
Oasis hacia la tierra prometida Durante siete siglos fuimos el orgullo de Turín. El agua de un canal del río Dora impulsaba los mecanismos de nuestras muelas de piedra que giraban día y noche. Éramos dieciocho molinos. Por nuestras venas corría sangre común. Convertíamos los granos de trigo en costales de harina; anticipo del pan…