\u00abNunca antes hab\u00eda participado en un encuentro como \u00e9ste. Supongo que todo es cuesti\u00f3n de estar en el lugar apropiado en el momento apropiado y Dios me ten\u00eda reservada esta experiencia para este a\u00f1o.<\/p>\n
Tras la inercia de la rutina, la vuelta de las vacaciones de Navidad se presentaba como la continuaci\u00f3n a un curso lleno de trabajos e ilusiones. El inicio del a\u00f1o siempre guarda con s\u00ed un saco de ilusiones y retos por cumplir y, entre tanto, la vida a veces te tiene siempre guardada alguna sorpresa… En esta ocasi\u00f3n ten\u00eda nombre propio: las 36\u00aa Jornadas de Espiritualidad de Familia Salesiana en Valdocco (Tur\u00edn), del 18 al 21 de enero.<\/p>\n
Hace unos meses le\u00ed que si quer\u00edamos invitar a alguien a tal evento, deb\u00edamos presentarlo, ante todo, como una aventura. Al principio, me llam\u00f3 la atenci\u00f3n tal designaci\u00f3n. Ahora entiendo perfectamente el matiz de aquellas palabras y las suscribo: las Jornadas de Espiritualidad de Familia Salesiana son una aventura. Hacia lo desconocido, hacia Dios, hacia los otros, hacia ti mismo.<\/p>\n
Un total de 22 de los 31 grupos que forman parte de la Familia Salesiana del mundo lo atestiguan. De la mano del Rector Mayor, un recorrido por el Aguinaldo nos ha llevado a profundizar y a cultivar el bello arte de la escucha y el acompa\u00f1amiento, a trav\u00e9s de la oraci\u00f3n y de charlas formativas marcadas por la experiencia y el testimonio. Bajo el lema \u201cSe\u00f1or, dame de esa agua\u201d nos hemos redescubierto como Familia Salesiana, sabi\u00e9ndonos en camino hacia la misi\u00f3n, que nos llama a la salvaci\u00f3n de las almas de los j\u00f3venes del mundo. Cuatro intensos d\u00edas que ser\u00edan imposibles de resumir con palabras. Unas Jornadas as\u00ed no se cuentan, se viven.<\/p>\n
Por momentos… Fue alegr\u00eda por saberse acompa\u00f1ado. Fue reto y oportunidad al ser consciente de las posibilidad de acompa\u00f1ar a otros. Fue escucha activa que se convirti\u00f3 en condici\u00f3n, mirada, silencio, confianza, espera. Fue discernimiento que siempre suscita vida. Fue saberse amado por Dios, el primero que acompa\u00f1a nuestra vida. Fue acogida, desaf\u00edo, confianza, ambiente, crisis, decisi\u00f3n y camino como proceso del arte de acompa\u00f1amiento.<\/p>\n
Fue experiencia compartida. Fue coraz\u00f3n multiplicado. Fue formaci\u00f3n necesaria y edificante. Fue recordar que \u00e9ste es siempre un tiempo favorable. Fue grito de los j\u00f3venes dici\u00e9ndonos que nos quieren en sus vidas y pidi\u00e9ndonos que estuvi\u00e9ramos disponibles. Fue mirarnos en el espejo de Don Bosco y confrontarnos. Fue carisma salesiano all\u00e1 donde el mundo lo vio nacer. Fue casa, escuela, patio e iglesia.<\/p>\n
Fue abrazo por el encuentro con rostros (des)conocidos. Fue sonrisa por la convivencia con gente tan igual y, a la vez, tan diferente a ti. Fue silencio por las profundas reflexiones. Fue canto por el que alz\u00e1bamos nuestras voces a Dios. Fue fotograf\u00eda (y selfie) por la voluntad de inmortalizar el momento. Fue cansancio llevadero por el intenso ritmo. Fue orgullo, siempre humilde, por ser consciente de que la Familia Salesiana del mundo tiene mucho que decir. Fue celebraci\u00f3n por la creencia que todos compart\u00edamos. Fue tolerancia por ver c\u00f3mo las banderas un\u00edan y no separaban. Fue felicidad por sentirse intensamente unido a aquel que estaba frente a ti (y detr\u00e1s y al lado). Fue an\u00e9cdota por aquel instante que siempre recordar\u00e1s. Fue oraci\u00f3n por los j\u00f3venes de todo el mundo. Fue respeto por las distintas formas de vivir lo mismo. Fue amistad por la permanente mano tendida hacia el otro. Fue evangelio hecho realidad por la vida convertida en testimonio. Fue una historia de amor, por ser las \u00fanicas historias verdaderas que existen. Fue fiesta por estar vivo, plenamente vivo… Fue lo de siempre, como nunca.<\/p>\n
Pero, sobre todo, fue encuentro personal con Dios, experiencia fundante por la cual nuestra vida toma un nuevo sentido. Porque s\u00f3lo en Dios nos sabemos plenamente amados. Porque s\u00f3lo a \u00c9l podemos acudir para pedirle esa agua viva… con la que nunca jam\u00e1s tendremos sed.<\/p>\n
Fue… Y, gracias a Dios, yo estuve all\u00ed.\u00bb<\/p>\n\n\t\t