De manera s\u00fabita nos hemos encontrado que somos tremendamente vulnerables y fr\u00e1giles. El Covid-19 nos exige asumir medidas que incluso nos alejan de la posibilidad de acercarnos a los otros; el confinamiento hasta ahora sigue siendo una de las medidas m\u00e1s recomendada por su efectividad en la propagaci\u00f3n del virus, haci\u00e9ndola incluso obligatoria.<\/p>\n
Este aislamiento involuntario ha permitido que una galer\u00eda de rostros valientes est\u00e9 intensificando su labor, brindando atenci\u00f3n con gestos desinteresados y llenos de humanidad; vemos pintado en ANS a diario un lienzo multicolor salesiano de iniciativas educativo-pastorales para acortar las distancias con los ni\u00f1os, adolescentes y j\u00f3venes. Y mientras tanto, el educador salesiano se est\u00e1 preguntando: \u00bfQu\u00e9 respuesta pastoral real y coherente en tiempos de pandemia? \u00bfCon qu\u00e9 desaf\u00edos? \u00bfCon qu\u00e9 criterios? \u00bfCu\u00e1l debe ser nuestra motivaci\u00f3n?<\/p>\n
Si la necesidad de cuidar y de ser cuidado es consustancial al ser humano, el cuidado pastoral ahora es prioritario. El cuidado no es una \u201cpraxis pastoral\u201d m\u00e1s, sino la pr\u00e1ctica de acompa\u00f1amiento m\u00e1s id\u00f3nea para estos tiempos.<\/p>\n
Nuestra pastoral, pasa necesariamente por hacernos cargo de la realidad del otro y que exige de nosotros creyentes, y muy especialmente ahora, capacidad de sintonizar con el oc\u00e9ano de los sentimientos que una pandemia provoca.<\/p>\n
Muchas personas necesitan el desahogo y la compa\u00f1\u00eda de la escucha, el ox\u00edgeno del descanso y el rostro amable de una sonrisa, la caricia del reconocimiento y un hombro sobre el que poder recostarse sin miedos. El cuidado salesiano no deja fuera a nadie. Ninguna tecnolog\u00eda lo puede sustituir, porque exige un rostro, una mirada, un encuentro, un saber acompa\u00f1ar. Y el primer paso para ello implica sumergirse, con el coraz\u00f3n de Buen Pastor, en la realidad de las personas.<\/p>\n
Vivir en estado de cuarentena est\u00e1 desencadenando una serie de reacciones y sensibilidades, importantes de captar para quienes hemos aprendido la sabidur\u00eda salesiana del v\u00ednculo afectivo, eje central del Sistema Preventivo de Don Bosco. En primer lugar, la pandemia es una experiencia de duelo, un dolor por una p\u00e9rdida. No solo por el fallecimiento del ser querido, sino tambi\u00e9n por otro tipo de p\u00e9rdidas que generan cambios significativos. En este caso, muchos j\u00f3venes se han quedado sin puntos de referencia cotidianos que constitu\u00edan el conjunto de rutinas, personas, actividades o espacios que coloreaban el ritmo normal de la vida. En segundo lugar, qui\u00e9rase o no, se experimenta la pobreza impuesta por la situaci\u00f3n: la pobreza de la dependencia de los dem\u00e1s, de la competencia de los otros para luchar por recuperar lo de antes o por vivir de modo soportable la propia situaci\u00f3n. En tercer lugar, en medio de estas turbulencias, tambi\u00e9n resulta imprescindible hacer frente a la desorientaci\u00f3n, cuando no miedo, de los adultos que pierden tambi\u00e9n el derecho a manifestar los propios sentimientos, particularmente si \u00e9stos tienen una connotaci\u00f3n negativa. Una especie de \u201clluvia de prohibiciones\u201d, que tiene que ver con la comunicaci\u00f3n de sentimientos como el des\u00e1nimo, la depresi\u00f3n, la rabia, la impaciencia o la tristeza.<\/p>\n
Y ante esto, \u00bfqu\u00e9 criterios debemos asumir para una acci\u00f3n educativo-pastoral adecuada? \u00bfDesde d\u00f3nde mirar esta realidad tan compleja? \u00bfQu\u00e9 podemos hacer con realismo y esperanza? Nos atrevemos a decir que nuestra mirada evangelizadora deber\u00eda girar en torno a tres indicadores, de especial profundidad y urgencia, como son: la creatividad, la audacia y el discernimiento. Quisiera contribuir a estas tres actitudes, con unas breves pistas:<\/p>\n
El coronavirus es una oportunidad para parar. Ahora m\u00e1s que nunca se impone desarrollar el h\u00e1bito del discernimiento, una sana hermen\u00e9utica que promueve la pregunta: \u00bfQu\u00e9 nos est\u00e1 diciendo el Se\u00f1or en este momento de la historia? \u00bfQu\u00e9 estoy aprendiendo? \u00bfQu\u00e9 hab\u00eda perdido? \u00bfQu\u00e9 es esencial? Y quiz\u00e1s en este punto es donde se visualiza una de las principales conclusiones del S\u00ednodo sobre los j\u00f3venes: ha dejado ver que el modelo pastoral salesiano funciona. De hecho, la base del S\u00ednodo sobre los j\u00f3venes la encontramos en la s\u00edntesis entre el modelo pastoral salesiano y elementos del modelo pastoral ignaciano (la personalizaci\u00f3n -acompa\u00f1amiento- y el discernimiento -actitud vital creyente-).<\/p>\n
La crisis, no hay que olvidarlo, tambi\u00e9n genera dolor. Por ello, es necesario colocarse a la escucha del sufrimiento, ejercer el descentramiento de uno mismo para centrarnos en las periferias f\u00edsicas y psicol\u00f3gicas a las que estamos llamados a ir como Iglesia. La escucha y la conversaci\u00f3n se tornan en acciones imprescindibles para poder entender a los j\u00f3venes m\u00e1s necesitados, salesianamente hablando, nuestros \u201chospitales de campa\u00f1a\u201d. Met\u00e1fora tan l\u00facida del Papa que suena a estar sobre el terreno, en lo urgente, de forma \u00e1gil, ligera, a propia iniciativa para decidir enseguida qu\u00e9 hacer y c\u00f3mo. Para leer e interpretar la realidad desde los \u00faltimos se requieren las entra\u00f1as misericordiosas de Dios, que saben buscar y encontrar el bien que esconde el coraz\u00f3n del pr\u00f3jimo e, incluso, que son capaces de revel\u00e1rselo cuando \u00e9ste por las circunstancias de su vida lo ignora.
