{"id":14280,"date":"2020-09-25T18:00:05","date_gmt":"2020-09-25T16:00:05","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=14280"},"modified":"2020-09-25T18:00:05","modified_gmt":"2020-09-25T16:00:05","slug":"patria-memoria-carta-de-un-nino-de-posguerra-a-la-vicepresidenta-del-gobierno","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/patria-memoria-carta-de-un-nino-de-posguerra-a-la-vicepresidenta-del-gobierno\/","title":{"rendered":"PATRIA\/MEMORIA Carta de un ni\u00f1o de posguerra a la vicepresidenta del Gobierno"},"content":{"rendered":"
Se\u00f1ora:<\/p>\n
Espero que al recibo de mi carta se encuentre Vd. bien, yo bien gracias a Dios. Soy un ni\u00f1o de la posguerra, nacido aqu\u00ed en Madrid, en Lavapi\u00e9s, hace ochenta a\u00f1os. Al amanecer me sigo clavando las u\u00f1as en la mu\u00f1eca, intentando despertar, por medio del dolor. \u00bfMasoquismo? No, una simple costumbre, que se hizo rutina con el tiempo. Despertar es recuperar para m\u00ed la paz y la seguridad del cuarto de mi ni\u00f1ez, tambi\u00e9n el de Casbas de Huesca junto a mi abuela Mam\u00e1 Nona<\/em>, con el amanecer filtr\u00e1ndose con dulzura a trav\u00e9s de las ventanas entornadas. Y m\u00e1s a\u00fan de la habitaci\u00f3n contigua, de donde llegaba el r\u00edtmico y apacible siseo de la respiraci\u00f3n de mi madre Nieves, con la que dorm\u00eda mi hermano Roman\u00edn.<\/p>\n Vamos a ver, Se\u00f1ora, escucho discursos delirantes en las Cortes nacionales, auton\u00f3micas y comunales contra expresiones art\u00edsticas, programas televisivos de vanguardia, reflexiones y pensamiento de autor, y lo hacen en nombre de no s\u00e9 qu\u00e9 divinidad unos, otros en nombre de la PATRIA, otros en nombre de la democracia, calificando esas obras de aberraciones visuales o intelectuales y morales. Les falta a\u00f1adir a la democracia el adjetivo de \u201corg\u00e1nica\u201d y proclamarlo a trav\u00e9s de un Ministerio de Informaci\u00f3n<\/em> para asemejarse a una dictadura. No s\u00e9.<\/p>\n Se habla de \u201cLey de Memoria Hist\u00f3rica democr\u00e1tica<\/em>\u201d. Es m\u00e1s parece Vd. ser la portavoz. \u00bfVuelve el lenguaje totalitario<\/em> sobre la libertad, la memoria, la humanidad, la religi\u00f3n? Ese tipo de declaraciones significa mucho. Son s\u00edntomas. Est\u00e1 germinando un nuevo paisaje. Y no se trata de ninguna primavera \u00e1rabe, jud\u00eda, eslovena o eslovaca; m\u00e1s bien de un oto\u00f1o o invierno de concentraci\u00f3n, campos de concentraci\u00f3n. \u00bfOtra vez la mirada sucia? \u00bfOtra vez las trincheras? Y de pronto, por decreto, todo est\u00e1 cambiando, con disimulo amaestrado y costosas retribuciones. Pero no es un retroceso m\u00e1s, una necedad m\u00e1s, uno de los golpes<\/em> blanditos a los que nos estamos acostumbrando, no. Es una enfermedad. Avanza, sin prisa pero sin pausa, la enfermedad de los horizontes.<\/p>\n Tengo las mand\u00edbulas encajadas por la tensi\u00f3n.<\/p>\n Para m\u00ed, Se\u00f1ora, escribir a la vicepresidenta del gobierno, no es tomar una infusi\u00f3n bals\u00e1mica, es un deber, es una llaga. Me parece que lo que pasa es que la gente, con eso de la pandemia y del confinamiento \u2013dejamos de ver, dejamos de escuchar, dejamos de hablar\u2013 y huimos hacia adelante. Porque ya desde antes del principio de nuestra democracia, 1978, con los cr\u00edmenes terroristas, hab\u00eda una muerte y era una tragedia. Y luego otra. Y otra m\u00e1s. Pero aguantamos el miedo, por esos abismos de piedra de tantas muertes, volando hacia la libertad entre tinieblas.