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El Festival de Cine espa\u00f1ol de M\u00e1laga, en su reciente entrega de premios, concedi\u00f3 el premio \u201cM\u00e1laga Sur\u201d a la madrile\u00f1a Blanca Portillo por su espl\u00e9ndida trayectoria como actriz, directora y productora a lo largo de m\u00e1s de 40 a\u00f1os de trabajo.<\/p>\n
Cuando esta madrile\u00f1a de 59 a\u00f1os subi\u00f3 al escenario para recoger el premio y dirigirse al auditorio que le aplaud\u00eda de forma un\u00e1nime, sorprendi\u00f3 a todos por su atuendo informal y desali\u00f1ado: una camiseta blanca a juego con las zapatillas deportivas y unos vaqueros azules; nada de vestidos largos, escotes palabra de honor o zapatos con tacones de aguja, como prescriben para las se\u00f1oras las convenciones sociales en casos como este; recordemos si no, la reciente ceremonia de los premios Oscar en Hollywood.<\/p>\n
La actriz apost\u00f3 muy fuerte en su parlamento cuando, ante el estupor de la platea, se autodefini\u00f3 como \u201cuna mamarracha en noche de lujo y esplendor\u201d. Y las palabras que siguieron m\u00e1s su atuendo peculiar tuvieron para m\u00e1s de uno la energ\u00eda de aquellos gestos y aquellas palabras de los profetas b\u00edblicos del Antiguo Testamento: la fuerza de la autenticidad.<\/p>\n
\u201cQuiero recibir el premio como lo que soy, como persona\u201d, afirm\u00f3 de entrada la ganadora del Goya por su inolvidable interpretaci\u00f3n en \u201cMaixabel\u201d, de Ic\u00edar Bolla\u00edn, o de la mejor interpretaci\u00f3n en el festival de Cannes de 2006 por \u201cVolver\u201d, del maestro manchego Pedro Almod\u00f3var.<\/p>\n
Ahora se trataba de focalizar en su persona como ser humano que hace del arte de la interpretaci\u00f3n en teatro, cine y televisi\u00f3n, una extensi\u00f3n org\u00e1nica de su personalidad, una lucha contra su aparente falta de belleza f\u00edsica para resaltar mejor sus inmensas cualidades actorales y sus variados registros, que le permiten saltar sin red del drama a la comedia y de esta a la tragedia.<\/p>\n
\u201cLo que hace falta es amor, esfuerzo, formaci\u00f3n, capacidad de so\u00f1ar, cultura, trabajo y devoci\u00f3n\u201d, afirmaba la actriz en el estrado; y explicaba que todo eso aumentaba con los a\u00f1os y la pr\u00e1ctica, porque \u201ctodo lo dem\u00e1s se lo lleva el tiempo\u201d.<\/p>\n
Soberbio mensaje de fe y esperanza, de hondura en valores humanos por parte Blanca Portillo en un tiempo en el que campan a sus anchas la vanidad, el ego desenfrenado, el triunfo f\u00e1cil, la apariencia y el \u00e9xito medido en \u201clikes\u201d.<\/p>\n
40 a\u00f1os en los plat\u00f3s y en los escenarios han hecho de ella una de las actrices m\u00e1s solventes del panorama espa\u00f1ol y me atrevo a afirmar, del europeo. Es tal su profesionalidad que no necesita sobreactuar sino sacar a pasear su hondura y autenticidad prest\u00e1ndole a cada personaje el estilo que reclama, los modales y el registro adecuado, sin asomo de sobreactuaci\u00f3n o pose impostada. No hace falta m\u00e1s que recordar c\u00f3mo encarna a Maixabel, la dolorida y digna viuda de un pol\u00edtico vasco asesinado por ETA.<\/p>\n
\u201cLa cultura y el arte han de tener un eco en quien lo recibe y debo hacer algo para cambiar el mundo, ayudando a la gente a que piense y se sienta mejor\u201d, afirma la actriz que un d\u00eda tuvo tanto \u00e9xito con la serie televisiva \u201cSiete vidas\u201d.<\/p>\n
Al estilo de las grandes mujeres fuertes del cine actual, como la Frances McDormand de \u201cTres anuncios a las afueras\u201d o \u201cNomadland\u201d, la Portillo sabe que su oficio -su arte, digo yo- es una extensi\u00f3n org\u00e1nica de su personalidad, as\u00ed es que se presenta en el escenario o en la pantalla como una \u201ctrabajadora social que le gusta luchar y le apasiona lo que hace\u201d, como reconoc\u00eda en su discurso. Y no estamos hablando de una s\u00faper diva alejada del barullo de la plebe, sino de una mujer sincera, a veces intolerante y muy t\u00edmida -como reconoce- y siempre apasionada. Una mujer que es actriz, s\u00ed pero que es ante todo \u201cuna mujer, que prefiere el amor a la admiraci\u00f3n y las ca\u00f1as al champ\u00e1n\u201d.<\/p>\n
En una \u00e9poca de sobreactuaci\u00f3n p\u00fablica, de distorsi\u00f3n y de pol\u00e9micas interesadas con bases falsas, la altura actoral y sobre todo humana de Blanca Portillo la convierten en un referente en un pa\u00eds como el nuestro tan necesitado de valores c\u00edvicos y morales, servidos en su caso por un arte interpretativo de primera clase.<\/p>\n
