{"id":13726,"date":"2020-07-23T17:57:00","date_gmt":"2020-07-23T15:57:00","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=13726"},"modified":"2020-07-23T17:57:00","modified_gmt":"2020-07-23T15:57:00","slug":"que-ardia-alli-en-el-palacio-real-requiem-auxilium-christianorum-auxilio-de-los-cristianos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/que-ardia-alli-en-el-palacio-real-requiem-auxilium-christianorum-auxilio-de-los-cristianos\/","title":{"rendered":"\u00bfQu\u00e9 ard\u00eda all\u00ed en el Palacio Real? Requiem: Auxilium Christianorum \/ Auxilio de los Cristianos"},"content":{"rendered":"
Me gustar\u00eda urdir la gatada<\/em> de un r\u00e9quiem<\/em> por los \u201c40.000\u201d fallecidos a causa del coronavirus-19, aunque mi cabeza ya no maquina como antes, porque no hay a d\u00f3nde ir, a partir de ciertas horas, de ciertos d\u00edas, de ciertos territorios. Y no es el calor manchego de Madrid, sino la realidad la que lo aprieta.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Tomo aire en Las Carboneras<\/em> y ese corto destierro en su iglesia del XVII, con el Sant\u00edsimo expuesto<\/em> me asesta una leve alegr\u00eda, una tregua, un b\u00e1lsamo. As\u00ed regreso a casa. As\u00ed me instalo en mi cuarto. As\u00ed comienzo a escribir para recuperar a los amigos del blog.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Requiem aeternam<\/em> \/ Descanso eterno.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Un r\u00e9quiem<\/em> supone a todos los efectos el rescate de unos nombres, de unas vidas y de unas conductas \u2013todas\u2013 dignificadas por el prudente ejercicio de la raz\u00f3n y de la fe cristiana sobre todo, y tambi\u00e9n de otras fes. Entre la actitud serena, siempre ecu\u00e1nime, y hasta bella, de la liturgia romana<\/em> secular y la de los consabidos y conocidos espadachines de la pol\u00edtica, queda la misma distancia que entre la vida contemplativa de los monjes de Silos y la jaula de los leones de una \u201cCasa de fieras\u201d.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Contaminados de extrav\u00edo ponemos la brasa del duelo y del respeto en direcci\u00f3n a la humareda de un pebetero y de all\u00ed a la negaci\u00f3n de Dios y de all\u00ed a la negaci\u00f3n del hombre y de all\u00ed a la nada televisada. Y no, no.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Requiem aeternam dona eis, Domine<\/em> \/ Dales, Se\u00f1or, el descanso eterno<\/em>.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Los \u201c40.000\u201d levantaron su vuelo sin esquinas junto al virus agresivo que les volte\u00f3 el ansia de vivir. Los \u201c40.000\u201d se instalaron en el centro de la muerte. Borraron cualquier rastro de su pasado, sin explicarse por qu\u00e9 tuvieron que morir. Nadie sabe ya qui\u00e9n es qui\u00e9n. Qui\u00e9nes son, en vano. Porque todos ejercen una fascinaci\u00f3n de mujeres y hombres diminutos, divinos y humillados, de huesudas piernas finas y combadas y de espaldas encorvadas y tiesas, bajo el peso de rep\u00fablicas, revoluciones, guerras y posguerras.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Et lux perpetua luceat eis<\/em> \/ Y brille para ellos la luz eterna<\/em>.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Que nuestra oraci\u00f3n tenga la intensidad suficiente para secar las l\u00e1grimas, aunque estemos ya sobrepasados por la morfina de los hechos.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Los \u201c40.000\u201d, cad\u00e1veres a\u00fan tibios, recorren los caminos de la tierra \u2013para hacerse tierras de la tierra de Espa\u00f1a\u2013 y los caminos del alma \u2013ese ventalle de cedros de la llama de amor viva, encendida en los versos de San Juan de la Cruz, desde la Espa\u00f1a devastada de la guerra incivil (Gernika, Cabra, Brunete, el Ebro) hasta de rep\u00fablicas y posguerras; desde el amor cauterizado a la pasi\u00f3n sin fin; desde los gulags<\/em> sovi\u00e9ticos con \u201cdivisiones azules\u201d o sin ellas a campos de concentraci\u00f3n nazis. Ni la niebla ni el sol, ni la lluvia ni el viento saben escribir de forma tan cierta sobre el amor, que es, al decir, de Quevedo: \u201chielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente\u201d, pese a los esfuerzos de Octavio Paz<\/em> por imponerse en los rituales del Palacio Real en Madrid.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Requiem aeternam<\/em> \/ Descanso eterno<\/em>.