Querido San Juan Bosco:<\/p>\n
Espero que al recibo de esta te encuentres bien, yo bien gracias a Dios. Desde bien peque\u00f1o aprend\u00ed a caminar descalzo sobre una alfombra de textos tuyos, entresacados de las Filminas Don Bosco<\/em> que la SEI<\/em> de Madrid pon\u00eda en manos de los curas para las catequesis de los s\u00e1bados y domingos en todas las parroquias de Espa\u00f1a.<\/p>\n Con 6 a\u00f1os tuve el alma rozada por tu biograf\u00eda que ten\u00eda que leer en p\u00fablico en el sal\u00f3n parroquial de Casbas de Huesca, donde mi t\u00edo mos\u00e9n Gregorio era arcipreste y mi abuela Mam\u00e1 Nona la respetable ama de llaves de la abad\u00eda, la parroquia de San Nicol\u00e1s y el Real Monasterio Cisterciense de Nuestra Se\u00f1ora la Virgen de Gloria.<\/p>\n Llevo, pues, al ni\u00f1o que fui, y acaso al que no fui, adherido a mi mentalidad como una r\u00e9mora gustosa. Y ese ni\u00f1o, me requiere, me contamina de inocencias, curiosidad y atrevimiento, me suplanta a cada paso con una tenacidad innegociable. No s\u00e9 vivir sin esas r\u00e9plicas en miniatura de los hombres consecutivos que he sido. Aquel ni\u00f1o arrinconado en mis propias fantas\u00edas, aquel muchacho despierto e irritable enchiquerado en mis enso\u00f1aciones de seminarios, aquel jubiloso e independiente cura joven que comenz\u00f3 a desbarrar en la Universidad Gregoriana de Roma<\/em> hasta que logr\u00e9 el alt\u00edsimo galard\u00f3n de ser animado a sondear los papeles del Archivo Secreto Vaticano<\/em> de la mano de Blet, Villoslada y Batllori, que era algo as\u00ed como la Legi\u00f3n de Honor para un muchacho con sed de vida propia; con la bendici\u00f3n fabulosa de Luis Chiandotto, Antonio Javierre, Vincenzo Recchia, Virgilio Battezzati.<\/p>\n La muerte se instal\u00f3 en mi vida, llev\u00e1ndose a mis m\u00e1s queridos bien pronto y poco a poco me fue tunelando. No que quejo, lo destaco. A ti te pas\u00f3 ya desde los 2 a\u00f1os nada menos. Oye, y bastantes de los muchachos de hoy que conozco les ha pasado lo mismo. \u00bfEl padre? \u00bfY qu\u00e9 es eso? No se sabe bien de qu\u00e9 va la vida hasta que pierdes a tu padre (por enfermedad, muerte, separaci\u00f3n, huida). Pocos seres, y menos en una Congregaci\u00f3n, saben posponer el da\u00f1o de la incomprensi\u00f3n en beneficio de vivir todo a mi manera, de sufrir a mi modo, de dar y de perder. He preferido desajustarme de cualquier mundo para ajustarme a m\u00ed mismo, \u00fanica manera de serte fiel a ti y, sobre todo, a nuestro buen Dios.<\/p>\n He solido encarnar un variado surtido de vocaciones y te agradezco mucho que me hayas permitido cumplirlas de la mano de intuitivos y magn\u00e1nimos salesianos: Maximiliano Francoy, Cosme Robredo, Aureliano Laguna, Jes\u00fas Guerra y Luis Manuel Moral, por ejemplo: osado navegante, asiduo amigo, insolente apasionado \u2013pedagogo, orador y hasta pintor de brocha no tan gorda\u2013 editor ejemplar, profesor y predicador con el inc\u00f3modo aderezo de la teatralidad, heredada de un abuelo Alejandro, c\u00f3mico y mi abuela Nona<\/em>, bailarina de zarzuela y tapicera de la Real F\u00e1brica de Tapices<\/em> de Madrid. Despu\u00e9s de dejar en mis libros, cursos, conferencias el ara\u00f1azo de confidencias calidad y una valent\u00eda de bestia solitaria, el resultado ha sido una g\u00e1rgola imaginaria de la Catedral Vieja de Vitoria, la de Santa Mar\u00eda, eje vertebral de mis 12 libros de Historia de la Iglesia en el Pa\u00eds Vasco, que pocos han le\u00eddo. Nada que ver con la metaf\u00edsica espectacular y sapiente de tantos otros historiadores inexplicables, campanudos y todav\u00eda menos le\u00eddos.