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Descubrimos as\u00ed que Dios tiene una gran fe en el ser humano. No ha querido ser una s\u00faper estrella, un superm\u00e1n, un ser extraterrestre, un h\u00e9roe con s\u00faper poderes\u2026 sino un beb\u00e9, una criatura.<\/p>\n
Pero esta fe en los hombres y mujeres que se da en la Encarnaci\u00f3n no acaba en Bel\u00e9n. A lo largo de su vida, Jes\u00fas apost\u00f3 por las personas de una manera superlativa.
\nEstuvo por encima del racismo, se acerc\u00f3 con cari\u00f1o a los samaritanos y les trat\u00f3 con un respeto exquisito. Puso a un samaritano como ejemplo de solidaridad, por m\u00e1s que esto fuera ofensivo para los jud\u00edos.<\/p>\n
Respet\u00f3 otras creencias religiosas y no rechaz\u00f3 a nadie por pensar distinto, habl\u00f3 con el centuri\u00f3n romano, propici\u00f3 la curaci\u00f3n de su criado y puso al romano como modelo de fe.<\/p>\n
Se sent\u00f3 a comer con los pecadores, los publicanos y los excluidos por los m\u00e1s diversos motivos.<\/p>\n
Bendijo a los ni\u00f1os, que eran insignificantes. En una sociedad machista, trat\u00f3 a las mujeres con toda la dignidad del mundo. Se salt\u00f3 la Ley y las tradiciones religiosas para acercarse a los que sufr\u00edan. Acarici\u00f3 a los leprosos, abraz\u00f3 a los enfermos, toc\u00f3 los cad\u00e1veres, dio dignidad a los tratados por locos \u2026 bendijo, cur\u00f3, am\u00f3\u2026
\nEl mismo que tuvo que refugiarse en el Egipto polite\u00edsta, el mismo que fue rechazado por los profesionales de la Religi\u00f3n y fue crucificado acusado de blasfemia\u2026 es el mismo cuyo nacimiento celebramos en Navidad.<\/p>\n
Es, ni m\u00e1s ni menos, la Encarnaci\u00f3n, la manifestaci\u00f3n de la opci\u00f3n de Dios por el ser humano.<\/p>\n
Por eso, no hay otro modo de celebrar la Navidad m\u00e1s que acercarse con un respeto reverencial a cada persona sabiendo que en el coraz\u00f3n de cada cual late el mismo Dios.
\nUrge amar, perdonar, saludar, reconciliarse, intentar descubrir lo bueno de cada uno \u2013por m\u00e1s que no nos caiga bien-, urge seguir celebrando la Encarnaci\u00f3n en cada momento de nuestra historia. Cada hombre, cada mujer, es imagen de Dios. Dios se ha hecho humano. Urge, pues, vivir humanamente.<\/p>\n
Si no nos acercamos fraternalmente a las personas, nuestra Navidad ser\u00e1 un puro espumill\u00f3n tan brillante como vac\u00edo, tan sint\u00e9tico como carente de alma.
\nAtrev\u00e1monos a vivir como humanos.<\/p>\n
Feliz humanidad.<\/p>\n
Feliz Navidad.
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Estamos a pocos d\u00edas de la Navidad. Como cada a\u00f1o, los cristianos celebraremos el estallido de la vida en la Historia con el nacimiento de Jes\u00fas. A este acontecimiento le llamamos muy solemnemente la Encarnaci\u00f3n; es decir, Dios se hace carne\u2026 se hace un ni\u00f1o\u2026 una persona.<\/p>
Descubrimos as\u00ed que Dios tiene una gran fe en el ser humano. No ha querido ser una s\u00faper estrella, un superm\u00e1n, un ser extraterrestre, un h\u00e9roe con s\u00faper poderes\u2026 sino un beb\u00e9, una criatura.<\/p>
Pero esta fe en los hombres y mujeres que se da en la Encarnaci\u00f3n no acaba en Bel\u00e9n. A lo largo de su vida, Jes\u00fas apost\u00f3 por las personas de una manera superlativa.
Estuvo por encima del racismo, se acerc\u00f3 con cari\u00f1o a los samaritanos y les trat\u00f3 con un respeto exquisito. Puso a un samaritano como ejemplo de solidaridad, por m\u00e1s que esto fuera ofensivo para los jud\u00edos.<\/p>
Respet\u00f3 otras creencias religiosas y no rechaz\u00f3 a nadie por pensar distinto, habl\u00f3 con el centuri\u00f3n romano, propici\u00f3 la curaci\u00f3n de su criado y puso al romano como modelo de fe.<\/p>
Se sent\u00f3 a comer con los pecadores, los publicanos y los excluidos por los m\u00e1s diversos motivos.<\/p>
Bendijo a los ni\u00f1os, que eran insignificantes. En una sociedad machista, trat\u00f3 a las mujeres con toda la dignidad del mundo. Se salt\u00f3 la Ley y las tradiciones religiosas para acercarse a los que sufr\u00edan. Acarici\u00f3 a los leprosos, abraz\u00f3 a los enfermos, toc\u00f3 los cad\u00e1veres, dio dignidad a los tratados por locos \u2026 bendijo, cur\u00f3, am\u00f3\u2026
El mismo que tuvo que refugiarse en el Egipto polite\u00edsta, el mismo que fue rechazado por los profesionales de la Religi\u00f3n y fue crucificado acusado de blasfemia\u2026 es el mismo cuyo nacimiento celebramos en Navidad.<\/p>
Es, ni m\u00e1s ni menos, la Encarnaci\u00f3n, la manifestaci\u00f3n de la opci\u00f3n de Dios por el ser humano.<\/p>
Por eso, no hay otro modo de celebrar la Navidad m\u00e1s que acercarse con un respeto reverencial a cada persona sabiendo que en el coraz\u00f3n de cada cual late el mismo Dios.
Urge amar, perdonar, saludar, reconciliarse, intentar descubrir lo bueno de cada uno \u2013por m\u00e1s que no nos caiga bien-, urge seguir celebrando la Encarnaci\u00f3n en cada momento de nuestra historia. Cada hombre, cada mujer, es imagen de Dios. Dios se ha hecho humano. Urge, pues, vivir humanamente.<\/p>
Si no nos acercamos fraternalmente a las personas, nuestra Navidad ser\u00e1 un puro espumill\u00f3n tan brillante como vac\u00edo, tan sint\u00e9tico como carente de alma.
Atrev\u00e1monos a vivir como humanos.<\/p>
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