Era mentira. Es mentira. Casi todo lo que se dice a los enfermos a lo largo de los pasillos grises es mentira.
\nSolo los campos de olor reales o inventados te orientan en la enfermedad o en la curaci\u00f3n.
\nYo pensaba todo eso en mis dos meses y medio de UCI y planta, planta y UCI en Hospital Moncloa.
\nQuiz\u00e1 no hubiese debido pensarlo.
\nTen\u00eda la mirada perdida, y los m\u00e9dicos lo sab\u00edan, y yo lo notaba.
\n– \u00bfQu\u00e9 le pasa, Francisco?
\n– Nada, gracias.
\n– Le llevamos a quir\u00f3fanos. No queremos que se canse.<\/p>\n
Si diez o doce personas hab\u00edan muerto ya en aquellos quir\u00f3fanos a lo largo de su historia, sus almas ten\u00edan que estar all\u00ed, acech\u00e1ndome, y marc\u00e1ndome las horas. Solo hab\u00eda que seguir los campos de olor de sus palabras para seguir viviendo.
\nEn ‘La educaci\u00f3n de las hadas’, uno de los filmes de Jos\u00e9 Luis Cuerda, la protagonista, una ornit\u00f3loga, habla de la orientaci\u00f3n en el retorno de las palomas mensajeras por los campos de olor.
\nLa memoria, la memoria hist\u00f3rica, sigue un m\u00e9todo parecido.
\nLos campos de olor de las palabras.<\/p>\n
Estos d\u00edas me viene a la memoria el historiador Villoslada, uno de mis maestros en la Gregoriana de Roma, al oler un campo de palabras en el Mar\u00eda Moliner<\/em>. Ten\u00eda mucha raz\u00f3n Garc\u00eda M\u00e1rquez cuando dec\u00eda: \u00abEste diccionario es la mejor obra de la lengua espa\u00f1ola\u00bb. A los cantos de mis desgastados tomos les han salido como pecas. No s\u00e9 por qu\u00e9, imagino que la piel de las manos de la Moliner se qued\u00f3 as\u00ed, pecosa, medio arrugada, de color tierra, despu\u00e9s de trabajar quince a\u00f1os con las ra\u00edces de las palabras. \u00abUna imagen por mil palabras\u00bb proclaman tantos y tantos perezosos, tantos y tantos embusteros, eligiendo posiciones indolentes que claman al cielo. Y me explico. De un tiempo a esta parte cuando me invitan a dar una conferencia, me adelantan siempre: \u00ab\u00bfTrae Vd. un pendrive<\/em>, el power point<\/em>, el ordenador? \u00bfPreparamos el ca\u00f1\u00f3n?\u00bb. Confieso mi perplejidad y suelo responder: \u00abS\u00ed, s\u00ed, preparen lo de costumbre\u00bb. Pat\u00e9tico. Lo que tiene que ser una sonda de hondo calado humanista para comprometerse con la humanidad viva se formula, al contrario, como un alarde de t\u00e9cnicas con escaso contenido. El vac\u00edo de la palabra se rellena con ruidos mecanizados, perdiendo as\u00ed la orientaci\u00f3n las palomas mensajeras del saber. Ni Mar\u00eda Moliner ni Ricardo Villoslada encuentran su camino al desaparecer los campos de olor de las palabras. M\u00e1s contenido y menos continente. M\u00e1s palabra pensada, condensada, vivida, espoleada por la vigente mirada del silencio y menos televisores, menos Google<\/em>.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Era mentira. Es mentira. Casi todo lo que se dice a los enfermos a lo largo de los pasillos grises es mentira. Solo los campos de olor reales o inventados te orientan en la enfermedad o en la curaci\u00f3n. Yo pensaba todo eso en mis dos meses y medio de UCI y planta, planta y […]<\/p>\n","protected":false},"author":10,"featured_media":3661,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[363],"tags":[],"yoast_head":"\n
\nPues bien por los campos de olor de la Moliner retorna el magno trabajo de Villoslada, Lutero<\/em>, desdoblado como un par de palomas mensajeras: 1. El fraile hambriento de Dios y 2. En lucha contra Roma, reeditado con motivo del Centenario de la Reforma, despu\u00e9s de trabajar casi, casi, veinte a\u00f1os con las ra\u00edces de los hechos.
\nEn los silencios obligados de la investigaci\u00f3n va cayendo sobre el papel el campo de olor de las palabras.<\/p>\n