<\/p>\n Querido San Juan Bosco, he arrastrado elegancia y llagas de mi madre. Usos y costumbres de tif\u00f3n de mi padre. Hice de mi vida \u2013son ya 81 a\u00f1os\u2013 un recinto privado. Un espacio confesional. Una suerte de paz minoica en forma de largo exorcismo. Y a veces una calma recia en la guerra civil de mi \u00e1nimo, abierto siempre a cualquier muchacho de emociones mutiladas por su propia incultura o espanto.<\/p>\n Mira, Maestro de la juventud<\/em>, si cada vida desparejada<\/em> hace surco en la humanidad, en la sociedad, en la Iglesia, \u00bfpor qu\u00e9 raz\u00f3n no puede hacer surco en la Orden de los salesianos? A m\u00ed siempre me has gustado y mucho porque sin necesidad de regularte la vista eras capaz de ver a los muchachos invisibles que duermen en una escalera (t\u00fa dormiste de adolescente dos a\u00f1os en una escalera del Caf\u00e9 Pianta<\/em>, en Chieri), de ver a las chicas visibles que hacen la calle (supiste patear las callejuelas del barrio del Dora en Tur\u00edn), a los alcoholizados tirados en sus propias heces y vomitonas (de peque\u00f1ajo en I Becchi, te montabas a horcajadas en los hombros de Beppo y compart\u00edais libertad y ox\u00edgeno). Cu\u00e1ntas veces se lo he repetido a mis alumnos, amigos, fieles e infieles\u2026 Cada uno ve lo que lleva ya dentro. \u00bfPor qu\u00e9 se nos quiere hacer ver lo mismo, cuando tenemos ojos distintos? \u00bfPor qu\u00e9 el top ten<\/em> de cada vida desparejada<\/em> tiene que asemejarse al molde de fuera, cuando el castillo de cada noche de Reyes fue tan distinto, o el de Papa Noel, o el de San Nicol\u00e1s, o el de la Beffana<\/em>, o el de Olantxero<\/em>? Yo se lo que me digo. Y t\u00fa mejor que yo. Mira, querido San Juan Bosco, me he convertido en un furtivo de naturaleza inflamable que no acepto la estupidez. Lo siento. Me da dentera. Cuando el m\u00e9dico te dice: Don Francisco, tiene usted una cardiopat\u00eda isqu\u00e9mica. Enfermedad de tres vasos coronarios. Hay que operar a vida o muerte. Pufff. \u00bfDe qu\u00e9 sirven tantas f\u00f3rmulas, mitos, ritos, rutinas? Yo creo que un cura cat\u00f3lico ha de ser por encima de todo un sable contra todo tipo de idiotas y entiendo cualquier fanatismo no s\u00f3lo como una enfermedad de palabras, sino como un c\u00e1ncer incurable en el alma de cualquier instituci\u00f3n. Se nos propone tu Carta de Roma<\/em> como el \u201cEvangelio de Don Bosco\u201d. De todas maneras, el mundo juvenil comenzaba a ordenarse a tu alrededor con ese desorden de los hombres inconformistas que tienen por segunda piel un fuego perpetuo.<\/p>\n Me gustan tus palabras viejas, para fuegos nuevos.<\/em><\/p>\n En esa otra biblia, que es un coraz\u00f3n para amar y dos brazos abiertos para abrazar, cualquier muchacho de ayer, de hoy y de ma\u00f1ana, sab\u00eda y sabe detectar el caudal que tu tra\u00edas de \u201craz\u00f3n, religi\u00f3n y amor\u201d, pues comenzaba a ser libre con zancadas de pie fino s\u00f3lo con observarte o ser observado. En el cauce de San Agust\u00edn de \u201cAma y haz lo que quieras\u201d tus palabras viejas: \u201cHazte amar\u201d, \u201cque vean que son amados\u201d, algo empezaba a tener sentido y Valdocco<\/em> suena ya en los tugurios agrios de la noche como la revelaci\u00f3n que empezabas a ser. El misterio de tu vida hizo nido a la vez en los salones de la alta nobleza turinesa, que de la Casa Real, que de los ministros masones Cavour, Ratazzi o Siccardi, cifrando en ti, de profesi\u00f3n simp\u00e1tico, la nueva pasi\u00f3n colectiva por un hombre menudo que posaba de frente en las fotos con la algarab\u00eda de quien sabe mirar al otro como si lo amara definitivamente.