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Quiero que la secular liturgia romana<\/em> abrase los labios ya in\u00fatiles de los \u201c40.000\u201d entre los miles de anhelos de miles de ni\u00f1os, quiz\u00e1s sus nietos \u2013criaturas distintas y de una fecunda fragilidad\u2013 y las caricias de los cielos h\u00famedos en Galicia, Asturias, Cantabria o Pa\u00eds Vasco; de los cielos abrasadores de Arag\u00f3n, Castilla, La Mancha, Extremadura o Andaluc\u00eda y, en fin, hasta la \u201csalada claridad\u201d identitaria de C\u00e1diz, de la mano de la Virgen de la Oliva, patrona y condensador de Vejer de la Frontera.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 El adanismo y el exceso de laicismo les contornean estos d\u00edas.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Gastamos una insaciable sed oscura con nuestros \u201c40.000\u201d, que irrumpi\u00f3 en los deseos paganos de pol\u00edticos e \u201cinfluencers<\/em>\u201d como un nudo de haces magn\u00e9ticos. En vano.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Hay un deseo<\/em> insistente de la Iglesia cat\u00f3lica en expresar en sus Requiem<\/em> que los muertos se libren de \u201cla condena eterna\u201d (As\u00ed). Y tal insistencia prefiere un tipo de formulaci\u00f3n muy b\u00edblica y especialmente clarificadora. Se pide que los muertos puedan librarse \u201cdel calabozo profundo, de que los trague el abismo, de que caigan en la tiniebla, de las fauces del le\u00f3n\u201d. A mordisco limpio.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Para el r\u00e9quiem cat\u00f3lico<\/em> tocar al fallecido significa tocar d\u00f3nde yacen ya sus alas, donde aprietan y donde ahogan las dos s\u00edlabas inermes del dolor. Do-lor. Hay como un nervioso af\u00e1n de evitar que los muertos puedan caer en el \u201ctou-babou\u201d de lo despersonalizado, de lo informe, del magma, de la papilla horrible que todo lo engulle, todo lo unifica y todo lo liquida.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Gotea una y otra vez el agua del hisopo sobre la piel ya ausente y resbala por los pliegues del cad\u00e1ver y del alma, de cada cad\u00e1ver y cada alma.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Es el momento. Garaia da.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Cree la asamblea que ora, \u201cjunto a Mar\u00eda, la Madre de Jes\u00fas\u201d, que volver\u00e1 a ver al muerto all\u00e1 donde siempre es de d\u00eda, all\u00e1 donde todos podemos estrecharnos las manos ansiadas, all\u00e1 donde el tiempo parece un ni\u00f1o que sonr\u00ede y nos susurra al o\u00eddo su modo de empezar, all\u00e1 donde el aire traza l\u00edneas sobre el mar, all\u00e1 donde el dolor es un eclipse fallido, un limbo sin tiempo, un yacimiento vital, que ya resulta vacilante.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 La luz es acerada, el viento seco, la alegr\u00eda escasa.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Muchas veces he pensado que Madrid no es una ciudad hecha para la muerte. Y sin embargo\u2026<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u201cBajo tu auxilio nos acogemos, \/ Santa Madre de Dios;<\/em><\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 No deseches las s\u00faplicas \/ que te dirigimos en nuestras necesidades,<\/em><\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Antes bien, l\u00edbranos de todo peligro, \/<\/em><\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u00a1Oh siempre Virgen, gloriosa y bendita\u201d.<\/em><\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Y as\u00ed, y as\u00ed, los cristianos la invocamos desde el a\u00f1o 250 d. C. al menos. Y la oraci\u00f3n antigua y sagrada es la tensi\u00f3n entre las ilusiones y la lenta aspereza de vivir. Por eso la asamblea descubre en cada \u201cRequiem<\/em>\u201d, que la \u201cSanta Madre de Dios\u201d es la mujer fuerte que regresa contra la \u201cmalaria\u201d de la estupidez, del calabozo, del abismo, de la tiniebla. A mordisco limpio.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Los \u201c40.000\u201d, r\u00e1faga de cautelas y extra\u00f1eza. \u00bfUna historia de fantasmas?<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Con la Iglesia cat\u00f3lica quiero que la liturgia romana<\/em> despida la dignidad y la humildad de generaciones de guerra y posguerra entre miles de oraciones anhelantes bajo el auxilio de Mar\u00eda. \u201cAdi\u00f3s mis tristes, peque\u00f1os y profundos r\u00edos, cu\u00e1nto amaba vuestro incesante rumor, cu\u00e1nto amaba arrojarme una y otra vez sobre vuestras tibias ondas\u201d.