El asesinato de Samuel Luiz en Coru\u00f1a este verano a manos de un enloquecido grupo de j\u00f3venes nos ha llenado de estupor. Sin ning\u00fan motivo, un joven le insult\u00f3 y comenz\u00f3 a golpearle. Pronto se unieron chavales que continuaron golpeando irracionalmente a Samuel. Durante 150 metros la lluvia de golpes y patadas continu\u00f3 hasta que cay\u00f3 al suelo y, a pesar del intento de defensa de dos j\u00f3venes senegaleses sin papeles, la paliza continu\u00f3 hasta acabar con la vida del chico de 24 a\u00f1os. D\u00edas despu\u00e9s otro joven holand\u00e9s fue linchado hasta la muerte por compatriotas suyos en Mallorca. D\u00edas antes en Terrassa otro joven fue apaleado. Tambi\u00e9n en Ceuta. Recientemente se ha repetido esto en Amorebieta.<\/p>\n
Estas barbaridades sin nombre son tan incomprensibles como escalofriantes. Pero m\u00e1s escalofriante es pensar que estas palizas o peleas son habituales (aun sin consecuencias tan terribles) numerosos fines de semana. Hay j\u00f3venes absolutamente descentrados y trastornados que encuentran en estas agresiones una diversi\u00f3n perversa y excitante.
\nOtros adolescentes salen en la noche del s\u00e1bado a buscar bronca y la encuentran con facilidad y con cualquier excusa en las zonas de ocio; chavales, en principio buena gente durante la semana, se convierten en jaur\u00edas violent\u00edsimas en las noches de fiesta. Algunos dicen: \u201cAntes era excepcional, ahora lo normal es que haya varias peleas brutales las noches del s\u00e1bado\u201d. Sorprende adem\u00e1s que una mayor\u00eda que rodea estos incidentes se inhiba o saque el m\u00f3vil para grabar primero y colgar despu\u00e9s las peleas tumultuarias que empa\u00f1an muchas noches.<\/p>\n
En todas estas acciones aparece la droga como tel\u00f3n de fondo. Los efectos de las sustancias hacen que muchos pierdan el control y la conciencia de lo que hacen. Hay tambi\u00e9n un cierto acomodamiento a esta situaci\u00f3n\u2026 lo importante es estar lejos cuando ocurre. Se produce as\u00ed una alarmante banalizaci\u00f3n de la violencia que cosifica a las v\u00edctimas como si fueran mu\u00f1equitos de alg\u00fan juego digital.<\/p>\n
Hay que tomar nota: esta realidad existe por m\u00e1s que queramos ocultarla. No podemos mirar a otro lado. Cada colectivo, cada instituci\u00f3n tendr\u00e1 qu\u00e9 reflexionar sobre cu\u00e1l es su peque\u00f1a o gran culpa. Ciertamente que muchos de los modelos de referencia que aparecen en los medios son de una bajeza moral extraordinaria exhibiendo su falta de capacidad para amar mientras cobran cantidades suculentas. Seguramente influir\u00e1 tambi\u00e9n el miedo que los adolescentes experimentan ante la falta de futuro por una crisis econ\u00f3mica que les arrincona. Por otra parte, el gran n\u00famero de fracasos familiares ha abocado a muchos chicos y chicas a la soledad, el desamor y la vulnerabilidad.<\/p>\n
Tal vez nuestros responsables pol\u00edticos tengan que mirar con preocupaci\u00f3n estas conductas entre muchos adolescentes. Tal vez esa violencia de j\u00f3venes sea el amargo reflejo de una clase pol\u00edtica que utiliza la descalificaci\u00f3n, el insulto, el desprecio del adversario como algo habitual. Tal vez estos delitos de odio encuentren su germen en los mismos parlamentos pol\u00edticos que utilizan sus esca\u00f1os para -cobrando una pasta- lanzar no botellas, pero s\u00ed insultos; no pu\u00f1etazos o patadas, pero s\u00ed agresiones verbales y burlas ignominiosas. Sin tratar de exculpar a los j\u00f3venes agresores, s\u00ed que conviene reflexionar si esa violencia gratuita no ser\u00e1 consecuencia de una continuada actitud pol\u00edtica irresponsable y chulesca donde lanzar bravuconadas y ofensas se ha convertido ya en lo habitual. Una clase pol\u00edtica, que mantiene rencillas y disputas, y se muestra incapaz de llegar a un pacto educativo, por ejemplo, deber\u00eda reflexionar seriamente para ver hacia d\u00f3nde dirige sus esfuerzos.<\/p>\n
A los educadores, pues, nos toca, hoy m\u00e1s que nunca, hacer una apuesta por los valores, el di\u00e1logo, la tolerancia, la compasi\u00f3n, la trascendencia, la profundidad. Tenemos que resucitar la \u00c9tica, la Religi\u00f3n, la Ciudadan\u00eda, la Filosof\u00eda y otras asignaturas que nuestro sistema ha arrinconado. Nos toca ser testigos con nuestra vida de conductas morales, pac\u00edficas, solidarias y trascendentes. En nuestras manos est\u00e1 que estas jaur\u00edas o manadas queden arrinconadas hasta su desaparici\u00f3n.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
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