{"id":18731,"date":"2021-09-22T13:58:04","date_gmt":"2021-09-22T13:58:04","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=18731"},"modified":"2022-01-18T13:35:26","modified_gmt":"2022-01-18T13:35:26","slug":"desayuno-en-alghero","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/desayuno-en-alghero\/","title":{"rendered":"Desayuno en Alghero"},"content":{"rendered":"

Cerde\u00f1a se vino conmigo<\/strong><\/p>\n

La vida puede tener muchas formas de darte la raz\u00f3n.<\/p>\n

Amigo Javier, es un secreto guardado por las horas que he tardado d\u00e9cadas en revelarlo.<\/p>\n

Antes de salir de la facultad me paso por la cartelera de anuncios.<\/p>\n

Chupo algo en la boca. No es un caramelo, es un hueso de aceituna. Me encantan las aceitunas verdes \u2013y m\u00e1s si son gordales\u2013, la fuerza del aceite encerrada en una madera dura para roer, me gusta el sabor del hueso y lo giro y regiro en la boca hasta que queda liso y ya sin sabor.<\/p>\n

Las aceitunas me suelen hacer compa\u00f1\u00eda, me digo.<\/p>\n

Un pu\u00f1ado me puede durar un d\u00eda.<\/p>\n

Antes de chuparla digo una oraci\u00f3n, por agradecimiento.<\/p>\n

Suelo rezar ante todo lo que llevo a la boca. Rezo para atar el d\u00eda a su soporte, como bendigo desde peque\u00f1ajo el \u201ccaf\u00e9-caf\u00e9\u201d del \u201cBar Alcubilla<\/em>\u201d, en Manuel Aleixandre y el \u201ccaf\u00e9-que-fue\u201d de mi madre en posguerra.<\/p>\n

Ya en el \u201chall\u201d de ingreso me cruzo con Pierre Blet.<\/p>\n

Un jesuita menudo, franc\u00e9s, anciano, enjuto. Me hace gestos de llamada. Voy hacia \u00e9l, me da la mano. Me pregunta c\u00f3mo se presenta la Semana Santa<\/em> este a\u00f1o, si salgo de Roma. Respondo a la usanza de una despedida hasta la semana de Pascua.<\/p>\n

Ya es especial vivir en Roma. \u00a1Donde pasar mejor la Semana!<\/p>\n

\u00a1Todos en la misma \u00f3rbita del compromiso religioso; las escenas lit\u00fargicas, de una grandeza entre lo rom\u00e1ntico y lo piadoso!<\/p>\n

\u00a1Todav\u00eda no s\u00e9, padre Blet!, observo.<\/p>\n

Escucho ahora palabras m\u00edas que salen a la voz sin m\u00ed.<\/p>\n

Mirarse de noche la palma de la mano por Via Appia Antica<\/em> es un regalo y saber que ma\u00f1ana vuelve a hacer fresco por el Viale<\/em> de la residencia de San Tarcisio<\/em>, que el sastre de la noche romana cose la piel de las Catacumbas<\/em> de San Calixto<\/em>, repara los callos de la ermita Quo Vadis<\/em>, remienda los desgarros y desinfla el cansancio prematuro de los treinta salesianos j\u00f3venes.<\/p>\n

Entonces me pide disculpa. La voz es clara otra vez y la noto como agua en la cara. Me aprieta la mano \u2013\u00e9l tan comedido\u2013, me repite que le disculpe; no entiendo de qu\u00e9, no pregunto y me despido.<\/p>\n

Salgo en la claridad del mediod\u00eda.<\/p>\n

Olfateo los anuncios del tabl\u00f3n.<\/p>\n

\u201cSe necesitan curas para la Gallura<\/em>. Nino Mario Possadino, cura p\u00e1rroco de P\u00e9rfugas\u201d. Pongo ligera mi mano y tomo nota del tel\u00e9fono en mi agenda.<\/p>\n

