{"id":5091,"date":"2018-06-11T15:17:23","date_gmt":"2018-06-11T15:17:23","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=5091"},"modified":"2018-06-11T15:17:23","modified_gmt":"2018-06-11T15:17:23","slug":"leer-por-por-ladron-por-arrogante-y-por-insaciable","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/leer-por-por-ladron-por-arrogante-y-por-insaciable\/","title":{"rendered":"-Leer -\u00bfPor…? -Por ladr\u00f3n, por arrogante y por insaciable"},"content":{"rendered":"
Hay dos tipos de tontos en esta vida: los que prestan un libro y los que lo devuelven.<\/p>\n
Un d\u00eda se levant\u00f3 y se volvi\u00f3 a sentar. Ten\u00eda en sus manos un libro titulado Historia de los Heterodoxos espa\u00f1oles<\/em> de Marcelino Men\u00e9ndez y Pelayo. Todos los d\u00edas destinaba ratos de ocio a la lectura de aquel libro. A veces lo dejaba abierto en su regazo, entre la mesa y la sotana. A veces se quedaba abstra\u00eddo mirando la peque\u00f1a pel\u00edcula que proyectaba el cielo en su despacho o cerraba los ojos como quien duerme. Nos instruy\u00f3 a todos para que nadie lo interrumpiese: El se\u00f1or cura est\u00e1 con el libro.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Mos\u00e9n Gregorio<\/em>, mi t\u00edo, estaba con el libro.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Ya pod\u00eda llover o tronar. Ya pod\u00eda irse la luz o apagarse la lumbre de la cocina, mi t\u00edo, el arcipreste de Casbas de Huesca, en la Hoya de Huesca, estaba con el libro.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Que ven\u00eda el alcalde, el m\u00e9dico, el secretario, el cabo de la guardia civil, Do\u00f1a Soledad, las Maserico, Mos\u00e9n Gregorio<\/em> estaba con el libro y no se le pod\u00eda interrumpir. Pero un d\u00eda dio un paso adelante y recit\u00f3 en el comedor ante la familia, p\u00e1rrafos y m\u00e1s p\u00e1rrafos de Julio Verne. M\u00e1s a\u00fan, delante de todos, me regal\u00f3 una colecci\u00f3n de sus obras.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 \u00a1Ah, Javier, yo desde los 5 a\u00f1os se leer y en p\u00fablico porque \u00e9l y mi abuela, Mam\u00e1 Nona<\/em> se encargaron de ense\u00f1arme!<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Aquel d\u00eda fue mi puesta de largo en la vida.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 La lectura<\/em> se iba convirtiendo en un lugar, un enclave, hundido en el paisaje de mis sentimientos, de mis fantas\u00edas, que no siempre lograba encontrar de nuevo. A menudo part\u00eda de ella y luego me perd\u00eda por el camino.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Iba cumpliendo, amigo Javier, los protocolos de la infancia, sin acelerar el paso para escapar de ella. Pero de todas maneras fui un ni\u00f1o excitado que rompi\u00f3 pronto los l\u00edmites entre el miedo y la audacia con el cerebro mordido de alguna lectura precoz.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Y es que Mos\u00e9n Gregorio ten\u00eda en su biblioteca varias novelas de Henryk Sienkiewicz, como El diluvio<\/em>, A sangre y fuego<\/em>, A trav\u00e9s del desierto y de la selva<\/em> y Quo Vadis<\/em> y yo le sustraje Quo Vadis<\/em>, porque me gustaba la portada y porque hablaba de Ner\u00f3n.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 Cuando me inclinaba sobre el libro, me olvidaba del resto de la gente. Estaba yo s\u00f3lo con los gladiadores, los esclavos, las diosas, las fieras, los cristianos, era delicioso. Aunque algunos p\u00e1rrafos largos me resultaban insoportables, estaba ya enfilado para la lectura. As\u00ed pues, entre mi abuela y mi t\u00edo cura me peinaron el arrebato tierno de los libros y a los siete a\u00f1os tom\u00e9 la tajante decisi\u00f3n de escapar cuanto antes del envase de la edad con cierta vocaci\u00f3n cimarrona. Un d\u00eda salt\u00e9 por encima del sill\u00f3n abacial y empin\u00e1ndome, empin\u00e1ndome, alcanc\u00e9 la \u00faltima balda de la biblioteca y all\u00ed estaba la poes\u00eda de Antonio Machado<\/em>\u2026 y \u00a1zas! Lo atrap\u00e9, lo ocult\u00e9 y viaj\u00f3 ya conmigo por toda esta perra vida en el fondo de mi maleta preferida. Ese hurto se me aparece como el acto m\u00e1s perfecto de mi infancia.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 -\u201cHola \u00bfqu\u00e9 haces? \u2013 Leer, \u00bfpor?\u201d<\/em> (FORGES). Por ladr\u00f3n<\/em>. Arrastro llagas y pecados desde peque\u00f1o. Usos y costumbres de drogata y de ladr\u00f3n. Perdona t\u00edo Gregorio, pero tampoco me regalaste t\u00fa el prometido Libro de Alexandre<\/em> del siglo XIII. No problem<\/em>. Lo uno por lo otro. Tambi\u00e9n por arrogante<\/em>. Pero no tiene importancia. F\u00edjate un poco, amigo Javier, casi todos establecen su ghetto<\/em> en su propia ciudad, en su propio barrio, en su propia casa. Madrid, o Barcelona, o Vitoria, o Donostia est\u00e1n llenas de ghettos<\/em>, y es natural, porque cada uno se construye el suyo, lo m\u00e1s alto posible, lo m\u00e1s inaccesible, y procura que no le hagan salir de \u00e9l. No conocemos m\u00e1s que nuestras calles y nuestra gente. \u201cLos nuestros\u201d. No vamos m\u00e1s all\u00e1 del punto a donde llega nuestro aliento. Por eso para m\u00ed, chiquillo de posguerra de Lavapi\u00e9s, de las escuelas de supervivencia de Atochas, Legazpis, Embajadores, altamente especializadas \u201cen no ser demasiado de una sola manera\u201d, la lectura era el mejor complemento. Fue mi \u00e1rea de combate, donde se iban asentando otros mundos tambi\u00e9n aut\u00e9nticos. Y que estaban llenos de seres que son verdad. Y, en fin, por insaciable<\/em>. Est\u00e1 en el ADN del ser humano: siempre quiere mejorar. El ocio es un bien. La longevidad es un bien\u2026 Y dentro del ocio, la lectura<\/em> es un bien\u2026 siempre crecederos, siempre inconformistas, siempre ilimitados.<\/p>\n \u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0 O sea, que hay dos tipos de tontos en esta vida: los que prestan un libro y los que lo devuelven.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Hay dos tipos de tontos en esta vida: los que prestan un libro y los que lo devuelven. Un d\u00eda se levant\u00f3 y se volvi\u00f3 a sentar. Ten\u00eda en sus manos un libro titulado Historia de los Heterodoxos espa\u00f1oles de Marcelino Men\u00e9ndez y Pelayo. 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