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\u201cNo me dejes solo\u201d \u00bfCu\u00e1ntas veces habremos escuchado esa frase de los labios de un joven?<\/p>\n
Cada d\u00eda que pasa escucho y deber\u00edamos escuchar (por desgracia) cada vez m\u00e1s palabras como estas o similares. El grito desgarrador de j\u00f3venes que quieren salir de su miseria, que en Espa\u00f1a suele ser con mayor tendencia psicol\u00f3gica o an\u00edmica m\u00e1s que material, aunque las haya tambi\u00e9n.<\/p>\n
\u201cNo me siento bien\u201d, \u201cnecesito que me ayudes\u201d, \u201cno puedo estar solo\u201d, \u201ces por la noche, cuanto m\u00e1s me vienen esos pensamientos a la cabeza y las ganas de hacerme otro porro, por favor, no me dejes solo\u201d<\/p>\n
Hace poco acabando la Eucarist\u00eda de la ma\u00f1ana recibo varias llamadas al tel\u00e9fono, decido cogerlo al salir de la capilla y dice una voz temblorosa: \u201cestoy solo en casa dando vueltas continuamente, hasta la tarde no viene mi hermano, puedo ir al colegio a estar contigo, sino voy a volver a liarme otro y no quiero\u201d.<\/p>\n
En ese momento, cambiamos nuestros planes por ellos. Porque la asistencia salesiana es la forma y el gesto concreto con los que se puede salvar a los j\u00f3venes. \u201cMientras estamos entre ellos son mejores\u201d.<\/p>\n
Estaba cercana la fiesta de la patrona y aquella ma\u00f1ana fuimos a la bas\u00edlica donde se encuentra, al llegar a la plaza me dijo que quer\u00eda entrar directamente (este chico, cristiano no practicante y con una fe espont\u00e1nea que si lo vi\u00e9ramos por la calle caer\u00edamos en prejuicios totalmente opuestos e incluso nos cambiar\u00edamos de acera) entr\u00f3 mientras yo me qued\u00e9 con otros chicos fuera. Al entrar al templo, no lo vi hasta que en la esquina (en lo escondido) de una peque\u00f1a capilla lloraba y rezaba a un Cristo de la Reconciliaci\u00f3n cayendo l\u00e1grimas como mares. \u00bfQuieres confesarte? \u2013 Le dije. Desde Primaria que no lo hago, \u00a1qu\u00e9 dices, qu\u00e9 verg\u00fcenza! \u2013 me respondi\u00f3. Tras estar ayud\u00e1ndole a prepararse, con libertad quiso realizar el sacramento y le llev\u00e9 a un sacerdote. Tras mucho tiempo, sali\u00f3 con una sonrisa (a la que espero que vuelvan dientes), llorando de alegr\u00eda, abraz\u00e1ndome y diciendo: \u201c\u00a1Hac\u00eda tiempo que no me sent\u00eda tan libre!\u201d<\/p>\n
Cuando era novicio, recuerdo unas buenas noches del Rector Mayor frente la cassina di Don Bosco en el Colle (Tur\u00edn) donde dijo: \u00a1Novicios, ojal\u00e1 no existi\u00e9ramos los Salesianos, ni la Congregaci\u00f3n, ojal\u00e1! Todos nos mir\u00e1bamos sin dar cr\u00e9dito de las palabras de Don \u00c1ngel, pero prosigui\u00f3: \u201cs\u00ed, digo que ojal\u00e1 no existi\u00e9ramos los salesianos, porque eso ser\u00eda decir que no hay j\u00f3venes ni pobres ni abandonados. Ojal\u00e1 no hubiera ninguno\u201d.<\/p>\n
Pero ah\u00ed estamos nosotros, salesianos, escuchando la voz de Dios en los j\u00f3venes que nos gritan: \u00a1no nos dej\u00e9is solos!
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Aquella primera tarde en el oratorio con tan solo 10 a\u00f1os sabiendo que tiene que volver al infierno de la obra y abismado de tal manera por la figura del santo, pronuncia con una voz temblorosa y blanca al cruzar el umbral oratoriano: \u201cpor favor, Don Bosco no me deje solo\u201d. Es la voz de Jos\u00e9 Buzzetti, primer salesiano coadjutor, que vio pasar toda su vida en instantes junto a \u00e9l, la noche agonizante del 30 de enero de 1888.<\/p>
\u201cNo me dejes solo\u201d \u00bfCu\u00e1ntas veces habremos escuchado esa frase de los labios de un joven?<\/p>
Cada d\u00eda que pasa escucho y deber\u00edamos escuchar (por desgracia) cada vez m\u00e1s palabras como estas o similares. El grito desgarrador de j\u00f3venes que quieren salir de su miseria, que en Espa\u00f1a suele ser con mayor tendencia psicol\u00f3gica o an\u00edmica m\u00e1s que material, aunque las haya tambi\u00e9n.<\/p>
\u201cNo me siento bien\u201d, \u201cnecesito que me ayudes\u201d, \u201cno puedo estar solo\u201d, \u201ces por la noche, cuanto m\u00e1s me vienen esos pensamientos a la cabeza y las ganas de hacerme otro porro, por favor, no me dejes solo\u201d<\/p>
Hace poco acabando la Eucarist\u00eda de la ma\u00f1ana recibo varias llamadas al tel\u00e9fono, decido cogerlo al salir de la capilla y dice una voz temblorosa: \u201cestoy solo en casa dando vueltas continuamente, hasta la tarde no viene mi hermano, puedo ir al colegio a estar contigo, sino voy a volver a liarme otro y no quiero\u201d.<\/p>
En ese momento, cambiamos nuestros planes por ellos. Porque la asistencia salesiana es la forma y el gesto concreto con los que se puede salvar a los j\u00f3venes. \u201cMientras estamos entre ellos son mejores\u201d.<\/p>
Estaba cercana la fiesta de la patrona y aquella ma\u00f1ana fuimos a la bas\u00edlica donde se encuentra, al llegar a la plaza me dijo que quer\u00eda entrar directamente (este chico, cristiano no practicante y con una fe espont\u00e1nea que si lo vi\u00e9ramos por la calle caer\u00edamos en prejuicios totalmente opuestos e incluso nos cambiar\u00edamos de acera) entr\u00f3 mientras yo me qued\u00e9 con otros chicos fuera. Al entrar al templo, no lo vi hasta que en la esquina (en lo escondido) de una peque\u00f1a capilla lloraba y rezaba a un Cristo de la Reconciliaci\u00f3n cayendo l\u00e1grimas como mares. \u00bfQuieres confesarte? \u2013 Le dije. Desde Primaria que no lo hago, \u00a1qu\u00e9 dices, qu\u00e9 verg\u00fcenza! \u2013 me respondi\u00f3. Tras estar ayud\u00e1ndole a prepararse, con libertad quiso realizar el sacramento y le llev\u00e9 a un sacerdote. Tras mucho tiempo, sali\u00f3 con una sonrisa (a la que espero que vuelvan dientes), llorando de alegr\u00eda, abraz\u00e1ndome y diciendo: \u201c\u00a1Hac\u00eda tiempo que no me sent\u00eda tan libre!\u201d<\/p>
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