{"id":89003,"date":"2022-12-14T11:45:57","date_gmt":"2022-12-14T09:45:57","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=89003"},"modified":"2022-12-14T12:48:28","modified_gmt":"2022-12-14T10:48:28","slug":"viaje-de-la-palabra-hacia-la-carne","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/viaje-de-la-palabra-hacia-la-carne\/","title":{"rendered":"VIAJE DE LA PALABRA HACIA LA CARNE"},"content":{"rendered":"
ALELUIA, CERDE\u00d1A, ALELUIA<\/strong><\/p>\n La agon\u00eda de la vida.<\/p>\n La agon\u00eda del amor.<\/p>\n – Fue en la guerra de Espa\u00f1a \u2013dice.<\/p>\n Y Tonuccio Tedde<\/em> lo pronuncia con los ojos fijos en las cenizas.<\/p>\n Es mi primera extremaunci\u00f3n. Es Cerde\u00f1a. Es Nulvi. Es la Gallura<\/em>.<\/p>\n Mientras llega su hora, la Hora, el rostro de Tonuccio<\/em> aldabea la hoguera de sus emociones, las hace bailar.<\/p>\n En medio del estruendo silencioso de la muerte, un cuadro de la Virgen del Pilar<\/em> esculpe nuestras dulzuras.<\/p>\n La dulzura heroica de Tonuccio<\/em>.<\/p>\n La dulzura sutil de un cura joven.<\/p>\n Me tender\u00e9, Se\u00f1or, con el rostro contra el suelo en la \u201cparroquia de la Asunci\u00f3n\u201d<\/em>, cuando Tonuccio<\/em> est\u00e9 contigo \u2013pienso.<\/p>\n El influjo que la Virgen del Pilar<\/em> ejerce sobre Tonuccio<\/em> parece de \u00edndole ext\u00e1tica, de pasmo, de cobijo, de estupefacci\u00f3n, se trata de un idilio esot\u00e9rico, desde 1938.<\/p>\n – La Batalla del Ebro<\/em>, \u00bfsabe?<\/p>\n – Qu\u00e9 locura. Cu\u00e1ntas llamas.<\/p>\n – Volaban los pedazos del cuerpo de los soldados.<\/p>\n Tonuccio<\/em> pod\u00eda enmugrecer su rostro y su pelo de excrementos, seguro de que mirando las \u00e1nforas de los sagrados \u00f3leos daba ya una zancada gigantesca hacia la gloria.<\/p>\n – Por esta santa unci\u00f3n\u2026 \u2013y le signaba la cruz en los pies.<\/p>\n – Por esta santa unci\u00f3n\u2026 \u2013y le signaba la cruz en las manos.<\/p>\n El rito romano del sacramento germina en el excremento de la moral.<\/p>\n Yo estudiaba la transfiguraci\u00f3n fascinante que se operaba en el aspecto de Tonuccio<\/em> y en mi interior a lo largo del d\u00eda. Salgo de su casa. Doy vueltas y m\u00e1s vueltas al gran cuadro de la Virgen del Pilar<\/em>, que preside la alcoba de los Tedde<\/em>. Apenas si balbuceo palabras bajo la luz de un mundo que se va. Al final del bosque sardo hay un arbusto y est\u00e1 en llamas.<\/p>\n Es probable que el gran cuadro de El Pilar<\/em> de Tonuccio<\/em> hubiera pendido sobre el orbe de Arag\u00f3n antes de la Batalla del Ebro<\/em>, es posible que ese h\u00e1bito taumat\u00fargico, hubiera aguardado sin tiempo en los espacios de Espa\u00f1a hasta la aparici\u00f3n del soldado italiano con quien alojarse y ganar un nuevo aposento.<\/p>\n Y ganar as\u00ed la inmanencia, a la hora, la Hora, en que Tonuccio<\/em> necesitaba trascender.<\/p>\n Pietruccia<\/em>, su mujer, miraba extasiada a Tonuccio, y Tonuccio le devolv\u00eda la mirada a Pietruccia de las heridas de una vida, inescrutables, injustas, perversas \u2013(\u00bfSabe, Franch\u00e9s<\/em>, nos llevaban a trabajar al campo atados como ganado?) que esculp\u00edan mansedumbre, perd\u00f3n, misericordia.<\/p>\n Fue en torno a la Navidad de 1970.<\/p>\n Tonuccio<\/em> iba a dar un paso m\u00e1s hacia la pobreza, hacia la desnudez, hacia el vac\u00edo\/lleno. El mismo Dios, hecho Palabra<\/em>, se iba a agachar a desatarle los cordones de las sandalias. Ese avance estaba a punto de cumplirse. Tonuccio<\/em>, casi casi un ni\u00f1o total a pesar de su edad (\u201cSi no os hac\u00e9is como ni\u00f1os\u2026 no entrar\u00e9is en el reino de los cielos\u201d) estaba ya preparado.