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San Francisco de Sales es ejemplo y modelo de amabilidad y dulzura. Seg\u00fan quienes lo conocieron, todo en su persona irradiaba dulzura: su rostro, gestos, lenguaje, compostura. Parec\u00eda que esta virtud se hab\u00eda revestido en \u00e9l de forma humana.<\/p>\n
Sin embargo, la dulzura no era en \u00e9l natural e innata; tuvo que esforzarse arduamente para alcanzarla. Sus bi\u00f3grafos aseguran que era de temperamento fuerte, col\u00e9rico, impaciente. Se sent\u00eda a disgusto ante el lenguaje insolente o las acciones desconsideradas, le irritaba el desorden; su semblante cambiaba de color y se volv\u00eda rubicundo ante una contradicci\u00f3n. La lucha constante, la vigilancia, el dominio personal y la ayuda de la gracia, lo llevan a esa dulzura exquisita que hace de \u00e9l una viva imagen de Cristo. Es la dulzura de un coraz\u00f3n sensible, hecho para amar, encendido en el amor y capaz de amar a cuantos se le acercaban y entraban en relaci\u00f3n con \u00e9l. Siguiendo el ejemplo de Jes\u00fas, no dudaba en condenar el pecado, pero se mostraba lleno de compasi\u00f3n y dulzura con quien lo hab\u00eda cometido.<\/p>\n
Algunos criticaban la que consideraban excesiva clemencia e indulgencia del santo. Otros no comprend\u00edan su verdadero sentido, entendi\u00e9ndola como melosidad, remilgo, blandenguer\u00eda o debilidad. Sin embargo, la dulzura y suavidad salesiana no est\u00e1 re\u00f1ida con la firmeza.<\/p>\n
Firmeza y dulzura<\/strong><\/p>\n Ambas las manifest\u00f3 el obispo de Ginebra en la selecci\u00f3n de los candidatos al sacerdocio, la concesi\u00f3n de los beneficios eclesi\u00e1sticos, las importantes misiones diplom\u00e1ticas que realiza, las funciones de mediaci\u00f3n y conciliaci\u00f3n desempa\u00f1adas. Si son muchas sus ense\u00f1anzas y m\u00e1ximas sobre la dulzura, lo son tambi\u00e9n las que piden vigor y firmeza. Con dulzura y mansedumbre recuerda a las autoridades civiles sus deberes, exige obediencia, reivindica derechos, otorga beneficios eclesi\u00e1sticos a personas competentes y preparadas, se mantiene paciente ante ultrajes y pide energ\u00eda para conquistar las virtudes. Sobre todo, con mansedumbre y dulzura gobierna la di\u00f3cesis, dirige espiritualmente las almas, acoge a pecadores. La dulzura es para \u00e9l, no solo \u201cla flor de la caridad\u201d, sino el fruto maduro de su ardiente amor y celo pastoral.<\/p>\n La dulzura salesiana no es artificio, dulzoner\u00eda o debilidad. No puede confundirse con sensibler\u00eda, amaneramiento o simples formas de cortes\u00eda artificiosas y puramente aparentes. Francisco de Sales la asocia con frecuencia a otras virtudes como sencillez, humildad, mansedumbre, paciencia, afabilidad. Constituye la expresi\u00f3n de la vivencia concreta de la caridad. Por ello, reconoce que es una virtud dif\u00edcil.<\/p>\n San Francisco de Sales nos muestra que la caridad es el camino de la santidad y dulzura, la forma peculiar de vivirla: dulzura para con Dios, para consigo mismo y con el pr\u00f3jimo. La santidad salesiana es santidad dulce y amable; es la santidad de la bondad y de la mansedumbre, humildad y paciencia.