– Est\u00e1s pensando en qu\u00e9, me pregunta Sampaio, el del Verbo Divino, que acaba de llegar.<\/p>\n

Le miro el pelo y estoy pensando que la madera de su cepillo es como el viento del Atl\u00e1ntico, all\u00e1 por Lisboa, que excava olas largas.<\/p>\n

Javier Sampaio, compi de mi mismo curso, dice que soy intransigente y que las personas as\u00ed dejan libertad a los dem\u00e1s. Nadie las sigue, as\u00ed que se dedican a lo suyo sin darse la vuelta.<\/p>\n

\u201c\u00a1Esa cara de inquisidor! \u00a1Esa cara de conquistador!\u201d \u2013dice.<\/p>\n

Me quedo oscilando lentamente en afirmaciones tan gratuitas; su voz espirada despacio me remueve la sangre. Pero\u2026<\/p>\n

– Amigo Paco, cuando vayas al extranjero tu bandera siempre en el fondo del ba\u00fal, \u00a1siempre! \u2013repet\u00eda una y otra vez el mejor formador salesiano que yo he conocido, Don Luis Chiandotto.<\/p>\n

– \u00bfEres intransigente o no? \u2013insist\u00eda Sampaio.<\/p>\n

– Menos que eso, Javier: si piensas eso de m\u00ed, qu\u00edtale un poco, baja un grado, baja diez y te contesto aqu\u00ed estoy. Soy apasionado, como buen espa\u00f1ol.<\/p>\n

Bien.<\/p>\n

A Cerde\u00f1a se le hizo tarde con el apoyo de todos y Don Nino Mario quer\u00eda poner los relojes de su parroquia de P\u00e9rfugas<\/em> en hora. No ser\u00eda f\u00e1cil, ni el proceso saldr\u00e1 limpio. Pero es la historia de Cerde\u00f1a. Su absoluta historia. Y ellos sabr\u00e1n c\u00f3mo hacerlo. Y saben c\u00f3mo hacerlo.<\/p>\n

Tambi\u00e9n es la nuestra (italianos, espa\u00f1oles) y yo ten\u00eda que poner mi reloj en hora. Dej\u00e9 un rato que la tentaci\u00f3n se meciera en el aire, para entenderme mejor, y luego, en la oscuridad de la cabina telef\u00f3nica, sin pre\u00e1mbulos, pregunt\u00e9 con tranquilidad: \u00bfParroquia de P\u00e9rfugas?<\/p>\n

La tentaci\u00f3n dej\u00f3 de mecerse.<\/p>\n

Durante un tiempo s\u00f3lo hubo silencio.<\/p>\n

\u00bfParroquia de P\u00e9rfugas? Estudiante de la Gregoriana busca\u2026 Semana Santa\u2026<\/p>\n

Se deriv\u00f3 de todo ello una especie de orden din\u00e1mico que, en Cerde\u00f1a, se consideraba impecable.<\/p>\n

\u00bfTiene usted idea de lo que es Cerde\u00f1a, padre Franchesco<\/em>?<\/p>\n

No, no, precisamente por eso.<\/p>\n

Los sardos nunca llegamos a tiempo, sabe.<\/p>\n

Nosotros tampoco, Don Possadino. Siempre estamos mucho m\u00e1s lejos de lo que pensamos.<\/p>\n

Decididamente poco pr\u00e1ctico.<\/p>\n

\u00bfUsted cree?<\/p>\n

Hablamos enseguida en voz baja, como si ya fu\u00e9ramos viejos amigos, o tal vez por el repentino deseo de serlo.<\/p>\n

El \u201cViernes de Dolores\u201d tomo el \u201ctraghetto\/ferri\u201d Civitavecchia-Alghero<\/em>, que hac\u00eda el trayecto durante la noche.<\/p>\n