<\/p>\n Oye, San Juan Bosco, pocas veces se repara en esto y quiero que me lo apuntes en mis derechos de autor, s\u00ed, en los copyright<\/em> de un mindundi<\/em> del barrio jaranero, \u201ccool\u201d y hortera de Lavapi\u00e9s en Madrid \u2013que luego vienen los bandoleros y contrabandistas de la historia y te chupan hasta el tu\u00e9tano, con tal de conquistar cualquier tablao. Gastaste una anatom\u00eda de elfo<\/em>, es decir, de hombre diminuto reci\u00e9n salido del fondo de los bosques piamonteses (creo que med\u00edas 1,65 y les insinuabas a los fot\u00f3grafos que a\u00f1adieran 10 cent\u00edmetros de nada para alcanzar cierta enjundia). Llevabas una ropilla ancha que te fragilizaba el cuerpo \u2013de por s\u00ed rocoso\u2013 y que se te evaporaba por las mangas grandes de la sotana. Tus pintores y retratistas cuidan mucho tu melena de violinista<\/em> rom\u00e1ntico influyente (en el \u201cTodo Tur\u00edn\u201d se bailaba la polka de Don Bosco<\/em>) y suicida a tu manera (no porque te tiraras por el balc\u00f3n del Casino, sino porque burlaste el \u201cbaile agarrao\u201d de unas parejas, machacando tu viol\u00edn y estamp\u00e1ndolo en plena plaza).<\/p>\n Hablabas a tu ritmo, mirabas a tu manera, sonre\u00edas siempre, aunque no te saliera y te ibas cuando era preciso. No exig\u00edas nunca complicidades, ni siquiera atenciones, como tantos disc\u00edpulos tuyos que yo he podido conocer \u00a1Ah! Y jam\u00e1s te quejaste en p\u00fablico de haber estado tantos a\u00f1os patrocinado o por el olvido, o por la tergiversaci\u00f3n, o por el desprecio y la maledicencia de los tuyos.<\/p>\n Querido San Juan Bosco<\/em>, mientras te escribo me entero de la muerte del salesiano Avelino U\u00f1a, en Oviedo, por el coronavirus, mientras seco y profundo, como un disparo, concluye el Cap\u00edtulo General 28 de los salesianos. \u201c\u00a1Qu\u00e9 lejos queda todo!\u201d \u00a1Qu\u00e9 lejos quedo yo!\u201d. Vapuleados por los miles de contagiados en Madrid, en Mil\u00e1n\u2026 se acaban las citas, las agendas, las apuestas. Siempre anduve a la b\u00fasqueda de la palabra de honor<\/em>. Me estremezco al contemplarme m\u00e1s despacio. Al frotar mis manos, me quedo perplejo. \u201c\u00bfPero estas son mis manos?\u201d. Me miro en el espejo y acaricio las arrugas de mi paisaje madrile\u00f1o y manchego, la piel tersa de mi Pa\u00eds Vasco y de mi Roma inolvidada. A lo mejor, lo mejor es marcharse con suavidad y desde otros cielos y otros suelos contemplar este mundo que nos expulsa, porque dej\u00f3 ya ser nuestro. A Dios, San Juan Bosco, Paco de Coro.<\/p>\n P.S.: Esta carta ya la publicamos en los d\u00edas cercanos a la pandemia de la COVID-19. Hoy la volvemos a publicar, con motivo de la fiesta de Don Bosco y en recuerdo sentido de los maravillosos salesianos que se llev\u00f3 la pandemia (Chema Garc\u00eda, Ivo D\u00edez, Nicol\u00e1s Hernando, Florencio Mart\u00ednez, Pedro Alejandrino, Tom\u00e1s Grande, F\u00e9lix Cant\u00f3n, Te\u00f3filo Oreja, Cayetano \u00c1lvarez, Tirso \u00c1lvarez, \u00c1ngel Neila, Maximiliano Asenjo, Pedro Garc\u00eda, Fidel Montes, Jes\u00fas Casado y Romo, Manuel Machado, Pablo Ortega, Avelino U\u00f1a, Antonio P\u00e9rez Al\u00e9n, Jos\u00e9 P\u00e9rez V\u00e1zquez y Jos\u00e9 Antonio Ba\u00f1os), sobre todo, el de nuestra casa, Chema Garc\u00eda M\u00e9ndez, amigo desde peque\u00f1ajo, en el coro de Manuel Vielva Costana ,en Salesianos Guadalajara.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Querido San Juan Bosco: Espero que al recibo de esta te encuentres bien, yo bien gracias a Dios. 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