{"id":129572,"date":"2024-11-12T13:03:10","date_gmt":"2024-11-12T12:03:10","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=129572"},"modified":"2024-11-12T13:04:00","modified_gmt":"2024-11-12T12:04:00","slug":"el-edificio","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/el-edificio\/","title":{"rendered":"El edificio"},"content":{"rendered":"

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Entre cascotes y escombros<\/strong><\/em><\/p>\n

Tan s\u00f3lo me queda un amargo recuerdo de lo que viv\u00ed en otro tiempo. Hube de marchar antes de llegar. Fui un anhelo convertido prematuramente en cascotes y escombros.
Todav\u00eda recuerdo mis inicios. Los ojos de don Bosco no se cansaban de acariciar las finas l\u00edneas de tinta china delineadas sobre papel vegetal. Yo era un plano llamado a convertirme en un edificio para albergar las clases nocturnas de los aprendices<\/strong>. Me sent\u00eda orgulloso de compartir anhelos con aquel cura joven.<\/p>\n

D\u00edas despu\u00e9s, un centenar de muchachos, arrebujados en sus ra\u00eddos jerseys de lana, aplaud\u00edan mientras don Bosco colocaba la primera piedra de mi cuerpo. Dio \u00f3rdenes a los alba\u00f1iles para que aceleraran mi construcci\u00f3n. En cuanto pude apoyarme sobre los cimientos, creci\u00f3 mi silueta de ladrillos ensamblados con mortero de cal, arena y agua.<\/strong><\/p>\n

Una aciaga noche descubr\u00ed que algo no iba bien. Sufr\u00eda grandes dolores en mis articulaciones. Deb\u00eda hacer \u00edmprobos esfuerzos para mantenerme en pie.
D\u00edas despu\u00e9s me horroric\u00e9 al descubrir el motivo. Aquellos ruines alba\u00f1iles escamoteaban la cal al amasar el mortero que ensamblaba mis ladrillos. Quise gritar. Avisar del fraude a don Bosco.<\/strong> Pero los edificios no tenemos voz. Somos un silencio erguido.<\/p>\n

Lo peor vino despu\u00e9s. Comenz\u00f3 a caer una pertinaz lluvia. Cesaron las obras. Los aguaceros dilu\u00edan la poca cal que un\u00eda a mis ladrillos. Me deterioraba. Mi ruina era inminente<\/strong>.<\/p>\n

Larga y penosa fue la noche de mi adi\u00f3s definitivo. Llov\u00eda. Yo hab\u00eda perdido toda la energ\u00eda. Cuando iba a caer, descubr\u00ed que varios muchachos correteaban a mis pies. Hice acopio de las pocas fuerzas que me quedaban. Resist\u00ed hasta que se fueron a dormir. Dej\u00e9 caer entonces el muro m\u00e1s lejano. Un inmenso dolor recorri\u00f3 mi cuerpo. El ruido de mis ladrillos al derrumbarse fue como un alarido grave y profundo. Respir\u00e9 aliviado. Hab\u00eda conseguido despertar a don Bosco y a sus muchachos.<\/strong><\/p>\n

Luego, barah\u00fanda y griter\u00edo desordenado. Cuando comprob\u00e9 que todos estaban alejados, dej\u00e9 caer otro de mis muros. Nuevo estr\u00e9pito. Mayor desolaci\u00f3n.<\/strong><\/p>\n

Antes de despedirme de este mundo, pude contemplar la entereza de don Bosco<\/strong>. Convirti\u00f3 el comedor y la iglesia en improvisados dormitorios. Renaci\u00f3 una calma ef\u00edmera.<\/p>\n

Pero yo estaba herido de muerte<\/strong>. Al amanecer, volvi\u00f3 a crujir mi cuerpo. Cay\u00f3 mi tercer muro. Cascotes y ladrillos rotos se mezclaron con una tierra sucia y embarrada.
Mientras agonizaba, me embarg\u00f3 un sentimiento de nostalgia: \u00a1Cu\u00e1nto me gustar\u00eda ver el nuevo edificio que me iba a reemplazar! Porque algo me dec\u00eda que habr\u00eda un nuevo edificio tan grande como la confianza que don Bosco ten\u00eda en la providencia de un Dios que s<\/strong>iempre cuida de sus muchachos.<\/p>\n

Nota. 1 diciembre 1852. Don Bosco ampl\u00eda el Oratorio. Comienza a levantar un edificio para alojar las escuelas nocturnas. Las prisas, los deficientes materiales de construcci\u00f3n y la lluvia provocan el derrumbe de la obra. No hubo desgracias personales. (MBe IV, 387-396)<\/em><\/p>\n

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El serm\u00f3n de las coles<\/strong><\/p>

Soy una coliflor. Tengo la cabeza blanca y redonda. Me protegen varias hojas verdes y fuertes.<\/p>

Las dos primeras semanas de mi vida transcurrieron en el vivero de una huerta cercana al r\u00edo Po. Primeramente, brot\u00f3 mi semilla. Luego, cuando era una coliflor beb\u00e9, que s\u00f3lo contaba con tres min\u00fasculas hojas, lleg\u00f3 el momento crucial que marca nuestra existencia: el trasplante. Todas nosotras pasamos de la tierra protegida del vivero a la dura vida en el surco. Del acierto en esta labor depende la calidad de nuestro futuro.<\/p>

Plantada a unos tres palmos de mis compa\u00f1eras, crec\u00ed independiente. Meses despu\u00e9s, cuando ya me hab\u00eda convertido en una hermosa hortaliza, me separaron de la tierra. Me colocaron cuidadosamente en una cesta de mimbre junto a otras coles. Y emprendimos viaje en carro. Durante el trayecto nos pregunt\u00e1bamos cu\u00e1l ser\u00eda nuestro destino.<\/p>

