Hemos cerrado el mes de enero celebrando la fiesta de Don Bosco. Las presencias salesianas del mundo entero han vibrado recordando al santo de los jóvenes. Especialmente las últimas semanas, se han sucedido infinidad de actividades para recordar al Padre y Maestro de la Juventud. Unos días antes del 31 de enero, el 24, hacíamos memoria de San Francisco de Sales, de quien Don Bosco tomó no sólo el nombre para su congregación, sino inspiración para su espiritualidad, su misión y su estilo apostólico.
Quiero fijarme en un aspecto en el que coinciden estos dos grandes santos: su pasión por la comunicación. La prolífica actividad literaria del obispo de Ginebra le valió ser proclamado por la Iglesia como santo patrono de los periodistas. Don Bosco fue, en el sentido moderno de la expresión, un empresario de la comunicación, escritor y editor, convencido del poder de los medios que tenía a su alcance. A lo largo de su vida, publicó unos 400 títulos entre libros y opúsculos. Libros de todo tipo con el fin de educar a los jóvenes y a las clases populares. Además, puso en marcha una revista, el Boletín Salesiano, que continúa publicándose hoy y que tienes, precisamente amable lector, entre tus manos en la edición española.
De la imprenta a Instagram
La Congregación Salesiana sigue considerando hoy la comunicación como una seña de identidad de su misión. Y, en este campo, se han multiplicado las iniciativas para cuidar este aspecto de la misión salesiana. En la historia de la Congregación se ha prestado atención a todo lo relacionado con las publicaciones, creándose editoriales, centros de producción, imprentas, etc. El desarrollo de lo audiovisual trajo consigo la aparición de interesantes propuestas. Por ejemplo, en España recordamos las famosas colecciones de filminas y diapositivas educativo-pastorales y, en otros países, la creación de emisoras de radio, productoras de vídeo y televisión. Junto a estos medios, hay que señalar el cuidado de otros canales de comunicación como el teatro, la música, o diferentes formas de expresión artística.
Con la llegada de la revolución digital, se dio el salto a Internet, y así podemos encontrar una presencia significativa en el continente digital de todo tipo de obras salesianas, de salesianos y salesianas, animadores, miembros de la Familia Salesiana que llenan de contenido webs e infinidad de canales en redes sociales de todo tipo. Una nueva frontera de la comunicación, que ya traspasamos hace años, pero que sigue poniendo delante de nosotros el mismo reto que asumieron San Francisco de Sales entre los siglos XVI y XVII, y San Juan Bosco en el XIX: llevar evangelio, educación, vida cristiana a los hombres, mujeres y jóvenes de su tiempo, creando cultura y aprovechando los canales y medios de comunicación a su alcance.
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