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\u00bfQui\u00e9n es ese chiquillo que nos visita cuando el oto\u00f1o nos viste de colores anaranjados y ocres? <\/em>\u00c9sta era la pregunta que nos hac\u00edamos los \u00e1rboles de las colinas de I Becchi cuando los calores del verano daban paso al oto\u00f1o y ve\u00edamos a aquel ni\u00f1o rebuscar en las plantas del bosque.<\/p>\n Robles y casta\u00f1os hicieron un pacto para vigilarle. Por fin comunicaron sus conclusiones: \u201cEl chiquillo busca hierbas colorantes. A pesar de sus pocos a\u00f1os conoce cada hierba. Las selecciona y corta con cuidado. Las clasifica por colores en peque\u00f1os sacos de tela\u201d.<\/p>\n Las acacias que custodian el camino que va desde I Becchi a Castelnuovo completaron la informaci\u00f3n: \u201cLos d\u00edas de mercado vende en Castelnuovo las hierbas colorantes que utilizan los campesinos para te\u00f1ir tejidos. As\u00ed gana algunas monedas\u201d.<\/p>\n \u00bfPara qu\u00e9 querr\u00e1 este chiquillo el dinero que obtiene con la venta de nuestras hierbas?<\/em><\/p>\n Nuevas pesquisas. Por fin el manzano que crece cerca del prado trajo la respuesta: \u201cCon los beneficios ha comprado cuerdas, bolas de colores, naipes, pa\u00f1uelos, bolsas con doble fondo, cajas\u2026 El chiquillo se ha convertido en saltimbanqui. Cada domingo re\u00fane a ni\u00f1os y mayores de la aldea de I Becchi. Les ense\u00f1a a rezar, les sumerge en la magia de los juegos de manos que ha visto realizar a los titiriteros en las ferias de Butigliera y Castelnuevo\u2026 Anda por encima de la cuerda como experto fun\u00e1mbulo. Le llaman Juan Bosco. Es hijo de Margarita.<\/p>\n El abedul, con su sabidur\u00eda, concluy\u00f3: \u201cEs un muchacho admirable. Con los colores de las hierbas de nuestra tierra ti\u00f1e de alegr\u00eda las aburridas tardes de los domingos\u201d.<\/p>\n Pero un buen d\u00eda el ni\u00f1o march\u00f3. Desapareci\u00f3 el peque\u00f1o titiritero. Tan larga fue su ausencia que terminamos por olvidarlo.<\/p>\n De pronto, cuando ya no nos acord\u00e1bamos de \u00e9l, una noticia se extendi\u00f3 por las colinas de I Becchi: \u00a1Ha regresado!<\/p>\n Le vimos desde la altura de las ramas de los \u00e1rboles. Enseguida descubrimos que no hab\u00eda vuelto solo. Le acompa\u00f1aba m\u00e1s de un centenar de ni\u00f1os y j\u00f3venes que poblaban nuestro silencio con sus cantos y sus risas.<\/p>\n \u00bfQui\u00e9nes eran aquellos muchachos?<\/em><\/p>\n El abedul nos desvel\u00f3 el secreto: \u201cAunque Juan ya no es un ni\u00f1o, sigue siendo aquel chiquillo que buscaba hierbas colorantes. Los ni\u00f1os que le acompa\u00f1an son peque\u00f1os hu\u00e9rfanos obligados a llevar una existencia oscura en las f\u00e1bricas de la ciudad. Juan Bosco inventa cada ma\u00f1ana un arco iris para sus muchachos. Extiende sobre ellos el color rojo del afecto; contornea el color verde de un futuro cargado de oportunidades; dise\u00f1a el azul de la cultura; les propone el color amarillo de la oraci\u00f3n, llama encendida ante Dios\u2026<\/p>\n Y los \u00e1rboles de las colinas de I Becchi dimos gracias a Dios por Juan Bosco, el chiquillo que aprendi\u00f3 en nuestra tierra a buscar colores para dibujar sobre los j\u00f3venes un Arco Iris de Vida.<\/p>\n Nota: <\/em>Juan Bosco ni\u00f1o recolectaba plantas colorantes en las colinas de I Becchi que vend\u00eda en el mercado de Castelnuovo. Con el beneficio de estas ventas compraba lo necesario para ejercer de saltimbanqui y entretener a sus vecinos. (Memorias del Oratorio. D\u00e9cada primera, n\u00ba 1).