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El cuidado de cualquier patrimonio resulta m\u00e1s efectivo cuando est\u00e1 programado, es decir, cuando hay un plan de tareas rutinarias y efectivas, que se pueden realizar con facilidad. Junto a las tareas de mantenimiento de los inmuebles o edificios hist\u00f3ricos, hay otros cuidados orientados a garantizar la correcta conservaci\u00f3n de los bienes muebles (objetos) que albergan estos edificios. Lo primero que hay que dejar claro es que el mantenimiento de este tipo de bienes deber\u00eda estar dirigido por personal especializado.<\/p>\n
Se ofrecen ahora, no obstante, algunos sencillos consejos referentes, por ejemplo, c\u00f3mo asegurar una protecci\u00f3n adecuada al manipular los bienes, cu\u00e1ndo hay que dejar los tratamientos de conservaci\u00f3n y restauraci\u00f3n en manos de profesionales, por qu\u00e9 hay que\u00a0\u00a0 evitar que las piezas est\u00e9n expuestas a cambios bruscos de temperatura, humedad y luminosidad, o de qu\u00e9 manera realizar una peri\u00f3dica limpieza general, empleando productos sin aditivos y aspirando, mejor que barriendo, para evitar la dispersi\u00f3n del polvo.<\/p>\n
Estas orientaciones se basan en un enfoque proactivo de la conservaci\u00f3n de bienes culturales, siempre atendiendo al lema de que \u201cm\u00e1s vale prevenir que curar\u201d.<\/p>\n
Por \u00faltimo, no debemos olvidar que hay una legislaci\u00f3n especial para el cuidado de este patrimonio, y que hay que cumplir obligatoriamente. En Espa\u00f1a las competencias en materia de patrimonio hist\u00f3rico y cultural est\u00e1n transferidas a los gobiernos auton\u00f3micos. Sin embargo, el Ministerio de Cultura Espa\u00f1ol tiene competencia para redactar programas generales referentes al patrimonio nacional, cultural e hist\u00f3rico.<\/p>\n
Pese a que la Ley Patrimonio Hist\u00f3rico Espa\u00f1ol de 1985 sigue estando en vigor, cada comunidad aut\u00f3noma ha promulgado su propia ley sobre directrices oficiales referentes a los bienes patrimoniales catalogados existentes en dicha comunidad aut\u00f3noma.<\/p>\n
Este mantenimiento al que nos referimos es simplemente una primera orientaci\u00f3n de actuaci\u00f3n. Proporciona una serie de recomendaciones pr\u00e1cticas para la conservaci\u00f3n adecuada de los bienes con valor hist\u00f3rico y cultural de nuestra inspector\u00eda SSM. Su principal objetivo es proporcionar pautas sencillas sobre c\u00f3mo abordar problemas comunes, prestando especial atenci\u00f3n a los objetos o elementos que requieren un cuidado especial por parte de cada comunidad salesiana.<\/p>\n
La mayor\u00eda de los procesos de deterioro que afectan a los bienes muebles patrimoniales se producen por la combinaci\u00f3n de cuatro factores: Manipulaci\u00f3n inadecuada, tratamientos de conservaci\u00f3n inadecuados, condiciones ambientales adversas y limpieza inadecuada.<\/p>\n
Es fundamental manipular los bienes muebles patrimoniales sin causar da\u00f1o para su conservaci\u00f3n a largo plazo. Estos bienes pueden resultar extremadamente vulnerables si no se manipulan con cuidado. El uso de guantes para manipularlos, por ejemplo, es signo de una actitud de consideraci\u00f3n y respeto por el valor patrimonial que tienen estos bienes, adem\u00e1s de garantizar una correcta seguridad durante su manipulaci\u00f3n.<\/p>\n
Los tratamientos de conservaci\u00f3n consisten en labores manuales realizadas con el fin de preservar y\/o restaurar la materialidad hist\u00f3rica de los bienes. El empleo de materiales o m\u00e9todos inadecuados puede causar da\u00f1os irreversibles. Estos tratamientos deben realizarlos \u00fanicamente los conservadores que est\u00e9n preparados y sepan hacerlo.<\/p>\n
La conservaci\u00f3n de unos par\u00e1metros ambientales adecuados, como la temperatura del aire (18-20 \u00b0C) o la humedad relativa (40-50% HR) representan importantes indicadores del estado de los bienes patrimoniales. Estos par\u00e1metros son fundamentales para comprender los cuidados que precisa y garantizar la conservaci\u00f3n de estos bienes. Pero no existe un valor ambiental universalmente seguro y libre de riesgos para todos. No obstante, puede afirmarse, de forma general, que una variaci\u00f3n brusca de los par\u00e1metros ambientales marcados puede provocar un deterioro significativo en los bienes culturales.<\/p>\n
