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En los \u00faltimos meses se han escuchado declaraciones de pol\u00edticos, de aqu\u00ed y de m\u00e1s all\u00e1 del Atl\u00e1ntico, denigrando la justicia social, como una \u201cocurrencia de la izquierda\u201d, o un rasgo de perroflautas desocupados.<\/p>\n
Nunca cre\u00ed que estos portavoces del neoliberalismo salvaje lo dijeran tan claro y rotundo sin que nadie reaccione, pero lo cierto es que estos mensajes cosechan un cierto \u00e9xito, no entre las \u00e9lites a las que sirven, sino entre las potenciales v\u00edctimas de esta doctrina econ\u00f3mica, cuyo mensaje es el \u201cS\u00e1lvese quien pueda\u201d, es decir, s\u00e1lvese quien tiene los medios para ello.<\/p>\n
Lo novedoso no son los mensajes, sino la crudeza con que se pronuncian. Porque los pol\u00edticos de todos los tiempos se han aprovechado en l\u00edneas generales de sus subordinados, pero jam\u00e1s lo han dicho tan descaradamente. Y nunca han sido tan bien acogidos estos mensajes, que, si son bien comprendidos, constituyen una amenaza tremenda para quienes no pertenecen a la minor\u00eda que puede disponer de un bote para salvarse del naufragio. Es una clase de masoquismo electoral que desconcierta.<\/p>\n
Frente a esto, la civilizaci\u00f3n judeocristiana tiene unas cuantas ideas-fuerza que han sostenido lo que llamamos justicia social.<\/p>\n
En primer lugar, la idea de igualdad. En la Biblia hay una llamada constante a la fraternidad y a la superaci\u00f3n de las desigualdades. En otro art\u00edculo m\u00edo hac\u00eda referencia a esto. Hay una preocupaci\u00f3n para que \u201cNo haya pobres entre vosotros\u201d.<\/p>\n
En segundo lugar, el concepto de dignidad humana. El ser humano es imagen de Dios, lo que le da un estatus superior al de cualquier otro ser creado sobre la faz de la tierra.<\/p>\n
En tercer lugar, la referencia continua a una \u00e9tica que emana de Dios mismo, y en la que se insiste en el respeto a los semejantes.<\/p>\n
Es cierto que estos principios han sido frecuentemente pisoteados, pero el poder ha tenido siempre el pudor de esconder estas violaciones bajo razones superiores como la raz\u00f3n de Estado, la Seguridad, la Paz, etc. Porque se sab\u00eda que todos, incluso el soberano, estaban bajo el imperio de una ley superior, a la que todos deben acatar.<\/p>\n
Quien renuncia sin ning\u00fan complejo a la \u201cjusticia social\u201d est\u00e1 diciendo que su idea de sociedad est\u00e1 basada en la ley del m\u00e1s fuerte. Ni m\u00e1s ni menos. Que no hay ninguna ley, ninguna \u00e9tica, sino la preponderancia de quien tiene m\u00e1s poder. Este poder se manifiesta en los medios que se controla, las empresas que se posee, la gente a la que se puede comprar, los bancos a los que se dan consignas.<\/p>\n
Desde esta perspectiva, los Derechos humanos pasan a ser privilegio de aquellos que pueden pagarlos.<\/p>\n
Pongamos el ejemplo de nuestro sistema sanitario. Est\u00e1 basado en principios de justicia social, pues, seg\u00fan el art\u00edculo 43 de nuestra Carta magna, \u201cSe reconoce el derecho a la protecci\u00f3n de la salud\u201d. Esto no es un asunto privado, como en Estados Unidos, sino un \u201cderecho\u201d reconocido por la Constituci\u00f3n. Es un principio basado en la justicia social, donde todos, independientemente de sus or\u00edgenes y recursos, deben ser atendidos. La alternativa neoliberal, vigente en los Estados Unidos, que algunos presentan bajo la bandera de la libertad, supone en la pr\u00e1ctica la ruina de miles de familias cada a\u00f1o, que no pueden pagar los gastos m\u00e9dicos, aun teniendo seguro sanitario. En el caso de la vivienda, renunciar a la justicia social supone dejar las manos libres a especuladores de toda procedencia, que ven en la vivienda una oportunidad de mercado, lo cual hace que una buena parte de los recursos de las familias vayan destinados a sufragar la vivienda, a pesar de que el art\u00edculo 47 de la Constituci\u00f3n espa\u00f1ola proclama lo contrario.<\/p>\n
Lo tr\u00e1gico de esta situaci\u00f3n es que aquellos que votaron a estos paladines de la ley de la selva, cuando llegue el momento de pagar una factura m\u00e9dica, o el alquiler por las nubes, o los precios exorbitados de los carburantes, acusar\u00e1n a los inmigrantes, a los extranjeros, o a los otros partidos pol\u00edticos del resultado de su mala elecci\u00f3n.<\/p>\n
Frente a esta ofensiva del neoliberalismo feroz, es oportuno recordar nuestra tarea de educar en el compromiso social, como nos lo recuerdan a los salesianos nuestros documentos de diferentes cap\u00edtulos Generales. Es cuesti\u00f3n de credibilidad, como dice la cita al inicio de este art\u00edculo.
