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En verano hay regiones vaciadas que se vuelven a llenar. Las familias regresan a los pueblos y comarcas de las que emigraron sus padres o abuelos. Regiones que se fueron vaciando por falta de oportunidades o por el atractivo de una vida distinta en las ciudades.<\/span><\/p>\n El mundo rural ver\u00e1 de nuevo sus r\u00edos con ni\u00f1os gritando, plazas llenas de vida y bares con horarios m\u00e1s amplios para atender a la gente que aparecemos un par de meses.<\/span><\/p>\n En ese mundo rural a\u00fan encontramos, en ruinas o con vida, ermitas que a cierta distancia del pueblo son escenarios de romer\u00edas, devociones y encuentros populares.<\/span><\/p>\n Algunas fueron vaciadas de sus preciosas im\u00e1genes medievales, bien porque fueron robadas o fueron vendidas en momentos de necesidad. Otras, con tejados hundidos y paredes ca\u00eddas, a\u00fan ofrecen sombra en d\u00edas de paseo caluroso. A pesar de ello, me resisto a pensar que permanecen vac\u00edas. Ellas siguen acogiendo la presencia que les da sentido. En ellas, humilde y a veces olvidado, Dios nos regala su presencia.<\/span><\/p>\n Este verano te invito a embarcarte en una traves\u00eda \u00fanica y enriquecedora por las misteriosas ermitas abandonadas de la zona rural que tengas m\u00e1s cercanas o, si te apetece viajar m\u00e1s, las lejanas. Estos antiguos lugares de recogimiento y oraci\u00f3n nos ofrecen la oportunidad de conectar con la naturaleza, con lo divino, reflexionar sobre nuestra fe y descubrir la belleza oculta en medio de la soledad.<\/span><\/p>\n Imagina caminar por senderos antiguos, rodeados de la majestuosidad de la naturaleza y el silencio que s\u00f3lo se interrumpe con el susurro del viento. Al adentrarte en una ermita abandonada, sentir\u00e1s la presencia de siglos de historia y devoci\u00f3n impregnados en sus paredes. Son rincones que guardan la memoria de quienes all\u00ed rezaron, festejaron y convivieron y que ahora invitan a la contemplaci\u00f3n y al encuentro sereno con Dios.<\/span><\/p>\n Para un cristiano, visitar estas ermitas es una oportunidad \u00fanica para recordar la fe y las costumbres religiosas de nuestros abuelos y padres. Aquellos que probablemente nos ense\u00f1aron a rezar y vivir como cristianos, aunque luego hayamos elegido otra manera de vivir esa misma fe. Nuestras peque\u00f1as y alejadas ermitas, vaciadas de gente pero no de Dios, nos recuerdan con la sencillez y humildad de sus paredes, que no estamos hechos s\u00f3lo para trabajar y producir. Nos recuerdan la importancia de la espiritualidad en un mundo lleno de distracciones y ruidos.<\/span><\/p>\n Cada piedra, ventana rota, viga desgastada nos hablan de la vida de aquellos que buscaron refugio en estas ermitas en busca de paz y consuelo. Tambi\u00e9n aquellos que se tuvieron que esconder en tiempos de guerra. De aquellos que aportando dinero, material y horas de trabajo, construyeron ese espacio que ahora heredamos y no siempre cuidamos. Al recorrer estos espacios sagrados, es posible sentir la presencia de los que nos precedieron en la fe, record\u00e1ndonos que somos parte de una familia de bellas tradiciones.<\/span><\/p>\n Deseo que este verano las ermitas vaciadas que visites llenen tu interior de aquello con lo que Dios quiera llenarte.<\/span><\/p>\n [\/et_pb_text][et_pb_button _builder_version=\u00bb4.27.0″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb button_text=\u00bbBolet\u00edn Salesiano\u00bb button_url=\u00bbhttps:\/\/salesianos.info\/boletin-salesiano\/\u00bb url_new_window=\u00bbon\u00bb custom_button=\u00bbon\u00bb button_text_size=\u00bb17px\u00bb button_text_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_icon=\u00bb5||divi||400″ button_icon_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb hover_enabled=\u00bb0″ sticky_enabled=\u00bb0″ button_alignment=\u00bbcenter\u00bb][\/et_pb_button][\/et_pb_column][\/et_pb_row][\/et_pb_section]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" En medio de la quietud y serenidad que se respira en las ermitas olvidadas, es posible encontrar espacios de soledad y silencio, de encuentro personal y reflexi\u00f3n con Dios.<\/p>\n","protected":false},"author":8,"featured_media":124032,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"on","_et_pb_old_content":" En verano hay regiones vaciadas que se vuelven a llenar. 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En ellas, humilde y a veces olvidado, Dios nos regala su presencia.<\/span><\/p> Este verano te invito a embarcarte en una traves\u00eda \u00fanica y enriquecedora por las misteriosas ermitas abandonadas de la zona rural que tengas m\u00e1s cercanas o, si te apetece viajar m\u00e1s, las lejanas. Estos antiguos lugares de recogimiento y oraci\u00f3n nos ofrecen la oportunidad de conectar con la naturaleza, con lo divino, reflexionar sobre nuestra fe y descubrir la belleza oculta en medio de la soledad.<\/span><\/p> Imagina caminar por senderos antiguos, rodeados de la majestuosidad de la naturaleza y el silencio que s\u00f3lo se interrumpe con el susurro del viento. Al adentrarte en una ermita abandonada, sentir\u00e1s la presencia de siglos de historia y devoci\u00f3n impregnados en sus paredes. 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