La exposici\u00f3n excesiva a la luz causa da\u00f1os acumulativos e irreversibles. Es por ello que los materiales sensibles a la luz deben protegerse reduciendo la intensidad, el tiempo de exposici\u00f3n y la proximidad de la fuente de luz. Los bienes deber\u00e1n estar colocados de modo que no est\u00e9n expuestos a fuentes de luz directas e intensas, evitando especialmente la exposici\u00f3n a la luz solar. El calor localizado puede tambi\u00e9n provocar da\u00f1os graves en los materiales del bien en cuesti\u00f3n.<\/p>\n
Otro factor crucial para la conservaci\u00f3n de bienes patrimoniales es su limpieza. Esta labor constituye una de las operaciones m\u00e1s peligrosas y con efectos m\u00e1s perjudiciales en caso de no realizarse correctamente. Dada la delicadeza de los materiales del bien en cuesti\u00f3n, solo hay que efectuar una suave retirada del polvo con un plumero natural, y \u00fanicamente si no hay riesgo en su realizaci\u00f3n. Se debe excluir absolutamente el uso de productos comerciales de limpieza, pues resultan muy agresivos y deterioran los acabados de los bienes. Cualquier intervenci\u00f3n directa de limpieza que se pretenda ejecutar con m\u00e1s profundidad debe ser evaluada y llevada a cabo solamente por profesionales especializados en conservaci\u00f3n y restauraci\u00f3n de bienes culturales. Exclusivamente, ellos est\u00e1n cualificados y experimentados para una limpieza directa e intensa. Frecuentemente, en el origen de degradaciones m\u00e1s o menos graves de un bien patrimonial se descubren intervenciones realizadas por personas con muy buena voluntad pero sin formaci\u00f3n o conocimiento t\u00e9cnico sobre la materia.<\/p>\n
Finalmente, nunca se debe considerar un objeto de inter\u00e9s patrimonial como irremediablemente perdido antes de contar con una opini\u00f3n de un profesional.<\/p>\n
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El cuidado de cualquier patrimonio resulta m\u00e1s efectivo cuando est\u00e1 programado, es decir, cuando hay un plan de tareas rutinarias y efectivas, que se pueden realizar con facilidad. Junto a las tareas de mantenimiento de los inmuebles o edificios hist\u00f3ricos, hay otros cuidados orientados a garantizar la correcta conservaci\u00f3n de los bienes muebles (objetos) que albergan estos edificios. Lo primero que hay que dejar claro es que el mantenimiento de este tipo de bienes deber\u00eda estar dirigido por personal especializado.
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Se ofrecen ahora, no obstante, algunos sencillos consejos referentes, por ejemplo, c\u00f3mo asegurar una protecci\u00f3n adecuada al manipular los bienes, cu\u00e1ndo hay que dejar los tratamientos de conservaci\u00f3n y restauraci\u00f3n en manos de profesionales, por qu\u00e9 hay que\u00a0\u00a0 evitar que las piezas est\u00e9n expuestas a cambios bruscos de temperatura, humedad y luminosidad, o de qu\u00e9 manera realizar una peri\u00f3dica limpieza general, empleando productos sin aditivos y aspirando, mejor que barriendo, para evitar la dispersi\u00f3n del polvo.
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Estas orientaciones se basan en un enfoque proactivo de la conservaci\u00f3n de bienes culturales, siempre atendiendo al lema de que \u201cm\u00e1s vale prevenir que curar\u201d.
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Por \u00faltimo, no debemos olvidar que hay una legislaci\u00f3n especial para el cuidado de este patrimonio, y que hay que cumplir obligatoriamente. En Espa\u00f1a las competencias en materia de patrimonio hist\u00f3rico y cultural est\u00e1n transferidas a los gobiernos auton\u00f3micos. Sin embargo, el Ministerio de Cultura Espa\u00f1ol tiene competencia para redactar programas generales referentes al patrimonio nacional, cultural e hist\u00f3rico.
