{"id":125346,"date":"2024-10-03T10:00:24","date_gmt":"2024-10-03T08:00:24","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=125346"},"modified":"2024-10-03T09:57:48","modified_gmt":"2024-10-03T07:57:48","slug":"maestras-de-oracion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/maestras-de-oracion\/","title":{"rendered":"Maestras de oraci\u00f3n"},"content":{"rendered":"
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La Biblia ofrece muchos ejemplos de oraciones realizadas en las m\u00e1s variadas circunstancias. Hoy quiero compartir el ejemplo de algunas mujeres que en situaciones muy diversas no dudaron en confiarse a Dios, demostrando la importancia de la oraci\u00f3n en sus vidas.<\/p>\n
Ana, la madre de Samuel, es uno de los ejemplos m\u00e1s conocidos. Ana or\u00f3 con gran fervor en el templo, pidiendo a Dios un hijo. Su oraci\u00f3n fue tan intensa que el sacerdote El\u00ed pens\u00f3 que estaba borracha. Sin embargo, Dios la escuch\u00f3 con ternura y le concedi\u00f3 un hijo, un hijo especial que sirvi\u00f3 de ejemplo al pueblo de Israel.<\/p>\n
Otra figura destacada es Ester, la reina de Persia. Ester, siendo jud\u00eda, se enfrent\u00f3 a la amenaza de exterminio de su pueblo. Antes de presentarse ante el rey para interceder por los jud\u00edos, pidi\u00f3 a su comunidad que ayunara y orara durante tres d\u00edas. Su valent\u00eda y fe resultaron en la salvaci\u00f3n de su pueblo. Ester es el ejemplo de una oraci\u00f3n comprometida y transformadora.<\/p>\n
En el Nuevo Testamento encontramos a Mar\u00eda, la madre de Jes\u00fas, cuyo canto de alabanza, conocido como el Magn\u00edficat, es una bella oraci\u00f3n de gratitud y de exaltaci\u00f3n a Dios. Mar\u00eda reconoci\u00f3 las maravillas que Dios hab\u00eda hecho en su vida y en la historia de Israel. Podr\u00eda ser un buen ejemplo de que la oraci\u00f3n no s\u00f3lo sirve para pedir y pedir cosas a Dios.<\/p>\n
Otra mujer ejemplar en la oraci\u00f3n es Ana, la profetisa. Ana pasaba mucho tiempo en el templo, orando y ayunando. Su dedicaci\u00f3n fue recompensada cuando tuvo la oportunidad de ver al ni\u00f1o Jes\u00fas y profetizar sobre su misi\u00f3n.<\/p>\n
Tambi\u00e9n se destaca la historia de Marta y Mar\u00eda, hermanas de L\u00e1zaro. Mar\u00eda, en particular, mostr\u00f3 su devoci\u00f3n al sentarse a los pies de Jes\u00fas, escuchando sus ense\u00f1anzas y reconoci\u00e9ndolo como el Mes\u00edas. Aunque no es una oraci\u00f3n en la que ella habla, su actitud de escucha y aprendizaje es una forma de oraci\u00f3n muy necesaria en nuestra vida.<\/p>\n
Estas mujeres que encontramos en la Biblia nos ense\u00f1an, a trav\u00e9s de sus oraciones, a salir de nosotros mismos, a pensar en los dem\u00e1s, a abrir los ojos a los problemas que nos rodean, a callar y escuchar, a hacer experiencias de actitudes como la alabanza y gratitud. Las mujeres orantes de la Biblia nos ense\u00f1an la importancia de acercarse a Dios con un coraz\u00f3n sincero y confiado, buscando su gu\u00eda y agradeciendo todo lo que nos regala.<\/p>\n
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La Biblia ofrece muchos ejemplos de oraciones realizadas en las m\u00e1s variadas circunstancias. Hoy quiero compartir el ejemplo de algunas mujeres que en situaciones muy diversas no dudaron en confiarse a Dios, demostrando la importancia de la oraci\u00f3n en sus vidas.<\/p>
Ana, la madre de Samuel, es uno de los ejemplos m\u00e1s conocidos. Ana or\u00f3 con gran fervor en el templo, pidiendo a Dios un hijo. Su oraci\u00f3n fue tan intensa que el sacerdote El\u00ed pens\u00f3 que estaba borracha. Sin embargo, Dios la escuch\u00f3 con ternura y le concedi\u00f3 un hijo, un hijo especial que sirvi\u00f3 de ejemplo al pueblo de Israel.<\/p>
Otra figura destacada es Ester, la reina de Persia. Ester, siendo jud\u00eda, se enfrent\u00f3 a la amenaza de exterminio de su pueblo. Antes de presentarse ante el rey para interceder por los jud\u00edos, pidi\u00f3 a su comunidad que ayunara y orara durante tres d\u00edas. Su valent\u00eda y fe resultaron en la salvaci\u00f3n de su pueblo. Ester es el ejemplo de una oraci\u00f3n comprometida y transformadora.<\/p>
En el Nuevo Testamento encontramos a Mar\u00eda, la madre de Jes\u00fas, cuyo canto de alabanza, conocido como el Magn\u00edficat, es una bella oraci\u00f3n de gratitud y de exaltaci\u00f3n a Dios. Mar\u00eda reconoci\u00f3 las maravillas que Dios hab\u00eda hecho en su vida y en la historia de Israel. Podr\u00eda ser un buen ejemplo de que la oraci\u00f3n no s\u00f3lo sirve para pedir y pedir cosas a Dios.<\/p>
Otra mujer ejemplar en la oraci\u00f3n es Ana, la profetisa. Ana pasaba mucho tiempo en el templo, orando y ayunando. Su dedicaci\u00f3n fue recompensada cuando tuvo la oportunidad de ver al ni\u00f1o Jes\u00fas y profetizar sobre su misi\u00f3n.<\/p>
Tambi\u00e9n se destaca la historia de Marta y Mar\u00eda, hermanas de L\u00e1zaro. Mar\u00eda, en particular, mostr\u00f3 su devoci\u00f3n al sentarse a los pies de Jes\u00fas, escuchando sus ense\u00f1anzas y reconoci\u00e9ndolo como el Mes\u00edas. Aunque no es una oraci\u00f3n en la que ella habla, su actitud de escucha y aprendizaje es una forma de oraci\u00f3n muy necesaria en nuestra vida.<\/p>
Estas mujeres que encontramos en la Biblia nos ense\u00f1an, a trav\u00e9s de sus oraciones, a salir de nosotros mismos, a pensar en los dem\u00e1s, a abrir los ojos a los problemas que nos rodean, a callar y escuchar, a hacer experiencias de actitudes como la alabanza y gratitud. Las mujeres orantes de la Biblia nos ense\u00f1an la importancia de acercarse a Dios con un coraz\u00f3n sincero y confiado, buscando su gu\u00eda y agradeciendo todo lo que nos regala.<\/p>","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[367,362],"tags":[],"class_list":["post-125346","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-aprendiendo-a-vivir","category-blogs","et-has-post-format-content","et_post_format-et-post-format-standard"],"yoast_head":"\n