<\/em><\/p>\n<\/blockquote>\n [\/et_pb_text][et_pb_button button_url=\u00bbhttps:\/\/salesianos.info\/boletin-salesiano\/\u00bb url_new_window=\u00bbon\u00bb button_text=\u00bbBolet\u00edn Salesiano\u00bb _builder_version=\u00bb4.17.4″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb custom_button=\u00bbon\u00bb button_text_size=\u00bb22px\u00bb button_text_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_bg_color=\u00bb#E02B20″ button_border_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_border_radius=\u00bb4px\u00bb button_font=\u00bb|||||on|||\u00bb button_icon=\u00bb9||divi||400″ button_icon_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_text_shadow_style=\u00bbpreset1″ box_shadow_style=\u00bbpreset2″ global_colors_info=\u00bb{}\u00bb][\/et_pb_button][\/et_pb_column][\/et_pb_row][\/et_pb_section]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" \u00bfQui\u00e9n es ese chiquillo que nos visita cuando el oto\u00f1o nos viste de colores anaranjados y ocres? \u00c9sta era la pregunta que nos hac\u00edamos los \u00e1rboles de las colinas de I Becchi cuando los calores del verano daban paso al oto\u00f1o y ve\u00edamos a aquel ni\u00f1o rebuscar en las plantas del bosque. 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Las clasifica por colores en peque\u00f1os sacos de tela\u201d.<\/p> Las acacias que custodian el camino que va desde I Becchi a Castelnuovo completaron la informaci\u00f3n: \u201cLos d\u00edas de mercado vende en Castelnuovo las hierbas colorantes que utilizan los campesinos para te\u00f1ir tejidos. As\u00ed gana algunas monedas\u201d.<\/p> \u00bfPara qu\u00e9 querr\u00e1 este chiquillo el dinero que obtiene con la venta de nuestras hierbas?<\/em><\/p> Nuevas pesquisas. Por fin el manzano que crece cerca del prado trajo la respuesta: \u201cCon los beneficios ha comprado cuerdas, bolas de colores, naipes, pa\u00f1uelos, bolsas con doble fondo, cajas\u2026 El chiquillo se ha convertido en saltimbanqui. Cada domingo re\u00fane a ni\u00f1os y mayores de la aldea de I Becchi. Les ense\u00f1a a rezar, les sumerge en la magia de los juegos de manos que ha visto realizar a los titiriteros en las ferias de Butigliera y Castelnuevo\u2026 Anda por encima de la cuerda como experto fun\u00e1mbulo. Le llaman Juan Bosco. Es hijo de Margarita.<\/p> El abedul, con su sabidur\u00eda, concluy\u00f3: \u201cEs un muchacho admirable. Con los colores de las hierbas de nuestra tierra ti\u00f1e de alegr\u00eda las aburridas tardes de los domingos\u201d.<\/p> Pero un buen d\u00eda el ni\u00f1o march\u00f3. Desapareci\u00f3 el peque\u00f1o titiritero. Tan larga fue su ausencia que terminamos por olvidarlo.<\/p> De pronto, cuando ya no nos acord\u00e1bamos de \u00e9l, una noticia se extendi\u00f3 por las colinas de I Becchi: \u00a1Ha regresado!<\/p> Le vimos desde la altura de las ramas de los \u00e1rboles. Enseguida descubrimos que no hab\u00eda vuelto solo. Le acompa\u00f1aba m\u00e1s de un centenar de ni\u00f1os y j\u00f3venes que poblaban nuestro silencio con sus cantos y sus risas.<\/p> \u00bfQui\u00e9nes eran aquellos muchachos?<\/em><\/p> El abedul nos desvel\u00f3 el secreto: \u201cAunque Juan ya no es un ni\u00f1o, sigue siendo aquel chiquillo que buscaba hierbas colorantes. Los ni\u00f1os que le acompa\u00f1an son peque\u00f1os hu\u00e9rfanos obligados a llevar una existencia oscura en las f\u00e1bricas de la ciudad. Juan Bosco inventa cada ma\u00f1ana un arco iris para sus muchachos. Extiende sobre ellos el color rojo del afecto; contornea el color verde de un futuro cargado de oportunidades; dise\u00f1a el azul de la cultura; les propone el color amarillo de la oraci\u00f3n, llama encendida ante Dios\u2026<\/p> Y los \u00e1rboles de las colinas de I Becchi dimos gracias a Dios por Juan Bosco, el chiquillo que aprendi\u00f3 en nuestra tierra a buscar colores para dibujar sobre los j\u00f3venes un Arco Iris de Vida.<\/p> Nota: <\/em>Juan Bosco ni\u00f1o recolectaba plantas colorantes en las colinas de I Becchi que vend\u00eda en el mercado de Castelnuovo. Con el beneficio de estas ventas compraba lo necesario para ejercer de saltimbanqui y entretener a sus vecinos. (Memorias del Oratorio. D\u00e9cada primera, n\u00ba 1).<\/em><\/p><\/blockquote>","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[362,368],"tags":[],"yoast_head":"\n\n