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Pese a que la Ley Patrimonio Hist\u00f3rico Espa\u00f1ol de 1985 sigue estando en vigor, cada comunidad aut\u00f3noma ha promulgado su propia ley sobre directrices oficiales referentes a los bienes patrimoniales catalogados existentes en dicha comunidad aut\u00f3noma.<\/p>
Este mantenimiento al que nos referimos es simplemente una primera orientaci\u00f3n de
actuaci\u00f3n. Proporciona una serie de recomendaciones pr\u00e1cticas para la conservaci\u00f3n
adecuada de los bienes con valor hist\u00f3rico y cultural de nuestra inspector\u00eda SSM. Su principal objetivo es proporcionar pautas sencillas sobre c\u00f3mo abordar problemas comunes, prestando especial atenci\u00f3n a los objetos o elementos que requieren un cuidado especial por parte de cada comunidad salesiana.
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La mayor\u00eda de los procesos de deterioro que afectan a los bienes muebles patrimoniales se producen por la combinaci\u00f3n de cuatro factores: Manipulaci\u00f3n inadecuada, tratamientos de conservaci\u00f3n inadecuados, condiciones ambientales adversas y limpieza inadecuada.
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Es fundamental manipular los bienes muebles patrimoniales sin causar da\u00f1o para su conservaci\u00f3n a largo plazo. Estos bienes pueden resultar extremadamente vulnerables si no se manipulan con cuidado. El uso de guantes para manipularlos, por ejemplo, es signo de una actitud de consideraci\u00f3n y respeto por el valor patrimonial que tienen estos bienes, adem\u00e1s de garantizar una correcta seguridad durante su manipulaci\u00f3n.
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Los tratamientos de conservaci\u00f3n consisten en labores manuales realizadas con el fin de preservar y\/o restaurar la materialidad hist\u00f3rica de los bienes. El empleo de materiales o m\u00e9todos inadecuados puede causar da\u00f1os irreversibles. Estos tratamientos deben realizarlos \u00fanicamente los conservadores que est\u00e9n preparados y sepan hacerlo.
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La conservaci\u00f3n de unos par\u00e1metros ambientales adecuados, como la temperatura del aire (18-20 \u00b0C) o la humedad relativa (40-50% HR) representan importantes indicadores del estado de los bienes patrimoniales. Estos par\u00e1metros son fundamentales para comprender los cuidados que precisa y garantizar la conservaci\u00f3n de estos bienes. Pero no existe un valor ambiental universalmente seguro y libre de riesgos para todos. No obstante, puede afirmarse, de forma general, que una variaci\u00f3n brusca de los par\u00e1metros ambientales marcados puede provocar un deterioro significativo en los bienes culturales.
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La exposici\u00f3n excesiva a la luz causa da\u00f1os acumulativos e irreversibles. Es por ello que los materiales sensibles a la luz deben protegerse reduciendo la intensidad, el tiempo de exposici\u00f3n y la proximidad de la fuente de luz. Los bienes deber\u00e1n estar colocados de modo que no est\u00e9n expuestos a fuentes de luz directas e intensas, evitando especialmente la exposici\u00f3n a la luz solar. El calor localizado puede tambi\u00e9n provocar da\u00f1os graves en los materiales del bien en cuesti\u00f3n.
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Otro factor crucial para la conservaci\u00f3n de bienes patrimoniales es su limpieza. Esta labor constituye una de las operaciones m\u00e1s peligrosas y con efectos m\u00e1s perjudiciales en caso de no realizarse correctamente. Dada la delicadeza de los materiales del bien en cuesti\u00f3n, solo hay que efectuar una suave retirada del polvo con un plumero natural, y \u00fanicamente si no hay riesgo en su realizaci\u00f3n. Se debe excluir absolutamente el uso de productos comerciales de limpieza, pues resultan muy agresivos y deterioran los acabados de los bienes. Cualquier intervenci\u00f3n directa de limpieza que se pretenda ejecutar con m\u00e1s profundidad debe ser evaluada y llevada a cabo solamente por profesionales especializados en conservaci\u00f3n y restauraci\u00f3n de bienes culturales. Exclusivamente, ellos est\u00e1n cualificados y experimentados para una limpieza directa e intensa. Frecuentemente, en el origen de degradaciones m\u00e1s o menos graves de un bien patrimonial se descubren intervenciones realizadas por personas con muy buena voluntad pero sin formaci\u00f3n o conocimiento t\u00e9cnico sobre la materia.
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