Arriverdi Civitavecchia\/Arrivederci Alghero<\/em>.<\/p>\n

Instintivamente, creo, Don Possadino se dio cuenta de que \u201clo spagnolo<\/em>\u201d joven hab\u00eda aprendido la distancia<\/em>, y que nunca iba a abandonarla, habi\u00e9ndola elegido como una forma propia e inimitable de elegancia.<\/p>\n

De Cerde\u00f1a no s\u00e9 m\u00e1s de lo que s\u00e9, pues en los libros est\u00e1 casi todo.<\/p>\n

Es intr\u00e9pido y misterioso, pens\u00f3 Don Nino Mario, \u00a1estos espa\u00f1oles, se dejan querer!<\/p>\n

\u00a1Estos sardos! \u00a1Hay que adorarlos!<\/p>\n

Ya en el puerto de Alghero. Vaya noche que he pasado.<\/p>\n

Que potencia estremecedora la de un mar agitado.<\/p>\n

Bajo por el puente de salida.<\/p>\n

Miro. Observo. Ah, ya. All\u00ed est\u00e1.<\/p>\n

Don Nino me espera. Ensotanado hasta las cejas.<\/p>\n

Sorprendente. Discutible, podr\u00edamos decir. Sorprendente.<\/p>\n

\u00bfPuedo hacerle una modesta confesi\u00f3n?<\/p>\n

Ser\u00eda un honor.<\/p>\n

Me encanta observar. Me encanta conocer. A su disposici\u00f3n para todo lo que necesite en la parroquia. Me encanta \u201cfare il prete<\/em>\u201d.<\/p>\n

Tendr\u00e1 ocasi\u00f3n de ejercitarlo, se lo aseguro. Tambi\u00e9n de conocer Cerde\u00f1a \u201cin lungho e in largo<\/em>\u201d. D eso me encargo yo. Empecemos, pues, por el principio. Dicho lo cual me lleva a una cafeter\u00eda.<\/p>\n

\u00bfQu\u00e9 va a tomar?<\/p>\n

\u00a1Pues un macchiato<\/em>!<\/p>\n

Alto ah\u00ed, Franch\u00e9s<\/em>. Desayuno sardo. Nuestros desayunos son ritos de agradecimiento.<\/p>\n

Intento encontrar una respuesta a alg\u00fan lugar dentro de m\u00ed. En vano.<\/p>\n

D\u00e9jese hacer.<\/p>\n

Y dijo al camarero:<\/p>\n

– Dos oleas de pan sardo tostado, con filetes de boquer\u00f3n y lim\u00f3n rayado; dos raciones de queso pecorino<\/em> y dos macchiatos<\/em>.<\/p>\n

Se aparta un momento y le dice al oido una battuta<\/em>\/ocurrencia sarda.<\/p>\n

El chico sonr\u00ede.<\/p>\n

Mi pupila ten\u00eda a favor la experiencia universitaria de dos a\u00f1os comiendo Gregoriana<\/em>, y se notaba, pero claro no hab\u00eda conquistado la naturalidad de cura de pueblo. En realidad iba a hacer de cura novato ante la benevolencia de Don Possadino, que no me pidi\u00f3 el carn\u00e9 de milagro y la bondad ilimitada de los sardos.<\/p>\n

Semana Santa, pues, en P\u00e9rfugas y parte en Castelsardo<\/em>.<\/p>\n

Tambi\u00e9n gran parte de la de Pascua, al margen del margen.<\/p>\n

\u00a1Qu\u00e9 pasada!<\/p>\n

Nada absolutamente nada de lo que hice respond\u00eda a ninguna estrategia que no fuese \u201cfare il prete<\/em>\u201d a mi manera, volcarse en lo importante, asumir el compromiso sacerdotal como una causa vocacional, \u00e9tica y hasta est\u00e9tica, desde el sacramento de la reconciliaci\u00f3n a la defensa de nuestra fe cat\u00f3lica como buj\u00eda en la predicaci\u00f3n.<\/p>\n

