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Un ni\u00f1o va corriendo por el pasillo del supermercado porque ha encontrado el juguete perfecto. Mam\u00e1 le dice que no, que tiene muchos en casa. El ni\u00f1o llora, patalea y grita, pues no quiere irse sin su juguete. Una vez que se tira al suelo envuelto en l\u00e1grimas, la madre accede a coger el juguete de la estanter\u00eda, bien para pasar el mal trago de ver a su hijo llorando, bien porque no puede m\u00e1s y acepta la realidad. Sea como fuere, cinco minutos despu\u00e9s el ni\u00f1o se ha olvidado de su juguete, pues han pasado al lado de la secci\u00f3n de caramelos y la historia se repite.<\/p>\n
Todo al instante<\/strong><\/p>\n Vivimos en una \u00e9poca en la que la inmediatez es la norma. Deseamos obtener todo de manera r\u00e1pida y sin esperas. Esta cultura del \u201caqu\u00ed y ahora\u201d se debe en gran parte al avance de la tecnolog\u00eda, lo que nos permite acceder a casi todo con solo un clic. Sin embargo, esta forma de vida tiene sus propias causas y consecuencias. Al fin y al cabo, casi todos somos como el ni\u00f1o del principio y queremos el \u00faltimo modelo de tel\u00e9fono m\u00f3vil, o nos enfadamos cuando una aplicaci\u00f3n va dos segundos m\u00e1s lenta de lo normal o no podemos acceder a internet porque estamos dentro de un t\u00fanel. Nosotros no nos tiramos al suelo como el ni\u00f1o del supermercado, pero hemos de reconocer que ciertas situaciones pueden llegar a provocarnos ansiedad o malestar. As\u00ed hemos sido educados en los \u00faltimos a\u00f1os a base de constantes actualizaciones de nuestros dispositivos m\u00f3viles y los sistemas operativos de nuestros ordenadores, con el aumento de la conectividad y esa palabra m\u00e1gica que las compa\u00f1\u00edas de tel\u00e9fono nos ofrecen: \u201cilimitable\u201d y \u201ccon\u00e9ctate desde donde quieras\u201d. No hay marcha atr\u00e1s. Lo queremos todo. Lo queremos ya. Nada nos puede parar.<\/p>\n Esto tambi\u00e9n tiene sus consecuencias. Decidimos abandonar el gimnasio o la dieta tras una semana porque no vemos resultados inmediatos. Los tutoriales de YouTube no nos dicen que aprender a tocar un instrumento requiere tiempo y paciencia. La cocina r\u00e1pida de Instagram nos muestra c\u00f3mo hacer una paella en 30 segundos, pero no estamos acostumbrados a cocinar a fuego lento\u2026<\/p>\n Con nuestra vida espiritual puede pasarnos algo parecido, podemos llegar a convertirnos en cortoplacistas. Que se lo digan sino a los p\u00e1rrocos que cada vez se encuentran con m\u00e1s peticiones de gente que quiere cursos prematrimoniales expr\u00e9s \u2013incluso online\u2013, porque lo importante es cumplir el protocolo y no hacer procesos. Ya ver\u00e1s cuando le tengamos que decir a los ni\u00f1os que hoy crecen con un m\u00f3vil en la mano que tienen que hacer procesos de dos o tres a\u00f1os para confirmarse. \u00bfC\u00f3mo ser\u00e1 eso cuando lo quieren todo ahora y ya? Se avecinan malos tiempos para los procesos catequ\u00e9ticos y pastorales. Habr\u00e1 que ser pacientes y pensar nuevos m\u00e9todos para ense\u00f1ar a la gente que los grupos de fe y las catequesis requieren cocerse a fuego lento, como nuestra relaci\u00f3n con Dios.<\/p>\n [\/et_pb_text][et_pb_button _builder_version=\u00bb4.21.0″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb button_text=\u00bbBolet\u00edn Salesiano\u00bb button_url=\u00bbhtttps:\/\/www.salesianos.info\/boletin-salesiano\/\u00bb url_new_window=\u00bbon\u00bb custom_button=\u00bbon\u00bb button_text_size=\u00bb24px\u00bb button_text_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_bg_color=\u00bb#E02B20″ button_bg_enable_color=\u00bbon\u00bb button_border_color=\u00bb#000000″ button_icon=\u00bb9||divi||400″ button_icon_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_text_shadow_style=\u00bbpreset1″ button_text_shadow_color=\u00bb#000000″ box_shadow_style=\u00bbpreset2″ box_shadow_color=\u00bb#000000″ hover_enabled=\u00bb0″ sticky_enabled=\u00bb0″][\/et_pb_button][\/et_pb_column][\/et_pb_row][\/et_pb_section]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Un ni\u00f1o va corriendo por el pasillo del supermercado porque ha encontrado el juguete perfecto. 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Nosotros no nos tiramos al suelo como el ni\u00f1o del supermercado, pero hemos de reconocer que ciertas situaciones pueden llegar a provocarnos ansiedad o malestar. As\u00ed hemos sido educados en los \u00faltimos a\u00f1os a base de constantes actualizaciones de nuestros dispositivos m\u00f3viles y los sistemas operativos de nuestros ordenadores, con el aumento de la conectividad y esa palabra m\u00e1gica que las compa\u00f1\u00edas de tel\u00e9fono nos ofrecen: \u201cilimitable\u201d y \u201ccon\u00e9ctate desde donde quieras\u201d. No hay marcha atr\u00e1s. Lo queremos todo. Lo queremos ya. Nada nos puede parar.<\/p> Esto tambi\u00e9n tiene sus consecuencias. Decidimos abandonar el gimnasio o la dieta tras una semana porque no vemos resultados inmediatos. Los tutoriales de YouTube no nos dicen que aprender a tocar un instrumento requiere tiempo y paciencia. La cocina r\u00e1pida de Instagram nos muestra c\u00f3mo hacer una paella en 30 segundos, pero no estamos acostumbrados a cocinar a fuego lento\u2026<\/p> Con nuestra vida espiritual puede pasarnos algo parecido, podemos llegar a convertirnos en cortoplacistas. Que se lo digan sino a los p\u00e1rrocos que cada vez se encuentran con m\u00e1s peticiones de gente que quiere cursos prematrimoniales expr\u00e9s \u2013incluso online\u2013, porque lo importante es cumplir el protocolo y no hacer procesos. Ya ver\u00e1s cuando le tengamos que decir a los ni\u00f1os que hoy crecen con un m\u00f3vil en la mano que tienen que hacer procesos de dos o tres a\u00f1os para confirmarse. \u00bfC\u00f3mo ser\u00e1 eso cuando lo quieren todo ahora y ya? Se avecinan malos tiempos para los procesos catequ\u00e9ticos y pastorales. 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