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En los \u00faltimos meses se han escuchado declaraciones de pol\u00edticos, de aqu\u00ed y de m\u00e1s all\u00e1 del Atl\u00e1ntico, denigrando la justicia social, como una \u201cocurrencia de la izquierda\u201d, o un rasgo de perroflautas desocupados.<\/p>
Nunca cre\u00ed que estos portavoces del neoliberalismo salvaje lo dijeran tan claro y rotundo sin que nadie reaccione, pero lo cierto es que estos mensajes cosechan un cierto \u00e9xito, no entre las \u00e9lites a las que sirven, sino entre las potenciales v\u00edctimas de esta doctrina econ\u00f3mica, cuyo mensaje es el \u201cS\u00e1lvese quien pueda\u201d, es decir, s\u00e1lvese quien tiene los medios para ello.<\/p>
Lo novedoso no son los mensajes, sino la crudeza con que se pronuncian. Porque los pol\u00edticos de todos los tiempos se han aprovechado en l\u00edneas generales de sus subordinados, pero jam\u00e1s lo han dicho tan descaradamente. Y nunca han sido tan bien acogidos estos mensajes, que, si son bien comprendidos, constituyen una amenaza tremenda para quienes no pertenecen a la minor\u00eda que puede disponer de un bote para salvarse del naufragio. Es una clase de masoquismo electoral que desconcierta.<\/p>
Frente a esto, la civilizaci\u00f3n judeocristiana tiene unas cuantas ideas-fuerza que han sostenido lo que llamamos justicia social.<\/p>
En primer lugar, la idea de igualdad. En la Biblia hay una llamada constante a la fraternidad y a la superaci\u00f3n de las desigualdades. En otro art\u00edculo m\u00edo hac\u00eda referencia a esto. Hay una preocupaci\u00f3n para que \u201cNo haya pobres entre vosotros\u201d.<\/p>
En segundo lugar, el concepto de dignidad humana. El ser humano es imagen de Dios, lo que le da un estatus superior al de cualquier otro ser creado sobre la faz de la tierra.<\/p>
En tercer lugar, la referencia continua a una \u00e9tica que emana de Dios mismo, y en la que se insiste en el respeto a los semejantes.<\/p>
Es cierto que estos principios han sido frecuentemente pisoteados, pero el poder ha tenido siempre el pudor de esconder estas violaciones bajo razones superiores como la raz\u00f3n de Estado, la Seguridad, la Paz, etc. Porque se sab\u00eda que todos, incluso el soberano, estaban bajo el imperio de una ley superior, a la que todos deben acatar.<\/p>
Quien renuncia sin ning\u00fan complejo a la \u201cjusticia social\u201d est\u00e1 diciendo que su idea de sociedad est\u00e1 basada en la ley del m\u00e1s fuerte. Ni m\u00e1s ni menos. Que no hay ninguna ley, ninguna \u00e9tica, sino la preponderancia de quien tiene m\u00e1s poder. Este poder se manifiesta en los medios que se controla, las empresas que se posee, la gente a la que se puede comprar, los bancos a los que se dan consignas.<\/p>
Desde esta perspectiva, los Derechos humanos pasan a ser privilegio de aquellos que pueden pagarlos.<\/p>
Pongamos el ejemplo de nuestro sistema sanitario. Est\u00e1 basado en principios de justicia social, pues, seg\u00fan el art\u00edculo 43 de nuestra Carta magna, \u201cSe reconoce el derecho a la protecci\u00f3n de la salud\u201d. Esto no es un asunto privado, como en Estados Unidos, sino un \u201cderecho\u201d reconocido por la Constituci\u00f3n. Es un principio basado en la justicia social, donde todos, independientemente de sus or\u00edgenes y recursos, deben ser atendidos. La alternativa neoliberal, vigente en los Estados Unidos, que algunos presentan bajo la bandera de la libertad, supone en la pr\u00e1ctica la ruina de miles de familias cada a\u00f1o, que no pueden pagar los gastos m\u00e9dicos, aun teniendo seguro sanitario. En el caso de la vivienda, renunciar a la justicia social supone dejar las manos libres a especuladores de toda procedencia, que ven en la vivienda una oportunidad de mercado, lo cual hace que una buena parte de los recursos de las familias vayan destinados a sufragar la vivienda, a pesar de que el art\u00edculo 47 de la Constituci\u00f3n espa\u00f1ola proclama lo contrario.<\/p>
Lo tr\u00e1gico de esta situaci\u00f3n es que aquellos que votaron a estos paladines de la ley de la selva, cuando llegue el momento de pagar una factura m\u00e9dica, o el alquiler por las nubes, o los precios exorbitados de los carburantes, acusar\u00e1n a los inmigrantes, a los extranjeros, o a los otros partidos pol\u00edticos del resultado de su mala elecci\u00f3n.<\/p>
Frente a esta ofensiva del neoliberalismo feroz, es oportuno recordar nuestra tarea de educar en el compromiso social, como nos lo recuerdan a los salesianos nuestros documentos de diferentes cap\u00edtulos Generales. Es cuesti\u00f3n de credibilidad, como dice la cita al inicio de este art\u00edculo.<\/p>","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[350,337],"tags":[],"yoast_head":"\n