María Auxiliadora y cuando se sentaba a recapitular el día con su madre, Mamá Margarita.
Es una frase pero, también, es un verso. Hasta incluso se podría decir cantando y rapeando. Tenerla en la cabeza como un mantra y ponerla en práctica desde lo más profundo de nuestro corazón. Mostrarla sin necesidad de contarla.
¿Te animas a ponerlo en práctica?
0 comentarios