– La importancia del ser humano, padre Franchesco<\/em>.<\/p>\n

– La importancia eterna.<\/p>\n

– Confiese para comprender.<\/p>\n

– Confiese para acercarse.<\/p>\n

– Confiese para amar.<\/p>\n

– Le esperan tambi\u00e9n en Castelsardo.<\/p>\n

Me siento en el confesionario de la parroquia de Santa Mar\u00eda de las Gracias<\/em> de P\u00e9rfugas. Pasan horas. Acepto la invisibilidad como lugar de residencia. Supuso un zarandeo brutal en mi historia personal. Soporto vientos de cara y silencios largos. Todav\u00eda recuerdo a una \u201csarda\u201d, espa\u00f1ola de Le\u00f3n, casada con un sardo de P\u00e9rfugas en Alemania y devueltos a Cerde\u00f1a, ya con chiquillos. De principio a fin hab\u00eda en su familia una secuencia de vida compleja, donde todo ten\u00eda sentido y porqu\u00e9.<\/p>\n

– Confiese para explorar qu\u00e9 hay detr\u00e1s de la profundidad de los sardos. Se confesar\u00e1 todo el pueblo. Ya ver\u00e1.<\/p>\n

Y no s\u00f3lo lo vi, sino que lo viv\u00ed.<\/p>\n

Empec\u00e9 a entender que siempre es m\u00e1s ancha la realidad que el canon.<\/p>\n

La confesi\u00f3n ser\u00eda mi campo de acci\u00f3n pastoral m\u00e1s insistente. Unas confesiones que, desde el origen, ten\u00edan una vibraci\u00f3n distinta, una desgarradura en quien participaba. En ellas \u2013tantas y tan prolongadas\u2013 estuvo la viga maestra de mi trabajo.<\/p>\n

Sin darme cuenta encontr\u00e9 un sitio propio y lo mantuve hasta el final de mis estudios en Roma.<\/p>\n

Mis ganas de acertar fueron ingobernables. Mi \u00edmpetu tambi\u00e9n.<\/p>\n

El se\u00f1or obispo de Tempio-Pausania<\/em>, hoy Templo-Ampuries<\/em>, me ofreci\u00f3 quedarme en la di\u00f3cesis. En la sala de m\u00e1quinas de aquella afirmaci\u00f3n estaba Don Nino Mario Possadino y Don Antonio de Rosa. \u201c\u2013Se\u00f1or obispo, qu\u00e9 agradecido le estoy. Pero, me llaman \u201cil prete spagnolo<\/em>\u201d. Aqu\u00ed siempre ser\u00e9 \u201clo spagnolo\u201d, nunca ser\u00e9 sardo.<\/p>\n

Qu\u00e9 maravilla esa potencia de estar fuera de horma.<\/p>\n

Dej\u00e9 de estar en Cerde\u00f1a, pero Cerde\u00f1a se vino conmigo.<\/p>\n

Antes de tomar el avi\u00f3n Alghero-Roma la \u00faltima vez (1973) me acompa\u00f1\u00f3 Don Possadino al aeropuerto.<\/p>\n

Terminemos, pues, por el final. Dicho esto me llev\u00f3 a una cafeter\u00eda.<\/p>\n

– \u00bfQu\u00e9 va a tomar?<\/p>\n

– Olea de pan sardo tostado con filetes de boquer\u00f3n y raci\u00f3n de queso pecorino<\/em>.<\/p>\n

– Ah, y una copa bien remecida de Vermentino de la Gallura<\/em>. Despu\u00e9s un \u201cmacchiato<\/em>\u201d.<\/p>\n

La vida, amigo Javier, puede tener muchas formas de darte la raz\u00f3n.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Cerde\u00f1a se vino conmigo La vida puede tener muchas formas de darte la raz\u00f3n. Amigo Javier, es un secreto guardado por las horas que he tardado d\u00e9cadas en revelarlo. Antes de salir de la facultad me paso por la cartelera de anuncios. Chupo algo en la boca. 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