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Caminar la muerte no exige argumento alguno.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Bajo el auxilio<\/em> de Santa Mar\u00eda, Moreneta<\/em> de la sierra quieren los catalanes rematar su vida con el ritual cristiano. Bajo el auxilio de Santa Mar\u00eda, de los Desamparados<\/em> alcanzan su gloria los valencianos a orillas del Mediterr\u00e1neo. Bajo el auxilio de Santa Mar\u00eda, Pilar<\/em> de Zaragoza y de Espa\u00f1a, acumulamos todos el ajuar de la democracia (libertad, igualdad, justicia, pluralismo \u2013 Constituci\u00f3n de 1978), sin someterse al cuestionario moral de nuevos relatos \u201c\u00bfprogresistas?\u201d. Yo los llamo regresistas<\/em>. Perdona el neologismo, Javier.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Los \u201c40.000\u201d, con ambici\u00f3n de cielo y curiosos del agujero negro de la mente y de la muerte, perdieron el gusto a ser el centro de todas las admiraciones y de todas las noticias. \u201cAdi\u00f3s mis \u201cpeque\u00f1os y profundos r\u00edos\u201d de La Mancha, Murcia, Extremadura, Castillas, Baleares y Canarias, de la mano de la Virgen del Sagrario<\/em>, Guadalupe<\/em>, La Fuensanta<\/em>, Pur\u00edsima<\/em>, Candelaria<\/em>, Lluch<\/em>. A todos se os transparentaba el desconcierto de creyentes que nunca fueron amaestrados.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Bajo el auxilio<\/em> de Santa Mar\u00eda mantenemos las facciones en\u00e9rgicas de los pueblos que se han hecho grandes a la fuerza. Santa Mar\u00eda del Roc\u00edo<\/em> tiene la despensa colmada de corazones desgarrados en Andaluc\u00eda. Santa Mar\u00eda de la Almudena<\/em> carga una obstinaci\u00f3n sobrehumana de miles de ancianos, regada con un ej\u00e9rcito de suspiros rebosantes de dolor. Santa Mar\u00eda de Covadonga<\/em> echa a volar desde las cumbres de Asturias un silencio doliente, a\u00fan sin queja y del bracete con la del Camino<\/em>, de la Valvanera<\/em>, de la de Bego\u00f1a<\/em> \u2013incalculables, fascinadoras, verdaderas\u2013 suma a la cama de madrile\u00f1os, leoneses, riojanos y vascos un convoy de manos samaritanas, de enfermeras y m\u00e9dicos.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u201cAdi\u00f3s, peque\u00f1os y profundos r\u00edos, hasta llegar a la mar\u201d, que es el morir.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u00bfQu\u00e9 ard\u00eda all\u00ed, en el patio de armas del Palacio Real de Madrid?<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Desde luego nada del hervor germinal de nuestro milenario cristianismo, nada de la pila bautismal de nuestra \u201cGeneraci\u00f3n perdida\u201d, nada de la pasi\u00f3n mariana de cada territorio \u2013pueblos, provincias, ciudades\u2013, nada de nuestras tradiciones seculares.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Requiem aeternam<\/em> \/ Descanso eterno<\/em>.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Cierta, entera, posible, letal, si letal, Santa Mar\u00eda de la Almudena<\/em>, Auxilio de los Cristianos<\/em>: ortodoxos, evang\u00e9licos, cat\u00f3licos y musulmanes<\/em>, desde su hornacina, all\u00e1 en la espada\u00f1a m\u00e1s alta de la catedral madrile\u00f1a anota en sus memorias los nombres de los \u201c40.000\u201d \u2013se dice pronto\u2013 y uno por uno. Pero no acepta callarse y contra pron\u00f3stico se convierte en mito de resistencia. A mordisco limpio si es preciso.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Para entonces y para ahora y para ma\u00f1ana escribo un aullido que pudo ser tambi\u00e9n nuestro epitafio: \u201c\u00a1Dejadnos sufrir!\u201d<\/em>. Amamos con precocidad, vivimos con furia, y, al final, alzamos la voz con todo su desaliento dentro y mor\u00edamos con verdaderas ganas de morir despu\u00e9s de hospedarnos en algunos infiernos.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u00bfFue o no, gatada<\/em>, Javier?<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Me gustar\u00eda urdir la gatada de un r\u00e9quiem por los \u201c40.000\u201d fallecidos a causa del coronavirus-19, aunque mi cabeza ya no maquina como antes, porque no hay a d\u00f3nde ir, a partir de ciertas horas, de ciertos d\u00edas, de ciertos territorios. 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