<\/p>\n Los muertos de la Patria<\/em>, do\u00f1a Carmen, ten\u00edan un nombre, eran de un lugar determinado, ten\u00edan una familia, una esposa, unos chiquillos o adolescentes, manantiales a\u00fan puros y sin due\u00f1o. Los muertos de la memoria<\/em> ten\u00edan un trabajo en La Papelera <\/em>de Renter\u00eda, en Altos Hornos<\/em> de Baracaldo, en cualquier Cuartel de la Guardia Civil<\/em>, en Quir\u00f3n<\/em>, cuerpos de acero ennegrecidos, balance\u00e1ndose en la brisa norte\u00f1a de Ondarribia o Biarritz o en las galernas de la Costa de los Vascos. Ten\u00edan un color de ojos, un bigote y barba sin cuidar, un cabello corto o largo, vest\u00edan vaqueros rotos o pantalones tazonados, un poncho rajado de plasticidad o una camisola a cuadros, como para el d\u00eda del blusa<\/em> en Vitoria, entreabierta como si llevara en el cuello el desgarro de una raza entera.<\/p>\n Se\u00f1ora, vertiginosa y herida, pas\u00f3 una d\u00e9cada, la de los 80, entre los cantos de \u201cLibertad, libertad, sin ira libertad<\/em>\u201d y la debacle de atentados, asco, muerte, pena. Derrotada y atemorizada pas\u00f3 otra d\u00e9cada, la de los 90, entre la irresistible ascensi\u00f3n de unos Juegos Ol\u00edmpicos<\/em> y Exposiciones Universales<\/em> y el canibalismo sobrecogedor del asesinato y la extorsi\u00f3n. Y otro. Y otro. Y otra m\u00e1s. Llegaba el momento en que tantos extorsionados o asesinados se dejaban de contar con los dedos. Se dejaban de contar, a comp\u00e1s de los fracasos propios de siempre: las amistades turbias, \u201clos intereses creados\u201d, las tribus canallas\u2026 para pasar al etc\u00e9tera<\/em>.<\/p>\n Despu\u00e9s se dio que aquella casualidad de mi tesis doctoral: \u201cPatria y revoluci\u00f3n liberal en la Espa\u00f1a del siglo XIX<\/em>\u201d, que puso patas arriba el estudio de la memoria<\/em> y de mi memoria<\/em>. Ya en 1973 me hab\u00eda enamorado de Vasconia<\/em>, de una cultura, de una fe, entrando por Zuazo de Cuartango, y siguiendo por J\u00f3cano, Apricano, Anda, Andagoya, Vitoria. Nunca sabr\u00e9 si fue casualidad o no. Pero entre la ansiedad de la escritura y la de la vida, fui levantando mis trabajos sobre Patria<\/em>, tantos cuantos \u201cAgraviados\u201d (as\u00ed se llamaban ellos mismos) iban apareciendo por Vitoria a lo largo de los a\u00f1os y que se cambiaban de acera por no saludarme. O sea.<\/p>\n Excelent\u00edsima Se\u00f1ora, mis manos han acunado cientos de cartas, cientos de expedientes, miles de fichas y papeles sin catalogar, hasta papeles ciegos. Mis manos acunaron la memoria<\/em> de mi Patria<\/em>, de mi fe cat\u00f3lica. Uno de mis libros \u2013denso, serio, ponderado\u2013 Colonizaci\u00f3n pol\u00edtica del catolicismo<\/em>. La experiencia espa\u00f1ola de posguerra<\/em>, premio Ciudad de Ir\u00fan 1978<\/em>, fue antes que nada una vivencia, un desnudo de Ecclesia<\/em> y de Arriba<\/em>, de la mano de Iribarren, Tellechea, Cosme Robrero, Jos\u00e9 Mar\u00eda de los Santos, F\u00e9lix Mu\u00f1oz entre otros.