
Desde la Antigüedad, el ser humano ha adorado dioses. Normalmente eran dioses lejanos, distantes, serios, que daban, más que respeto, miedo; dioses a los que había que rendir culto de una manera difícil y que necesitaban sacrificios para aplacar su ira. Hoy, en Navidad, celebramos lo contrario, no que el hombre hace dioses sino que…