\nEl cuidado pastoral significa tambi\u00e9n acompa\u00f1ar los procesos de construcci\u00f3n personal: la \u00abdimensi\u00f3n samaritana de la fe\u00bb, parte del presupuesto pastoral de que cualquier situaci\u00f3n de dolor y de crisis personal y social no es solamente un tiempo de tensi\u00f3n que debemos soportar, sino tambi\u00e9n una oportunidad para la re\u00adconstrucci\u00f3n y el crecimiento personal. Se ha impuesto dejar vac\u00edas las calles, para llenarnos bien por dentro. Nuestras rutinas cotidianas, las vivencias perso\u00adnales internas y su dimensi\u00f3n espiritual nos han llevado a la pregunta existencial por el sentido; y \u00e9sta siempre va acompa\u00f1ada por la pregunta sobre Dios (aqu\u00ed tenemos nuestra oportunidad desde la clave de la b\u00fasqueda de lo esencial). Una persona en estas claves est\u00e1 m\u00e1s capacitada para reconocer al Dios que le habita, que le ama incondicionalmente como es y que alienta sus mejores deseos.<\/p>\n
El confinamiento est\u00e1 salvando vidas, pero tambi\u00e9n nos puede ayudar a esa necesaria reconciliaci\u00f3n con la propia fragilidad. Las personas experimentamos que cualquier fallo a lo largo del ciclo vital puede descompensar \u00e1reas importantes. Si bien nos encontramos ante una generaci\u00f3n de j\u00f3venes con unos niveles de informaci\u00f3n, comunicaci\u00f3n y conocimiento desconocidos hasta la fecha, no es menos cierto que se est\u00e1n experimentado humanamente vulnerables y limitados. Pero como educadores-pastores podemos ayudarles a focalizar que desde la finitud se tiene una visi\u00f3n m\u00e1s completa de la vida; all\u00ed se dan cita valores como la sabidur\u00eda de las \u201ccosas peque\u00f1as\u201d, el cultivo de la interioridad, la importancia del ser frente al solo hacer, el valor dado a la amistad y a las personas que viven bajo nuestro mismo techo, la importancia de los momentos ‘para nosotros’, el encuentro con la Palabra anhelando poder volver un d\u00eda en torno al Pan, el cuidado de esta peque\u00f1a parte del Universo que tenemos como nuestro hogar,.etc…<\/p>\n
Todas estas sugerencias pueden y deber ir unidas a experiencias de proximidad, respuestas pr\u00e1cticas de incidencia real, involucrando a la Comunidades Educativo-Pastorales: voluntariado; donaciones puntuales o peri\u00f3dicas; programas de atenci\u00f3n a ni\u00f1os vulnerables, d\u00e1ndoles accesos a una alimentaci\u00f3n b\u00e1sica, atenci\u00f3n psicol\u00f3gica y la posibilidad de seguir con su educaci\u00f3n; liturgias y catequesis online; relaciones cotidianas gratuitas \u2026 y muchas microhistorias de ayuda y apoyo al pr\u00f3jimo. Estrategias eficaces s\u00ed, pero afectivas que permitan un acercamiento consciente y solidario.<\/p>\n
Pero la vulnerabilidad no s\u00f3lo se hace protagonista en la vida de los que acompa\u00f1amos. Tambi\u00e9n est\u00e1 presente en la de sus cuidadores, en nosotros. Cuidar es dar apoyo, acompa\u00f1ar, dar protagonismo al otro, transmitir consuelo, serenidad y paz; pero ello s\u00f3lo es posible si el que se dispone a desarrollar dicha tarea goza de equilibrio emocional y de salud espiritual. La Resurrecci\u00f3n es el \u00abmilagro\u00bb de vivirlo todo en nombre de Jes\u00fas. Y en ese todo est\u00e1n nuestros encuentros, nuestros \u00e1nimos, nuestras escuchas, nuestra oraci\u00f3n. Guardemos todos estos milagros Pascuales, en el Cen\u00e1culo del nuestro coraz\u00f3n.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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