En d\u00edas de confinamiento escrib\u00ed, para reflejar lo que pasaba dentro de m\u00ed, \u00abHistorias de COVID – Un cuento en cada balc\u00f3n\u00bb. Algunas de estas historias aparecieron publicadas en facebook. Eran, y siguen siendo, treinta historias sobre acontecimientos sucedidos y que, a trav\u00e9s de los medios m\u00e1s diversos, llegaron a mi mente y, sobre todo, a mi coraz\u00f3n. Ten\u00eda yo la impresi\u00f3n de que se \u00abnos hab\u00eda robado el mes de abril\u00bb. Recuerdo que el S\u00e1bado de Gloria y el Domingo de Pascua no hubo historias que contar: cantaba la vida y no era l\u00edcito nublar su claridad. Porque aquellas historias y esta reflexi\u00f3n son apuntes de felicidad, de resurrecci\u00f3n y, por lo mismo de esperanza. No en vano la vacuna de la Biblia es, y ser\u00e1 siempre, la ESPERANZA. \u00a1Frente al desencanto vital, el encanto de los d\u00edas abiertos a la esperanza!<\/p>\n
No es cuesti\u00f3n que nos pongamos a criticar las medidas empleadas. No recrear\u00e1n el pasado: es y ser\u00e1 para siempre el que nosotros hemos generado. Pero, proteger a los ancianos y a la poblaci\u00f3n m\u00e1s vulnerable, desde muchas semanas antes, dedicando a ellos todos los recursos sanitarios; mantener la actividad econ\u00f3mica en la medida de lo posible, conservando los puestos de trabajo, habr\u00eda generado una aut\u00e9ntica cohesi\u00f3n social, que no se logra asfixiando a la gente con normas, sino poni\u00e9ndola a trabajar codo con codo para salvar a todo el colectivo. La solidaridad con el auxiliar sanitario o con la cajera del supermercado no se demuestra solo con aplausos y homenajes, sino participando de su destino.<\/p>\n
La alta cifra de ancianos fallecidos como consecuencia de esta pandemia, me ha hecho pensar en el descarte gratuito, injusto y sin sentido que hemos realizado con nuestros ancianos. Hemos cumplido el fatal destino del ‘mientras no me toque a m\u00ed’…<\/p>\n
Un extenso estudio realizado en EEUU encontr\u00f3 que la edad m\u00e1s productiva en la vida del ser humano va de los 60 a los 70 a\u00f1os; la segunda etapa m\u00e1s rentable se extiende de los 70 a los 80 a\u00f1os y la tercera, de los 50 a los 60. La edad promedio de los ganadores del Premio Nobel es de 62 a\u00f1os; la de los presidentes de las compa\u00f1\u00edas relevantes se cifra en los 63 a\u00f1os y la de los Papas, en 76… Esto nos dice de alguna manera que los mejores a\u00f1os de la vida del ser humano van de los 60 a los 80. La New England Journal of Medicine, codific\u00f3 la siguiente conclusi\u00f3n: \u00abA los 60 a\u00f1os llegas a la cima de tu potencial, que contin\u00faa hasta los 80\u00bb. Esto refleja que este paseo llamado vida para bastantes de los fallecidos por COVID no hab\u00eda hecho m\u00e1s que empezar.<\/p>\n
Por si vale, completa el recorrido la experiencia b\u00edblica, esa que tiene como vacuna la esperanza: \u00abAbrah\u00e1n ten\u00eda setenta y cinco a\u00f1os cuando sali\u00f3 de Jar\u00e1n\u00bb (G\u00e9n 12,4), en busca de la tierra prometida. \u00abApoyado en la esperanza, crey\u00f3 contra toda esperanza que llegar\u00eda a ser padre de muchos pueblos\u00bb (Rom 4,18).<\/p>\n
En La m\u00e1scara de la muerte roja,\u00a0de Edgar Allan Poe, un grupo de humanos se atrinchera en un castillo, pensando que as\u00ed se librar\u00e1 de la plaga que afuera diezma a la poblaci\u00f3n. A la postre, la plaga acaba extendi\u00e9ndose tambi\u00e9n entre los atrincherados, con quienes se emplea con mayor ensa\u00f1amiento. Esto es lo que est\u00e1 haciendo el coronavirus con quienes tratamos grotescamente de mantenernos incontaminados. Desaprovechar estos meses veraniegos en los que, seg\u00fan todos los indicios, el virus se hab\u00eda debilitado, ha sido una decisi\u00f3n suicida; pues lo que ahora deber\u00edamos estar haciendo es proteger a la poblaci\u00f3n vulnerable, a la espera de f\u00e1rmacos eficaces, y fortaleciendo a la poblaci\u00f3n sana para afrontar con expectativas menos l\u00fagubres el invierno, cuando el coronavirus venga cogidito de la mano de la gripe y otras enfermedades…<\/p>\n
La entronizaci\u00f3n de la salud como valor absoluto es propio de las sociedades enfermas de ensimismamiento, debilitadas moralmente que reh\u00fayen todo sacrificio vital. Sociedades que prefieren asistir al derrumbe colectivo atrincheradas detr\u00e1s de una puerta o de \u00abun bozal\u00bb, antes que arrimar el hombro en una labor de salvamento comunitario. Sociedades atenazadas por el miedo, faltas de esperanza… Sociedades que, para m\u00e1s inri, acabar\u00e1n igualmente engullidas por el virus que desesperadamente tratan de esquivar.<\/p>\n
Hemos descartado al grupo de los ancianos. Hemos roto con la experiencia para hacer \u00abnuestra vida\u00bb olvidando que la plenitud abarca de los 60 a los 80 a\u00f1os. Nuestra sociedad del bienestar ha cometido un atentado contra su propio futuro. \u00bfCu\u00e1nto tiempo habr\u00e1 que esperar para recuperar a toda una generaci\u00f3n?<\/p>\n
Se me ocurre pensar que la vacuna b\u00edblica, la esperanza, es gratuita, est\u00e1 al alcance de todos y es efectiva siempre. \u00a1Vac\u00fanate de esperanza! \u00a1Que nada ni nadie nos robe la esperanza!<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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