Ning\u00fan personaje, amigo Javier, de la historia resiste la aplicaci\u00f3n de las normas morales del siglo XXI, pero ensa\u00f1arse con el santazo de Fray Jun\u00edpero Serra, San Jun\u00edpero de California, me parece un escarnio, un desvar\u00edo, una ignominia, una ruindad.<\/p>\n
El franciscano mallorqu\u00edn gastaba unas cualidades extraordinarias.<\/p>\n
Catedr\u00e1tico de Filosof\u00eda y Teolog\u00eda en Palma salta hasta California para fundar misiones de cultura y fe que m\u00e1s tarde se convirtieron en grandes ciudades norteamericanas.<\/p>\n
Fray Jun\u00edpero, un talento m\u00e1s acad\u00e9mico que selv\u00e1tico.<\/p>\n
Era juiciosamente propenso a la templanza, a una templanza punzante y dificultosa, macerado en la ternura que usaba con la misma penitente intencionalidad con que manipulaba su viejo cilicio \u2026\u2026.. Un caso excepcional de vocaci\u00f3n franciscana, de sencillez y maestr\u00eda, siempre al margen del aspaviento, de la provocaci\u00f3n, de la presunci\u00f3n. Un delicad\u00edsimo sentidor de la promoci\u00f3n y evangelizaci\u00f3n humana para entusiasmo de la m\u00e1s fina hidalgu\u00eda de los nativos norteamericanos de entonces y de ahora.<\/p>\n
\u00bfImperialista, cruel, manipulador, explotador Fray Jun\u00edpero?<\/p>\n
(\u201cCalumnia, que algo queda\u201d, Voltaire).<\/p>\n
En aquella Espa\u00f1a colonizadora, los soldados de nuestros Virreinos iban combatiendo sin sacrificar ni la raz\u00f3n, ni la ley, ni la valent\u00eda. Asuntos todos nada ajenos a la mara\u00f1a cerebral de un intelectual, culto y popular a la vez, que iba con el Evangelio en llamas por la vida. Por fuera del cuerpo de sarmiento de Fray Jun\u00edpero se convocaban asambleas, donde se reun\u00eda a los nativos para ense\u00f1arles a sumir la propiedad y gestionar la tierra. Por dentro sus gl\u00f3bulos rojos so\u00f1aban con sacramentos y catequesis inesperados. Aquel fraile pensador pod\u00eda dejar turulato a cualquier p\u00fablico ilustrado del siglo XVIII, lo mismo en la Corte que en los Virreinatos, lo mismo en las Universidades que en los Colegios Generales.<\/p>\n
\u201cDonde vayas, vete como eres\u201d, me dijo en una ocasi\u00f3n Don Jos\u00e9 Mar\u00eda Seti\u00e9n, obispo de San Sebasti\u00e1n, del que ya te hablar\u00e9. Fray Jun\u00edpero Serra se presentaba fuera donde fuera con su h\u00e1bito de sarga y las manos limpias \u2013\u00a1las manos limpias!\u2013, levantando una estela de misterio como si aquella doctora suya emplazase moralmente a quien la creara, porque no se pod\u00eda llegar a m\u00e1s ni tan lejos.<\/p>\n
San Jun\u00edpero de California.<\/p>\n
Peinaba el arrebato agresivo de cualquier encomendero y de cualquier militar, gobernador y Virrey, cuyas expediciones se salieran de \u00e9pica humana y humanista. Lo dise\u00f1aron ya con 16 a\u00f1os en el cauce de San Francisco de As\u00eds para que fuese un misionero de repente, de los que piensan que lo mejor de la civilizaci\u00f3n y de la evangelizaci\u00f3n est\u00e1 por llegar. La creatividad del franciscano mallorqu\u00edn estaba siempre en plena combusti\u00f3n y parec\u00eda que el Buen Pastor iba a saltar de su estatua para abrazarlo.<\/p>\n
California.<\/p>\n
La conquista de California estaba abriendo v\u00e9rtigos ins\u00f3litos y tuvo en Fray Jun\u00edpero al icono del nuevo movimiento \u2013explorador, civilizador, evangelizador\u2013 en el que \u00e9l y los franciscanos empezaban a clavar las suelas de las sandalias, rematadas con cuerdas de esparto, en el cultivo de la agricultura, la ganader\u00eda, la caza, la pesca.<\/p>\n
Todo, todo un festival de gestos, posturas y c\u00f3digos nuevos mezclados con los de los nativos, en combusti\u00f3n lenta de afectos, idiomas y apuestas.<\/p>\n
California lo excit\u00f3, lo inspir\u00f3, le sac\u00f3 toda la creaci\u00f3n, el fervor, el amor por los ind\u00edgenas hasta dejarlo exhausto y destruido por dentro ya en la Misi\u00f3n de San Carlos Borromeo<\/em> (Monterrey, California), el 28 de agosto de 1784.<\/p>\n Fray Jun\u00edpero Serra, la pasi\u00f3n de Dios y del hombre le llenaba la vida.<\/p>\n Aquel cuerpo dotado para la sensibilidad de la c\u00e1tedra, del libro y de la ense\u00f1anza ten\u00eda en las misiones franciscanas un lugar de consolaci\u00f3n y de encuentro con el mundo y entre dos mundos. Le dio tiempo a la grandeza y a la extensi\u00f3n de la grandeza del cristianismo.<\/p>\n San Jun\u00edpero de California.