{"id":104399,"date":"2023-09-12T10:48:21","date_gmt":"2023-09-12T08:48:21","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=104399"},"modified":"2023-09-12T10:48:30","modified_gmt":"2023-09-12T08:48:30","slug":"la-loteria","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/la-loteria\/","title":{"rendered":"La loter\u00eda"},"content":{"rendered":"
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Solidaridad compartida<\/strong><\/p>\n Nunca supe con certeza mi identidad. Para algunos fui una t\u00f3mbola en la que se rifaba una multitud de objetos lujosos. Para los poderes p\u00fablicos, fui una loter\u00eda estatal que deb\u00eda someterse a la legislaci\u00f3n del Ministerio de Hacienda.<\/p>\n En aquellos tiempos, Don Bosco sufr\u00eda por las deudas. Los muchachos del Oratorio aumentaban sin cesar. Deb\u00eda proveerles de acomodo, alimento, vestido, libros… Precisaba una econom\u00eda s\u00f3lida para hacer frente a tantas necesidades. Las limosnas eran insignificantes; diminutas gotas de agua sobre un terreno \u00e1rido. Fue entonces cuando pens\u00f3 en m\u00ed: una loter\u00eda.<\/p>\n Recibida la conformidad legal del Ministerio de Hacienda, tomaron forma los miembros de mi cuerpo.<\/p>\n Primeramente, vio la luz mi cerebro. Estaba formado por una docena de personalidades de probada honestidad. Controlar\u00edan mi gestaci\u00f3n. Orientar\u00edan mi crecimiento. Certificar\u00edan mi transparencia.<\/p>\n Mis manos se fortalecieron escribiendo cientos de cartas solicitando objetos valiosos a la nobleza: vajillas, relojes de bolsillo, \u00f3leos de pintores afamados, enciclopedias, cajas chinas con incrustaciones de n\u00e1car, aguamaniles\u2026<\/p>\n Mis pies recorrieron la ciudad ofreciendo miles de papeletas rigurosamente numeradas.<\/p>\n Finalmente creci\u00f3 el resto de mi cuerpo. Lo formaban 3.251 objetos de valor que descansaban sobre las mesas de una gran exposici\u00f3n. Aguardaban la extracci\u00f3n de los n\u00fameros premiados.<\/p>\n Tom\u00e9 conciencia de mi misi\u00f3n. Iba a convertirme en pan para los chicos del Oratorio; en libros para nutrir su cultura; en prendas de abrigo para paliar el fr\u00edo del invierno\u2026 Fui trigo sembrado en el surco. Y la cosecha result\u00f3 abundante: 76.000 liras, fruto de la caridad.<\/p>\n Enseguida me apresur\u00e9 a resta\u00f1ar los desgarros econ\u00f3micos del Oratorio. Cicatric\u00e9 las heridas producidas por las deudas. Don Bosco liquid\u00f3 todos los pagos pendientes. Aunque debilitado por tanto desembolso, me sent\u00eda feliz. Quedaba casi la mitad de mi cuerpo para afrontar el futuro.<\/p>\n Entonces ocurri\u00f3 lo inesperado. Don Bosco me tom\u00f3 entre sus manos. Me deposit\u00f3 en una peque\u00f1a caja. Sali\u00f3 del Oratorio. \u00bfA d\u00f3nde nos dirig\u00edamos?<\/p>\n Tras un breve recorrido, entr\u00f3 en \u00abLa Peque\u00f1a Casa de la Providencia\u00bb; un hospital cercano al Oratorio que acog\u00eda a enfermos pobres. En \u00e9l se devolv\u00eda la dignidad a personas laceradas por graves enfermedades y convertidas en deshechos por la sociedad. Entreg\u00f3 generosamente lo que restaba de mi cuerpo.<\/p>\n Mientras sal\u00eda del hospital, se gir\u00f3. Me mir\u00f3 por \u00faltima vez. Yo le hice un gui\u00f1o de complicidad desde la caja. \u00c9l me lo devolvi\u00f3, musitando en voz baja: \u00abLo que hab\u00e9is recibido gratis, dadlo gratis\u00bb. Se alej\u00f3 sonriendo. Nunca m\u00e1s supe de \u00e9l.<\/p>\n Nota: 1851. Crece el n\u00famero de muchachos acogidos en el Oratorio. Aumentan los gastos. La construcci\u00f3n de la iglesia de san Francisco de Sales agrava la situaci\u00f3n. Don Bosco realiza una gran loter\u00eda. Comparti\u00f3 los beneficios con el cercano hospital de \u00abEl Cottolengo\u00bb (MBe IV, 325-329; 354-356; 404; 469-470).<\/em><\/p>\n [\/et_pb_text][et_pb_button _builder_version=\u00bb4.22.1″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb button_text=\u00bbBolet\u00edn Salesiano\u00bb button_url=\u00bbhttps:\/\/www.salesianos.info\/boletin-salesiano\/\u00bb url_new_window=\u00bbon\u00bb custom_button=\u00bbon\u00bb button_text_size=\u00bb22px\u00bb button_text_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_bg_color=\u00bb#000000″ button_bg_enable_color=\u00bbon\u00bb button_border_color=\u00bb#000000″ button_icon=\u00bb9||divi||400″ button_icon_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_text_shadow_style=\u00bbpreset1″ button_text_shadow_color=\u00bb#000000″ box_shadow_style=\u00bbpreset2″ box_shadow_color=\u00bb#000000″ hover_enabled=\u00bb0″ sticky_enabled=\u00bb0″][\/et_pb_button][\/et_pb_column][\/et_pb_row][\/et_pb_section]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Solidaridad compartida Nunca supe con certeza mi identidad. 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