Revuelvo hoy, amigo Javier, en el cubo de basura de la historia y escojo un dep\u00f3sito de cad\u00e1veres como estratega de la vida, de la dureza de la vida. Fue el 11 de diciembre de 1957, sobre las siete de la ma\u00f1ana, al entrar a la capilla del noviciado, cuando me sale al paso el padre-maestro, para decirme lac\u00f3nico: \u201cTu madre est\u00e1 muy grave, sal para Madrid en el primer tren que pase por Maluque, chico\u201d.
\nQu\u00e9 absurdo. Mi madre muy grave. Ayer recib\u00ed un paquete con una bufanda de lana, elaborada por ella misma \u201cpara que te abrigues, hijo, que en La Alcarria hace mucho fr\u00edo\u201d. Bueno\u2026 pero no hay cosas enteramente absurdas en este mundo. Tras cerca de tres horas de viaje llegu\u00e9 a Madrid-Atocha. Durante el trayecto vi c\u00f3mo amanec\u00eda en Guadalajara, Alcal\u00e1 de Henares. Una claridad turbia, llorosa se pegaba a los cristales y te\u00f1\u00eda las ventanillas. Fui corriendo hasta Lavapi\u00e9s.
\nUna hoja del port\u00f3n de entrada estaba cerrada. Era se\u00f1al de duelo. Pens\u00e9: \u201cIgual ha fallecido la se\u00f1ora Maruja\u201d. En un santiam\u00e9n me encontr\u00e9 en el piso tercero abierto de par en par y lleno de gente. Beso a mi padre. \u201cMam\u00e1 est\u00e1 en el dep\u00f3sito de cad\u00e1veres, Paco\u201d. Atronaba el silencio mi casa y mi primo a\u00f1adi\u00f3: \u201cVamos al dep\u00f3sito, r\u00e1pido, los dos\u201d.
\nNo s\u00e9 c\u00f3mo lo hac\u00eda. Me corr\u00eda m\u00e1s la cabeza que las piernas, enredadas en la sotana. Nin\u00edn, tres a\u00f1os m\u00e1s que yo enfilaba ya el Callej\u00f3n del Hospital. Yo le segu\u00eda a corta distancia. Corr\u00eda por Argumosa con facilidad. De alguna forma, aquel mundo me pertenec\u00eda. Hab\u00eda sido campo de juegos y escondite.
\nCuando se sube por calle de Atocha hacia Ant\u00f3n Mart\u00edn a la izquierda pasado Doctor Mata se encuentra entre el Real Conservatorio de M\u00fasica y la antigua Facultad de Medicina, actualmente cerrado por un port\u00f3n el \u201ccallejoncillo de las autopsias\u201d.
\nAbrimos la puerta del \u201cDep\u00f3sito de cad\u00e1veres\u201d. Desde la altura de la escalera divisamos un s\u00f3tano enorme, medio iluminado por neones con sonidos de lata. Quince, veinte quir\u00f3fanos alineados a derecha e izquierda mostraban cad\u00e1veres revestidos de s\u00e1banas blancas por donde asomaban el rostro.
\n– \u00a1Eh, Paco! \u00bfC\u00f3mo est\u00e1s? \u2013dijo mi primo.
\nEnvueltos en la niebla de una ceniza de luz y sombras el guarda del recinto alz\u00f3 el brazo en un gesto lento, vegetal. \u201c\u00a1Eh, d\u00f3nde van!\u201d. \u201c\u00a1Nieves de Coro! \u00bfD\u00f3nde est\u00e1 Nieves de Coro? \u00a1Es mi madre! Mir\u00f3 unos papeles. \u00a1Quir\u00f3fano 12!\u201d. Y despu\u00e9s retorn\u00f3 ensimismado a alimentar el incensario de polvillo de la sala.
\nSobre el quir\u00f3fano 12, cargada de derrota y muerte, estaba el cad\u00e1ver de mi madre. \u201cNieves de Coro L\u00f3pez\u201d dec\u00eda un tarjet\u00f3n resblandecido. Perturbado por aquella visi\u00f3n interminable de su rostro se alteraron los cimientos de la realidad como un se\u00edsmo. Sent\u00ed c\u00f3mo me derrumbaba por dentro. Me emocion\u00e9 tanto al escuchar las cuerdas de mi alma, que no pude ni llorar. El hombre curtido no llora nunca dec\u00eda mi padre. Empezaba a serlo.
\n\u201cAdvert\u00ed la humedad \u00e1cida y las llagas vivientes
\ny los huesos de su rostro como frutos de sombra.
\nvi luz en sus manos, luz
\nen los cart\u00edlagos y las venas. Luego,
\ndescendieron las v\u00e9rtebras y ya
\nno vi m\u00e1s que eternidad y fr\u00edo
\nciego y azul en la mirada inm\u00f3vil\u201d (Gamoneda).
\nYo no vi ni sus manos, ni sus venas, ni sus v\u00e9rtebras, s\u00f3lo su rostro y su mirada inm\u00f3vil. \u201cNieves de Coro L\u00f3pez\u201d, retumb\u00f3 como un artefacto en las tripas de la sala la voz del guardia. \u201cSe esnuc\u00f3 ayer en el Mercado, \u00bfsaben?\u201d. El s\u00f3tano adquir\u00eda un aire de callej\u00f3n sin salida. Todo como fuera del tiempo, en el reloj parado, menos Nin\u00edn y yo abraz\u00e1ndonos. Hasta que el guarda sali\u00f3 de su propia estatua, se dirigi\u00f3 hacia nosotros y nos separ\u00f3 como hace el podador con las gavillas de las plantas. \u201cLo tienes que saber, si eres su hijo. Se cay\u00f3 ayer hacia atr\u00e1s y se peg\u00f3 con el bordillo de la acera. Los m\u00e9dicos pusieron derrame cerebral\u201d. Entonces me di cuenta de que era capaz de sostenerme por m\u00ed mismo. Fue como una hendidura de luz que ven\u00eda de mi madre muerta y desgarrada. De repente entend\u00ed \u00abque la vida va en serio\u00bb (Gil de Viedma). Tambi\u00e9n la muerte. Acabo de cumplir 77 a\u00f1os.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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