Al saberlo, no pudimos evitar un moh\u00edn de disgusto. Est\u00e1bamos destinadas a la mesa de los chicos pobres acogidos por un cura joven llamado Don Bosco<\/strong>. Mala suerte. Los muchachos suelen despreciarnos. No somos su plato preferido.<\/p>

Cuando llegamos, el mismo Don Bosco tom\u00f3 la cesta de mimbre con sus manos. Nos llev\u00f3 a la cocina de Mam\u00e1 Margarita<\/strong>.<\/p>

Pero nada fue como hab\u00edamos imaginado. Aquellos muchachos \u00a1nos recibieron entusiasmados! No eran como esos ni\u00f1os mimados y malcriados que al vernos hacen muecas de asco. Fue una acogida magn\u00edfica. Nos dispusimos a ofrecerles nuestro sabor m\u00e1s exquisito.<\/p>

Mam\u00e1 Margarita, tras hervirnos, nos revisti\u00f3 con salsa de tomate. Espolvore\u00f3 una suave capa de queso parmesano. Alborozo y satisfacci\u00f3n al vernos convertidas en un suculento banquete. Me emocion\u00e9.<\/p>

Todav\u00eda estaba conmovida, cuando un muchacho alz\u00f3 la voz preguntando a Don Bosco: \u201c\u00bfEstas coles son como las del serm\u00f3n? Son tan sabrosas porque las trasplantaron, \u00bfverdad?\u201d.<\/p>

Por toda respuesta, el sacerdote movi\u00f3 afirmativamente la cabeza y sonri\u00f3. Luego, tras bendecir la mesa, comenzaron a comer.<\/p>

Cuando yo estaba a punto de desaparecer de este mundo, el muchacho prosigui\u00f3: \u201cNosotros somos como las coles. Cada vez que nos trasplantan, mejoramos. \u00bfDon Bosco, a que es bueno cambiar de un lugar a otro?\u201d.<\/p>

Mientras yo entornaba los ojos para despedirme de esta vida, recuerdo que el joven sacerdote mir\u00f3 al chico con resignada paciencia. Tras cinco a\u00f1os de continuo peregrinaje de prado en prado, por fin hab\u00eda llegado al Oratorio de Valdocco, la Tierra Prometida de sus j\u00f3venes. Me pareci\u00f3 escuchar a Don Bosco musitando en voz baja: \u201cNo, hijo, no. Aqu\u00ed estamos bien. \u00a1Y Dios quiera que nunca m\u00e1s seamos\u2026 como coles trasplantadas!\u201d.<\/p>

Nota. Julio 1845. Don Bosco lleva cuatro a\u00f1os sin encontrar un lugar estable donde reunir a sus chicos. Consigue provisionalmente reunirlos en Los Molinos del r\u00edo Dora. A fin de animarlos, les dirige el famoso serm\u00f3n de \u00abLas coles trasplantadas\u00bb: compara la penosa situaci\u00f3n itinerante que viven con la tarea agr\u00edcola de trasplantar a estas hortalizas para que crezcan fuertes (MBe II, 235-237).<\/em><\/p>","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[362,368],"tags":[],"class_list":["post-129572","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-blogs","category-las-cosas-de-don-bosco","et-doesnt-have-format-content","et_post_format-et-post-format-standard"],"yoast_head":"\nEl edificio - Salesianos Espa\u00f1a<\/title>\n<meta name=\"robots\" content=\"index, follow, max-snippet:-1, max-image-preview:large, max-video-preview:-1\" \/>\n<link rel=\"canonical\" href=\"https:\/\/salesianos.info\/blog\/el-edificio\/\" \/>\n<meta property=\"og:locale\" content=\"es_ES\" \/>\n<meta property=\"og:type\" content=\"article\" \/>\n<meta property=\"og:title\" content=\"El edificio - Salesianos Espa\u00f1a\" \/>\n<meta property=\"og:description\" content=\"Autores\" \/>\n<meta property=\"og:url\" content=\"https:\/\/salesianos.info\/blog\/el-edificio\/\" \/>\n<meta property=\"og:site_name\" content=\"Salesianos Espa\u00f1a\" \/>\n<meta property=\"article:published_time\" content=\"2024-11-12T12:03:10+00:00\" \/>\n<meta property=\"article:modified_time\" content=\"2024-11-12T12:04:00+00:00\" \/>\n<meta property=\"og:image\" content=\"https:\/\/salesianos.info\/wp-content\/uploads\/2024\/11\/09-COSAS-Noviembre-1.jpg\" \/>\n\t<meta property=\"og:image:width\" content=\"1024\" \/>\n\t<meta property=\"og:image:height\" content=\"1024\" \/>\n\t<meta property=\"og:image:type\" content=\"image\/jpeg\" \/>\n<meta name=\"author\" content=\"marian\" \/>\n<meta name=\"twitter:card\" content=\"summary_large_image\" \/>\n<meta name=\"twitter:label1\" content=\"Escrito por\" \/>\n\t<meta name=\"twitter:data1\" content=\"marian\" \/>\n\t<meta name=\"twitter:label2\" content=\"Tiempo de lectura\" \/>\n\t<meta name=\"twitter:data2\" content=\"3 minutos\" \/>\n<script type=\"application\/ld+json\" class=\"yoast-schema-graph\">{\"@context\":\"https:\/\/schema.org\",\"@graph\":[{\"@type\":\"WebPage\",\"@id\":\"https:\/\/salesianos.info\/blog\/el-edificio\/\",\"url\":\"https:\/\/salesianos.info\/blog\/el-edificio\/\",\"name\":\"El edificio - 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