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Hoy celebramos la fiesta cristiana de la Encarnaci\u00f3n. La liturgia que celebraremos estos d\u00edas nos recordar\u00e1 el realismo de un Dios que se hace uno de nosotros para abrir sendas de liberaci\u00f3n en nuestro mundo. Los seguidores del Maestro no podemos perdernos en sensibilidades y nostalgias de un tiempo acaramelado a fuerza de una rutinaria fiesta social. Por el contrario, queremos mirar con ojos nuevos la realidad para descubrir la \u201ccarne de Cristo\u201d en la piel lacerada de nuestros hermanos y hermanas que son machacados por la injusticia, la soledad o el abandono.<\/p>\n
Vivir y creer la Encarnaci\u00f3n, celebrar la Navidad, es hacer nuestro coraz\u00f3n m\u00e1s solidario; es no mirar para otro lado; es asumir la carne de Dios-con-nosotros en la debilidad de las vidas maltrechas de las personas que encontramos por el camino; es creer, contra todo, que el futuro es de Dios-nuestra-justicia y que podemos adelantarlo en el hoy de nuestra historia.<\/p>\n
Celebraremos estos d\u00edas con la impotencia que experimentamos ante un mundo que vomita la carne de Dios que son los peque\u00f1os y empobrecidos. Los cristianos seguiremos elevando nuestra plegaria para que \u201clos cielos lluevan al justo\u201d, para que la tierra se abra y surja un mundo nuevo, diferente, que hemos de hacer posible con el esfuerzo de los hombre y mujeres de buena voluntad. Cantaremos \u201cGloria a Dios en las alturas\u201d y nuestra mente y nuestro coraz\u00f3n aqu\u00ed abajo estar\u00e1n pendientes del suelo, de la guerra, de las fronteras, de las vallas y cuchillas que impiden que, de veras, \u201cla gloria de Dios sea que el hombre viva\u201d (San Ireneo). Feliz Navidad.
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Hoy celebramos la fiesta cristiana de la Encarnaci\u00f3n. La liturgia que celebraremos estos d\u00edas nos recordar\u00e1 el realismo de un Dios que se hace uno de nosotros para abrir sendas de liberaci\u00f3n en nuestro mundo. Los seguidores del Maestro no podemos perdernos en sensibilidades y nostalgias de un tiempo acaramelado a fuerza de una rutinaria fiesta social. Por el contrario, queremos mirar con ojos nuevos la realidad para descubrir la \u201ccarne de Cristo\u201d en la piel lacerada de nuestros hermanos y hermanas que son machacados por la injusticia, la soledad o el abandono.<\/p>
Vivir y creer la Encarnaci\u00f3n, celebrar la Navidad, es hacer nuestro coraz\u00f3n m\u00e1s solidario; es no mirar para otro lado; es asumir la carne de Dios-con-nosotros en la debilidad de las vidas maltrechas de las personas que encontramos por el camino; es creer, contra todo, que el futuro es de Dios-nuestra-justicia y que podemos adelantarlo en el hoy de nuestra historia.<\/p>
Celebraremos estos d\u00edas con la impotencia que experimentamos ante un mundo que vomita la carne de Dios que son los peque\u00f1os y empobrecidos. Los cristianos seguiremos elevando nuestra plegaria para que \u201clos cielos lluevan al justo\u201d, para que la tierra se abra y surja un mundo nuevo, diferente, que hemos de hacer posible con el esfuerzo de los hombre y mujeres de buena voluntad. Cantaremos \u201cGloria a Dios en las alturas\u201d y nuestra mente y nuestro coraz\u00f3n aqu\u00ed abajo estar\u00e1n pendientes del suelo, de la guerra, de las fronteras, de las vallas y cuchillas que impiden que, de veras, \u201cla gloria de Dios sea que el hombre viva\u201d (San Ireneo). Feliz Navidad.<\/p>","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[376,337],"tags":[],"yoast_head":"\n