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Cuando esta madrile\u00f1a de 59 a\u00f1os subi\u00f3 al escenario para recoger el premio y dirigirse al auditorio que le aplaud\u00eda de forma un\u00e1nime, sorprendi\u00f3 a todos por su atuendo informal y desali\u00f1ado: una camiseta blanca a juego con las zapatillas deportivas y unos vaqueros azules; nada de vestidos largos, escotes palabra de honor o zapatos con tacones de aguja, como prescriben para las se\u00f1oras las convenciones sociales en casos como este; recordemos si no, la reciente ceremonia de los premios Oscar en Hollywood.<\/p>
La actriz apost\u00f3 muy fuerte en su parlamento cuando, ante el estupor de la platea, se autodefini\u00f3 como \u201cuna mamarracha en noche de lujo y esplendor\u201d. Y las palabras que siguieron m\u00e1s su atuendo peculiar tuvieron para m\u00e1s de uno la energ\u00eda de aquellos gestos y aquellas palabras de los profetas b\u00edblicos del Antiguo Testamento: la fuerza de la autenticidad.<\/p>
\u201cQuiero recibir el premio como lo que soy, como persona\u201d, afirm\u00f3 de entrada la ganadora del Goya por su inolvidable interpretaci\u00f3n en \u201cMaixabel\u201d, de Ic\u00edar Bolla\u00edn, o de la mejor interpretaci\u00f3n en el festival de Cannes de 2006 por \u201cVolver\u201d, del maestro manchego Pedro Almod\u00f3var.<\/p>
Ahora se trataba de focalizar en su persona como ser humano que hace del arte de la interpretaci\u00f3n en teatro, cine y televisi\u00f3n, una extensi\u00f3n org\u00e1nica de su personalidad, una lucha contra su aparente falta de belleza f\u00edsica para resaltar mejor sus inmensas cualidades actorales y sus variados registros, que le permiten saltar sin red del drama a la comedia y de esta a la tragedia.<\/p>
\u201cLo que hace falta es amor, esfuerzo, formaci\u00f3n, capacidad de so\u00f1ar, cultura, trabajo y devoci\u00f3n\u201d, afirmaba la actriz en el estrado; y explicaba que todo eso aumentaba con los a\u00f1os y la pr\u00e1ctica, porque \u201ctodo lo dem\u00e1s se lo lleva el tiempo\u201d.<\/p>
Soberbio mensaje de fe y esperanza, de hondura en valores humanos por parte Blanca Portillo en un tiempo en el que campan a sus anchas la vanidad, el ego desenfrenado, el triunfo f\u00e1cil, la apariencia y el \u00e9xito medido en \u201clikes\u201d.<\/p>
40 a\u00f1os en los plat\u00f3s y en los escenarios han hecho de ella una de las actrices m\u00e1s solventes del panorama espa\u00f1ol y me atrevo a afirmar, del europeo. Es tal su profesionalidad que no necesita sobreactuar sino sacar a pasear su hondura y autenticidad prest\u00e1ndole a cada personaje el estilo que reclama, los modales y el registro adecuado, sin asomo de sobreactuaci\u00f3n o pose impostada. No hace falta m\u00e1s que recordar c\u00f3mo encarna a Maixabel, la dolorida y digna viuda de un pol\u00edtico vasco asesinado por ETA.<\/p>
\u201cLa cultura y el arte han de tener un eco en quien lo recibe y debo hacer algo para cambiar el mundo, ayudando a la gente a que piense y se sienta mejor\u201d, afirma la actriz que un d\u00eda tuvo tanto \u00e9xito con la serie televisiva \u201cSiete vidas\u201d.<\/p>
Al estilo de las grandes mujeres fuertes del cine actual, como la Frances McDormand de \u201cTres anuncios a las afueras\u201d o \u201cNomadland\u201d, la Portillo sabe que su oficio -su arte, digo yo- es una extensi\u00f3n org\u00e1nica de su personalidad, as\u00ed es que se presenta en el escenario o en la pantalla como una \u201ctrabajadora social que le gusta luchar y le apasiona lo que hace\u201d, como reconoc\u00eda en su discurso. Y no estamos hablando de una s\u00faper diva alejada del barullo de la plebe, sino de una mujer sincera, a veces intolerante y muy t\u00edmida -como reconoce- y siempre apasionada. Una mujer que es actriz, s\u00ed pero que es ante todo \u201cuna mujer, que prefiere el amor a la admiraci\u00f3n y las ca\u00f1as al champ\u00e1n\u201d.<\/p>
En una \u00e9poca de sobreactuaci\u00f3n p\u00fablica, de distorsi\u00f3n y de pol\u00e9micas interesadas con bases falsas, la altura actoral y sobre todo humana de Blanca Portillo la convierten en un referente en un pa\u00eds como el nuestro tan necesitado de valores c\u00edvicos y morales, servidos en su caso por un arte interpretativo de primera clase.<\/p>","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[355,337],"tags":[],"yoast_head":"\n