{"id":20019,"date":"2021-12-21T13:30:41","date_gmt":"2021-12-21T12:30:41","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=20019"},"modified":"2021-12-21T13:30:41","modified_gmt":"2021-12-21T12:30:41","slug":"el-puchero","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/el-puchero\/","title":{"rendered":"El puchero"},"content":{"rendered":"

Condimentando afecto<\/strong><\/p>\n

Les vi por primera vez una tarde de noviembre. Madre e hijo llegaron cansados. Llevaban el fango del camino pegado en sus zapatos.<\/p>\n

Yo era un humilde puchero de barro. Dormitaba sobre la repisa de la cocina de una casa de alquiler, propiedad del se\u00f1or Pinardi. Hac\u00eda meses que nadie la habitaba. Un silencio polvoriento se hab\u00eda ense\u00f1oreado de la vivienda.<\/p>\n

Agradec\u00ed su presencia. Estaba aburrido de compartir tedio y soledad con una mesa, dos sillas, un balde y una vieja escoba. Nada m\u00e1s llegar, mis nuevos due\u00f1os comenzaron a limpiar la casa.<\/p>\n

Cay\u00f3 la noche. La tenue luz de un quinqu\u00e9 ilumin\u00f3 la estancia. Fue entonces cuando ella me tom\u00f3 entre sus manos. Llen\u00f3 la pila de agua. Me limpi\u00f3 con jab\u00f3n y estropajo por dentro y por fuera. Mi interior de arcilla vidriada ensay\u00f3 un gui\u00f1o de agradecimiento.<\/p>\n

Encendieron el fog\u00f3n. Cocin\u00e9 la primera cena para Juan Bosco y Mam\u00e1 Margarita: polenta condimentada con casta\u00f1as cocidas.<\/p>\n

Mientras cenaban escuch\u00e9 sus sue\u00f1os. Proyectaban un futuro de vida y oportunidades para ni\u00f1os trabajadores; hu\u00e9rfanos sin hogar que hallar\u00edan, junto a ellos, el calor de la familia que nunca tuvieron. Me emocion\u00e9. Mi vida de puchero encontr\u00f3 un nuevo sentido. Promet\u00ed condimentar los mejores guisos para aquellos muchachos\u2026 Pero transcurrieron meses sin que llegara ning\u00fan ni\u00f1o. Regres\u00e9 a la monoton\u00eda.<\/p>\n

Nunca olvidar\u00e9 mi \u00faltima noche. Hac\u00eda fr\u00edo. Madre e hijo se hallaban sentados a la mesa. Llamaron a la puerta. Abrieron. Aparecieron cuatro muchachos de mirada turbia, pantalones de pana oscura y chaquetas ra\u00eddas. Mendigaban un lugar donde pasar la noche. Madre e hijo les abrieron la casa y el coraz\u00f3n. Me esforc\u00e9 todo lo que pude para dar sabor a la sopa de pan con huevos que Mam\u00e1 Margarita les cocin\u00f3.<\/p>\n

Madre e hijo les prepararon tambi\u00e9n una habitaci\u00f3n con mantas para paliar el fr\u00edo de la noche. Antes de retirarse, rezaron las oraciones de la noche con fingida devoci\u00f3n. Luego, rein\u00f3 el silencio en la casa.<\/p>\n

Poco antes del amanecer escuch\u00e9 pasos sigilosos. Abr\u00ed los ojos. \u00a1Los mozalbetes se llevaban las mantas que madre e hijo les hab\u00edan proporcionado! Buscaban en la cocina algo que robar.<\/p>\n

Quise impedir tanta ingratitud. Y, cuando uno de ellos pas\u00f3 junto a la mesa, le agarr\u00e9 con fuerza la manta que portaba bajo el brazo. \u00c9l estir\u00f3. Yo ca\u00ed al suelo. Sent\u00ed c\u00f3mo mi cuerpo se hac\u00eda pedazos. Ellos desaparecieron en la noche.<\/p>\n

El ruido despert\u00f3 a madre e hijo. Llegaron a la cocina. Mientras yo me desped\u00eda de esta vida, observ\u00e9 como Juan Bosco y Mam\u00e1 Margarita se miraban con m\u00e1s esperanza que decepci\u00f3n. Admir\u00e9 su entereza y coraje ante la adversidad.<\/p>\n

Mi vida de puchero se desvanec\u00eda. Lament\u00e9 no poder cocinar para los chicos hu\u00e9rfanos los guisos prometidos. Pero me desped\u00ed de esta vida con la dignidad de los pucheros que ven cumplida su misi\u00f3n. Estaba seguro que madre e hijo conseguir\u00edan hacer realidad su sue\u00f1o: sentar en la mesa de su casa a ni\u00f1os pobres para ofrecerles el pan nuestro de cada d\u00eda horneado en el afecto de un hogar de verdad: el hogar de Juan Bosco y Mam\u00e1 Margarita.<\/p>\n

Nota<\/em>:<\/em><\/strong> 3 noviembre 1846. Mam\u00e1 Margarita y Don Bosco llegan a la casa Pinardi desde I Becchi. Tan s\u00f3lo disponen de dos sillas, dos camas, una mesa, un puchero y varios platos (MBe II, 396).<\/em><\/p><\/blockquote>\n

Fuente: Bolet\u00edn Salesiano<\/strong><\/em><\/p>\n

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