<\/p>\n Para m\u00ed la memoria<\/em> es, antes que nada, una cosa mental<\/em>, una identidad: hay tantas como individuos. No es una construcci\u00f3n pol\u00edtica, impuesta desde arriba. Llora la humedad viscosa de la imaginaci\u00f3n, el fr\u00edo exudado del tiempo vivido. Posee la capacidad, personal y \u00fanica, de la fabulaci\u00f3n y bien entrenada con los a\u00f1os, puede resultar perturbadora para cualquier dictadura azul o roja, que conocen la totalidad de las respuestas, antes de las preguntas.<\/p>\n Do\u00f1a Carmen, fr\u00e1gil y explorador de los entresijos pertenezco a la ins\u00f3lita tradici\u00f3n de los historiadores<\/em> suicidas, de los francotiradores, me dec\u00edan mis editores Antxi\u00f1e Mendiz\u00e1bal, Idoia Estorn\u00e9s y Edorta Kortadi, por ejemplo, que exploran los abismos por dentro, los or\u00edgenes y las infancias de los institutos o de los obispados, los acentos fr\u00e1giles de fundadores y brujas, los destellos de talento del cardenal Lorenzana en Toledo, encontrando dos compa\u00f1eros de viaje en esa senda: Francisco C\u00e9sar Garc\u00eda-Mag\u00e1n y Jos\u00e9 Mar\u00eda Berlanga. El gran cardenal de Espa\u00f1a, Don Marcelo<\/em> Gonz\u00e1lez, me cal\u00f3 en lo blando del hueso durante m\u00e1s de un a\u00f1o y seg\u00fan iban creciendo los d\u00edas crec\u00eda la tensi\u00f3n que tiene mi trabajo y mi vida misma.<\/p>\n Hoy mis manos siguen acunando mi memoria<\/em>, rica a lo largo (ochenta a\u00f1os) y a lo ancho (silencio y creaci\u00f3n, oraci\u00f3n y trabajo). \u00a1Bendito San Benito, padre de Europa, que resolv\u00eda la vida con el pespunte de la fe y los ribetes de su ceniza en las manos del Padre de todos!<\/p>\n Le dije Se\u00f1ora que soy un ni\u00f1o de la posguerra.<\/p>\n Hay una mansedumbre de soledad ya en el rastro que ha ido dejando nuestra acelerad\u00edsima biograf\u00eda. No hemos ganado ni perdido en la vida. Tan s\u00f3lo escogimos la gran conspiraci\u00f3n, fig\u00farese usted, de ser nosotros mismos, donde nos diera la gana, sin contar con la sorpresa del deseo. Eso fueron Hilario de los Santos de Dios, Ricardo Arias, Higinio Prieto. Los dos primeros se los llevo un c\u00e1ncer, el tercero se estrell\u00f3 con un coche y los que quedamos \u2013tantos todav\u00eda\u2013 nos hemos ido estrellando contra la pena de una dictadura muy lejana y enterrada, que no convendr\u00eda desenterrar.<\/p>\n La PATRIA de mis territorios son hoy ceniza en mis manos.<\/p>\n La MEMORIA de mis hechos son hoy una bandada de recuerdos febriles en los que el amor, la pasi\u00f3n y el extrav\u00edo conviven con un paisaje de amigos entregados y secundadores.<\/p>\n La PATRIA, LA MEMORIA.<\/p>\n Hubo cales vivas en mis libros, en sus p\u00e1ginas abrasadas de datos, de citas, de erudici\u00f3n, vida machacada por los arcabuzazos de tres guerras carlistas en el siglo XIX, mientras en las calles del XX la carne quemada y despedazada se perd\u00eda en nuestros sentimientos, se enredaba en nuestros rezos a la Amatxo de Bego\u00f1a y caminaba en tropel en la manifestaci\u00f3n total de Bilbao.<\/p>\n Y segu\u00ed un atentado. Y otro. Y otro m\u00e1s. Etc\u00e9tera.<\/p>\n Es la enfermedad de los horizontes.<\/p>\n Mortales, perded toda esperanza.<\/p>\n A los estallidos que saltaban por fuera, se suced\u00eda un dolor que escuch\u00e1bamos por dentro como un tiroteo. Sent\u00edamos llegar su poder como una ola, como un ariete arrasador que penetraba en nuestras cabezas ya aturdidas.