<\/p>\n Era el audaz emisario de un mensaje que tintineaba con campanetas de acero desde las espada\u00f1as de las ermitas. Un movimiento ya secular, el cristianismo, en el que conviv\u00edan Francisco de As\u00eds y Domingo de Guzm\u00e1n y los dominicos Bartolom\u00e9 de las Casas y Francisco de Vitoria con los ecos de la Escuela de Salamanca. Es la reivindicaci\u00f3n de lo colectivo frente a lo individual, de lo universal frente a lo particular. La raz\u00f3n frente a los sentimientos. Y un espa\u00f1ol de Petra, Mallorca, pueblo de agricultores y picapedreros, empezaba a cincelar su condici\u00f3n de mito con sus nueve misiones, fundadas y rematadas, donde estaban los vapores de sus amigos y franciscanos tambi\u00e9n Francisco Palan y Pedro Camb\u00f3n.<\/p>\n California.<\/p>\n En agosto de 1770 Pedro Fages asume la gobernaci\u00f3n de los asentamientos californianos en nombre de la Corona. Triunfa con \u00e9l la intriga, lo vulgar, el chamanismo de la codicia, la mentira y de la calumnia. Fray Jun\u00edpero sale al paso para defender el cristianismo y defenderse y defender a los nativos. En la evangelizaci\u00f3n todo es anterior y todo presupone lo siguiente; todo, s\u00ed todo, pertenece al pasado y todo se intercala en el futuro.<\/p>\n Era muy consciente de que la \u00fanica misi\u00f3n de las misiones franciscanas era le de la libertad, la de no callarse nunca ante la injusticia. As\u00ed es que puso y se puso en el centro de todas las discusiones, de los debates y de las bofetadas. Jam\u00e1s se avergonz\u00f3 de considerarse californiano, un nativo m\u00e1s y levant\u00f3 una especie de Kale borroka<\/em> de lucidez contra la vanidad y la violencia de una cultura como la de Pedro Fages que arrasaba la singularidad, lo excepcional, la diferencia.<\/p>\n Fray Jun\u00edpero tra\u00eda un pensamiento de Tom\u00e1s de Aquino, siendo de la escol\u00e1stica de Dans Scoto por reglamento, y un halo que declamaba desde la tundra de su p\u00falpito, escritorio, taller. No ten\u00eda fin ni su curiosidad ni la capacidad, devastadora o promotora, de su escritura combativa. Consider\u00f3 que la Orden franciscana sufr\u00eda opresi\u00f3n con el nuevo gobernador Fages y decidi\u00f3 ir en persona para hablar con el mismo Virrey.<\/p>\n El Marroqu\u00edn ten\u00eda algo de barco ebrio (perm\u00edtaseme, con todo respeto), que doblaba sin esfuerzo el cabo de todos los peligros. Fatigas sin fin lo postraron en Gadalajara y Quer\u00e9taro, para llegar a M\u00e9xico capital, Colegio de San Fernando, en 1773, en busca de justicia.<\/p>\n P\u00fablico, feroz, luminoso y dogm\u00e1tico, el franciscano entreg\u00f3 en persona al virrey Bucareli su Informe, con el nombre Representaci\u00f3n sobre la conquista temporal y espiritual de la Alta California, m\u00e1s conocido como Representaci\u00f3n de 1773, que viene a ser una Carta de Derechos de los Indios. Este fraile que enfurec\u00eda igual que amedrentaba, se mor\u00eda como un ej\u00e9rcito de ideas que no dejaban espacio sin ocupar e iluminaba todo con su palabra.<\/p>\n Fray Jun\u00edpero aterriz\u00f3 en esta perra vida para eso, para certificar la fe en Jesucristo y para beberse todos, todos los problemas de los nativos de California. No fue solo un misionero m\u00e1s, sino un humanista con el car\u00e1cter forjado para el combate con las mejores hormonas de Petra, de Mallorca y de Espa\u00f1a.<\/p>\n Amigo Javier, protej\u00e1monos de tanta locura contagiosa, de los polic\u00edas del pensamiento, de los talibanes de las soflamas vac\u00edas, de los inquisidores posmodernos y de los antiguos, de los jabal\u00edes hasta blasfemos en congresos y senados de aqu\u00ed o de all\u00ed. \u00bfCu\u00e1l va a ser la siguiente salvajada? Si somos ateos, \u00bfdestruiremos la Piedad<\/em> de Miguel \u00c1ngel? Si somos puritanos, \u00bfdestruiremos su David de la Plaza de la Se\u00f1or\u00eda<\/em> de Florencia? Si somos republicanos, \u00bfecharemos al fuego los cuadros de Vel\u00e1zquez? O sea. \u00bfQui\u00e9n detendr\u00e1 esta causa abierta contra una civilizaci\u00f3n?<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Ning\u00fan personaje, amigo Javier, de la historia resiste la aplicaci\u00f3n de las normas morales del siglo XXI, pero ensa\u00f1arse con el santazo de Fray Jun\u00edpero Serra, San Jun\u00edpero de California, me parece un escarnio, un desvar\u00edo, una ignominia, una ruindad. El franciscano mallorqu\u00edn gastaba unas cualidades extraordinarias. 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