<\/p>\n Amigo Javier, el exceso de prop\u00f3sito mata la fe. El exceso de adoctrinamiento mata la esperanza. El exceso de rito mata la caridad. Los elegidos de Dios act\u00faan sin saber c\u00f3mo ni por qu\u00e9, de manera infusa, sin justificaci\u00f3n posible. Sin prop\u00f3sito, sin rito, sin adoctrinamiento.<\/p>\n – La imagen m\u00e1s bella de ti (piu bella di te<\/em>), marido m\u00edo, es la que nunca ver\u00e9 \u2013le dec\u00eda Pietruccia<\/em>.<\/p>\n – Qui\u00e9n sabe, Pietruccia<\/em> m\u00eda, qui\u00e9n sabe \u2013le contestaba Tonuccio, entristecido de repente, augural y prof\u00e9tico.<\/p>\n Pietruccia<\/em> morir\u00eda unos meses m\u00e1s tarde.<\/p>\n Se me enrosca la madrugada del 1 de enero en el coraz\u00f3n y salgo para \u201cdecir misa\u201d en la parroquia de la Asunci\u00f3n. Me acompa\u00f1an los seis hijos de Ignazio Posadino<\/em>: Santuccio, Ignazia, Michelino, Alma, Francesca, Natalia.<\/p>\n Doy vueltas y m\u00e1s vueltas al Evangelio del d\u00eda.<\/p>\n Peque\u00f1os apocalipsis subjetivos, confundidos con el gran apocalipsis colectivo tratan de manipular al hombre contempor\u00e1neo con el advenimiento del fin del mundo. Ya lo hizo el fascismo, ya el comunismo.<\/p>\n – Entregad la autonom\u00eda de la raz\u00f3n.<\/p>\n – Entregad la autonom\u00eda de la religi\u00f3n.<\/p>\n – Entregad la autonom\u00eda del amor.<\/p>\n Avanzo hacia la sacrist\u00eda por la nave lateral de la izquierda.<\/p>\n Me saludan los Carruccio<\/em>, los de Venezia<\/em>.<\/p>\n Tambi\u00e9n los Zallu<\/em>, los De Pileri<\/em>, los Strinna<\/em>, los Buscarinu<\/em>, los Tedde<\/em>.<\/p>\n Siento que la peque\u00f1a ermita de mi vida es una fr\u00e1gil tienda de campa\u00f1a<\/em> que, pese a todo, alberga y acoge a todos, acompa\u00f1ando a la Palabra<\/em> en su viaje hacia la carne, de un Dios en su viaje hacia un hombre concreto. Hoy Tonuccio<\/em> sobre todo y su esposa Pietruccia<\/em>.<\/p>\n Quiero invitar a los sardos hoy a un nuevo y largo viaje, con la curiosidad abierta, el esp\u00edritu joven y el \u00e1nimo liberal.<\/p>\n – Cari confratelli<\/em>.<\/p>\n – Acabamos de escuchar el verso m\u00e1s maravilloso de la historia, el m\u00e1s hermoso, el que nos pone en la ra\u00edz, en el coraz\u00f3n, en el vientre y hasta en los tu\u00e9tanos de la vida.<\/p>\n Se trata de un verso escrito en griego: \u201cY el Logos<\/em> (la Palabra) se hizo carne y habit\u00f3 entre nosotros<\/em>\u201d (Jn 1,14).<\/p>\n Me mira fijamente Angelo S\u00faccu<\/em>. \u00bfQu\u00e9 habr\u00e1 sido de \u00e9l?<\/p>\n Alguna vez me vino a despedir a \u00d3lbia.<\/p>\n Me mira fijamente Patrizia Carruccio y su hermano Gianni.<\/p>\n Nos escribimos hasta el a\u00f1o 1977. A trav\u00e9s de sus cartas me pude asomar de puntillas a los canales de Venezia<\/em> y hasta \u201cver\u201d la isla de San Jorge.<\/p>\n – Ninguna aventura, absolutamente ninguna, puede compararse en su v\u00e9rtigo, en su osad\u00eda, en su maravilla, con la que San Juan nos presenta este vers\u00edculo. Aqu\u00ed est\u00e1 la aventura m\u00e1s fascinante del hombre: el viaje de la Palabra hacia la carne, el viaje de Dios hacia la historia de los hombres, el encuentro total, definitivo, entra\u00f1able \u2013hasta las mollejas\u2013 de Dios con el ser humano.<\/p>\n Pienso en Tonuccio<\/em>, que se debate entre la vida y la muerte. \u201c- Qu\u00e9 locura. Cu\u00e1ntas llamas. – Volaban los pedazos del cuerpo de los soldados\u201d.