<\/p>\n PATRIA y MEMORIA.<\/p>\n La Patria<\/em>, Se\u00f1ora, es cada vez m\u00e1s estrecha, m\u00e1s intensa, m\u00e1s necesaria. M\u00e1s m\u00eda, m\u00e1s nuestra. Yo la cuido, yo la mimo. Yo la reclamo. Yo la escribo. Yo, a veces, la mecanograf\u00edo, yo la \u201cpico\u201d en el Word de mi ordenador, con mis manos como mu\u00f1ones. Entre Patria<\/em> y memoria<\/em> se ha establecido ya una combusti\u00f3n que no se sabe donde podr\u00e1 acabar y donde pudo empezar. Entre ambas hay un estraperlo (soy chiquillo de posguerra) de afecto mutuo, consideraci\u00f3n, conflicto, de amor.<\/p>\n Hay hervor y fervor germinal, saliva con yodo y poluci\u00f3n de barrio en mi inacabada MEMORIA escrita de SUCESORES (Bosco, Rua, Albera, Rinaldi, Ricaldone, Ziggiotti) y ebriedad y cansancio de anciano, exacto en mis limitaciones y dependencias en Mart\u00ednez Izquierdo<\/em> ya publicado y en Vascos<\/em>. Relato de pasi\u00f3n y audacia<\/em> por publicar.<\/p>\n Mientras mi memoria<\/em> mortal desciende a la humedad sagrada del valle del Urola: Azkoitia<\/em>, ilustrada y pelotari; Azpeitia<\/em>, ignaciana y taurina; Cestona<\/em>, saludable y restauradora; Zumaya<\/em>, astillera y pescadora y Zarauz<\/em>, franciscana y tur\u00edstica, sobre la piel del aprendiz de historiador, en mi mesa de trabajo tatuado, hierve la memoria<\/em> de la di\u00f3cesis de Vitoria, tan desconocida por uno de sus \u00faltimos obispos, compa\u00f1ero m\u00edo en Roma, como plagiada a derecha e izquierda por sus historiadores a sueldo.<\/p>\n Se\u00f1ora, los ni\u00f1os de posguerra, camino de la vida<\/em>, \u00e9ramos la gente \u2013gente que en 1978 votamos la Constituci\u00f3n (libertad, justicia, igualdad, pluralismo). Y camino de la vida con esa manzana maravillosa por morder en la mano, llena de esperanzas, sabemos de Patria<\/em> y de memoria<\/em>. \u00bfEs que a la vuelta de cuarenta a\u00f1os ya no somos esa gente? \u00bfSomos el Etc\u00e9tera<\/em>, recluidos por los atentados de la pandemia? Si con la dictadura se cayeron nuestros dientes de leche, \u00bfahora nos quieren romper los dientes que se ven al re\u00edr?<\/p>\n Querida Do\u00f1a Carmen, sospecho que su hermano Don Jos\u00e9 Calvo Poyato, prodigio de historiador y novelista, del partido andalucista de Blas Infante, refundado por el salesiano Jos\u00e9 Mar\u00eda de los Santos y L\u00f3pez, gran amigo, en Ronda, a donde me llev\u00f3 el d\u00eda del evento, no querr\u00e1 ser el Etc\u00e9tera<\/em> ni de una falsa memoria<\/em> ni de una Patria<\/em> podrida, morse de pasiones, repertorio de volantazos y decidir\u00e1 luchar. Los ni\u00f1os de posguerra tambi\u00e9n. Se lo aseguro.<\/p>\n Perdone, Se\u00f1ora, mis impertinencias. Es que nos \u201cArden las p\u00e9rdidas\u201d (Gamoneda). Se despide de Vd. uno de los tantos ni\u00f1os de posguerra.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Se\u00f1ora: Espero que al recibo de mi carta se encuentre Vd. bien, yo bien gracias a Dios. Soy un ni\u00f1o de la posguerra, nacido aqu\u00ed en Madrid, en Lavapi\u00e9s, hace ochenta a\u00f1os. Al amanecer me sigo clavando las u\u00f1as en la mu\u00f1eca, intentando despertar, por medio del dolor. \u00bfMasoquismo? 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