<\/p>\n [\/et_pb_text][et_pb_button _builder_version=\u00bb4.19.0″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb button_text=\u00bbBolet\u00edn Salesiano\u00bb button_url=\u00bbhttps:\/\/salesianos.info\/boletin-salesiano\/\u00bb url_new_window=\u00bbon\u00bb custom_button=\u00bbon\u00bb button_text_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_bg_color=\u00bb#E02B20″ button_bg_enable_color=\u00bbon\u00bb button_border_width=\u00bb4px\u00bb button_border_radius=\u00bb5px\u00bb button_border_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_icon=\u00bb9||divi||400″ button_icon_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_text_shadow_style=\u00bbpreset2″ button_text_shadow_color=\u00bb#000000″ box_shadow_style=\u00bbpreset2″ box_shadow_color=\u00bb#000000″ hover_enabled=\u00bb0″ sticky_enabled=\u00bb0″ button_text_size=\u00bb28px\u00bb][\/et_pb_button][\/et_pb_column][\/et_pb_row][\/et_pb_section]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" San Francisco de Sales es ejemplo y modelo de amabilidad y dulzura. 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Se sent\u00eda a disgusto ante el lenguaje insolente o las acciones desconsideradas, le irritaba el desorden; su semblante cambiaba de color y se volv\u00eda rubicundo ante una contradicci\u00f3n. La lucha constante, la vigilancia, el dominio personal y la ayuda de la gracia, lo llevan a esa dulzura exquisita que hace de \u00e9l una viva imagen de Cristo. Es la dulzura de un coraz\u00f3n sensible, hecho para amar, encendido en el amor y capaz de amar a cuantos se le acercaban y entraban en relaci\u00f3n con \u00e9l. Siguiendo el ejemplo de Jes\u00fas, no dudaba en condenar el pecado, pero se mostraba lleno de compasi\u00f3n y dulzura con quien lo hab\u00eda cometido.<\/p> Algunos criticaban la que consideraban excesiva clemencia e indulgencia del santo. Otros no comprend\u00edan su verdadero sentido, entendi\u00e9ndola como melosidad, remilgo, blandenguer\u00eda o debilidad. Sin embargo, la dulzura y suavidad salesiana no est\u00e1 re\u00f1ida con la firmeza.<\/p> Firmeza y dulzura<\/strong><\/p> Ambas las manifest\u00f3 el obispo de Ginebra en la selecci\u00f3n de los candidatos al sacerdocio, la concesi\u00f3n de los beneficios eclesi\u00e1sticos, las importantes misiones diplom\u00e1ticas que realiza, las funciones de mediaci\u00f3n y conciliaci\u00f3n desempa\u00f1adas. Si son muchas sus ense\u00f1anzas y m\u00e1ximas sobre la dulzura, lo son tambi\u00e9n las que piden vigor y firmeza. Con dulzura y mansedumbre recuerda a las autoridades civiles sus deberes, exige obediencia, reivindica derechos, otorga beneficios eclesi\u00e1sticos a personas competentes y preparadas, se mantiene paciente ante ultrajes y pide energ\u00eda para conquistar las virtudes. Sobre todo, con mansedumbre y dulzura gobierna la di\u00f3cesis, dirige espiritualmente las almas, acoge a pecadores. La dulzura es para \u00e9l, no solo \u201cla flor de la caridad\u201d, sino el fruto maduro de su ardiente amor y celo pastoral.<\/p> La dulzura salesiana no es artificio, dulzoner\u00eda o debilidad. No puede confundirse con sensibler\u00eda, amaneramiento o simples formas de cortes\u00eda artificiosas y puramente aparentes. Francisco de Sales la asocia con frecuencia a otras virtudes como sencillez, humildad, mansedumbre, paciencia, afabilidad. Constituye la expresi\u00f3n de la vivencia concreta de la caridad. Por ello, reconoce que es una virtud dif\u00edcil.<\/p> San Francisco de Sales nos muestra que la caridad es el camino de la santidad y dulzura, la forma peculiar de vivirla: dulzura para con Dios, para consigo mismo y con el pr\u00f3jimo. 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