<\/p>\n – Aqu\u00ed \u2013prosigo\u2013 el escritor San Juan nos dice que en esta aventura, en este viaje de la Palabra hacia la carne, no hay billete de vuelta. Esto que Dios ha hecho: el encuentro de Dios con el hombre, la Palabra de Dios abrazando la carne del hombre, es algo absolutamente definitivo. No tiene vuelta atr\u00e1s. Dios habita en la carne humana.<\/p>\n Hermanos<\/em>: Fratelli\u2013<\/p>\n – Ya no existe la justicia, sino la salvaci\u00f3n.<\/p>\n Dios no es esto ni lo otro. Nadie sabe qu\u00e9 cosa es Dios. Ya Dios no puede ser explicado sino experimentado, sentido. Ya el alma de cada uno de nosotros no es un fin en s\u00ed misma sin compromiso en la tierra. Eso no es pol\u00edtica. Eso es caridad. Eso es compasi\u00f3n. Eso es la piedad<\/em>.<\/p>\n \u00bfY qu\u00e9 quiero decirme a m\u00ed mismo con esto?<\/p>\n Que si Dios no puede ser explicado qu\u00e9 necesidad tenemos de maestros.<\/p>\n \u00bfQu\u00e9 es un maestro ante lo inexplicable? Un poderoso m\u00e1s, un estafador, un seductor y un vanidoso.<\/p>\n Los maestros disminuyen a Dios. Los maestros filtran a Dios. Los maestros menguan a Dios. El alma es nuestra primera maestra. Jes\u00fas es el Maestro.<\/p>\n Y es tan avaro de la realidad, que no se conforma con tocarla, la agota\u201d.<\/p>\n Miro a mano izquierda, a la nave de la izquierda.<\/p>\n Las cuatro Hijas de la Caridad<\/em>, codo con codo, con los ni\u00f1os del Asilo trenzan afectos, limpian los mocos, ajustan los zapatos de fiesta.<\/p>\n – El \u201chacerse\u201d carne \u2013avanzo\u2013 no exig\u00eda todos esos tramos de la infinita escalera de la realidad normal, pero Dios avaro de la humanidad la asume toda: un embarazo pesado, un nacimiento fatigoso, una lactancia empalagosa y llena de pis, v\u00f3mitos y pa\u00f1ales sucios, un destete enfadoso, una dentici\u00f3n dolorosa con insomnios y babas\u2026\u201d.<\/p>\n La familia De Santis<\/em>, la de Tabacchi<\/em>, la de enfrente de la parroquia empieza a moverse. Me dicen que me estoy alargando.<\/p>\n – \u201cTermino, hermanos\/fratelli tutti<\/em>:<\/p>\n Si hemos tocado de alg\u00fan modo con nuestra carne esta carne de Dios, si sentimos que el templo de nuestra vida es una fr\u00e1gil tienda de campa\u00f1a<\/em>, entonces tambi\u00e9n nosotros hemos acompa\u00f1ado a la Palabra en su viaje hacia la carne. Es el momento de leer el gran libro que Dios ha escrito para nosotros. Se llama Jes\u00fas. No hay nada m\u00e1s maravilloso\u201d.<\/p>\n – Pod\u00e9is ir en paz \u2013cierro la misa.<\/p>\n Michele Possadino viene a mi encuentro: Tonuccio \u00e8 morto<\/em>.<\/p>\n – Volaban los pedazos del cuerpo de los soldados.<\/p>\n – La Batalla del Ebro<\/em>, \u00bfsabe?<\/p>\n Mis dogmas, amigo Javier, no se asientan en la inmortalidad del alma, sino \u201cen la resurrecci\u00f3n de la carne y en la vida perdurable\u201d. Mi fe se alimenta de la agon\u00eda (hasta 38 sardos a los que pude ungir con el sacramento de la unci\u00f3n), es decir de la rigurosa lucha interior, no para trabajar la aceptaci\u00f3n de la muerte, sino para que la muerte muera.<\/p>\n Aleluya, Cerde\u00f1a, aleluya<\/p>\n Aleluya, Nulvi, aleluya.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" ALELUIA, CERDE\u00d1A, ALELUIA La agon\u00eda de la vida. La agon\u00eda del amor. – Fue en la guerra de Espa\u00f1a \u2013dice. Y Tonuccio Tedde lo pronuncia con los ojos fijos en las cenizas. Es mi primera extremaunci\u00f3n. Es Cerde\u00f1a. Es Nulvi. Es la Gallura. 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