{"id":99033,"date":"2023-05-16T14:10:56","date_gmt":"2023-05-16T12:10:56","guid":{"rendered":"https:\/\/salesianos.info\/?p=99033"},"modified":"2023-05-16T14:11:02","modified_gmt":"2023-05-16T12:11:02","slug":"la-manta","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/salesianos.info\/blog\/la-manta\/","title":{"rendered":"La manta"},"content":{"rendered":"
[et_pb_section fb_built=\u00bb1″ _builder_version=\u00bb4.16″ global_colors_info=\u00bb{}\u00bb][et_pb_row _builder_version=\u00bb4.16″ background_size=\u00bbinitial\u00bb background_position=\u00bbtop_left\u00bb background_repeat=\u00bbrepeat\u00bb global_colors_info=\u00bb{}\u00bb][et_pb_column type=\u00bb4_4″ _builder_version=\u00bb4.16″ custom_padding=\u00bb|||\u00bb global_colors_info=\u00bb{}\u00bb custom_padding__hover=\u00bb|||\u00bb][et_pb_text _builder_version=\u00bb4.21.0″ background_size=\u00bbinitial\u00bb background_position=\u00bbtop_left\u00bb background_repeat=\u00bbrepeat\u00bb hover_enabled=\u00bb0″ global_colors_info=\u00bb{}\u00bb sticky_enabled=\u00bb0″]<\/p>\n
Soy una manta tosca y sin delirios de grandeza, pero capaz de abrigar a los humanos en sus largas noches de invierno.<\/p>\n
Un buen d\u00eda lleg\u00f3 hasta la f\u00e1brica textil un joven sacerdote y su madre. Regatearon por mi precio. Me compraron. Me apilaron junto a otras mantas en una pobre casa del barrio de Valdocco. \u00bfCu\u00e1l ser\u00eda mi destino?<\/p>\n
Mis dudas se disiparon al anochecer. Alguien llam\u00f3 a la puerta. Aparecieron varios j\u00f3venes. Ped\u00edan un poco de pan y un lugar donde cobijarse.<\/p>\n
Don Bosco, que as\u00ed se llamaba el sacerdote, les invit\u00f3 a pasar. Sus ojos brillaban de esperanza. La madre sac\u00f3 dos hogazas de pan, vino y polenta. Los reci\u00e9n llegados saciaron su hambre. Florecieron sonrisas entorno a la mesa. Al terminar la cena, Don Bosco les dirigi\u00f3 unas palabras. Con gesto amable les reparti\u00f3 mantas. Les condujo al pajar que hab\u00eda preparado para que se resguardaran del fr\u00edo de la noche.<\/p>\n
A m\u00ed me correspondi\u00f3 abrigar a un muchacho de unos quince a\u00f1os. Unos mechones de cabello asomaban bajo su gorra de trabajador. Cuando me tom\u00f3, sent\u00ed un destello de bondad en sus ojos cansados.<\/p>\n
El sacerdote se despidi\u00f3 con un amable \u201chasta ma\u00f1ana\u201d. Minutos despu\u00e9s, los j\u00f3venes estallaron en carcajadas cargadas de malicia. Planeaban marchar al amanecer robando las mantas como trofeo arrancado a la ingenuidad del sacerdote y su madre.<\/p>\n
Percib\u00ed c\u00f3mo se aceleraba el coraz\u00f3n del joven a quien ofrec\u00eda mi calor. No se atrevi\u00f3 a protestar. La noche transcurri\u00f3 entre bromas de mal gusto.<\/p>\n
Cuando los primeros rayos de sol iluminaban la ciudad, yo me hallaba con mi nuevo due\u00f1o vagando por las calles de Tur\u00edn. El resto de mozalbetes se hab\u00eda dirigido al mercado para malvender las mantas robadas. Pero \u00e9l, me extendi\u00f3 sobre la acera. Me enroll\u00f3 cuidadosamente, me at\u00f3 con una cuerdecilla y me llev\u00f3 consigo. Me alegr\u00e9: yo no era el fruto del robo que se malvende, sino un regalo que se aprecia.<\/p>\n
Semanas despu\u00e9s, acuciado por el hambre, el muchacho llam\u00f3 nuevamente a la puerta de Don Bosco. Yo iba colgada de su hombro.<\/p>\n
Se repiti\u00f3 la escena: una madre que ofrece pan y un sacerdote que se desvive en la acogida\u2026 Cuando Don Bosco le ofreci\u00f3 una manta, mi joven due\u00f1o, mostr\u00e1ndome, le dijo: \u201cGracias, pero a m\u00ed ya me regal\u00f3 esta manta hace dos meses\u2026\u201d.<\/p>\n
No hubo reproches por parte de Don Bosco, simplemente una sonrisa, un abrazo de perd\u00f3n\u2026 y una nueva oportunidad.<\/p>\n
Nota:<\/em> A\u00f1o 1847. Don Bosco comienza a acoger a j\u00f3venes sin hogar. Les prepara un lugar donde pasar la noche. Les ofrece mantas. Pero algunos marchaban al amanecer llev\u00e1ndose las mantas. (Memorias del Oratorio. D\u00e9cada 3\u00aa, n\u00ba 7).<\/em><\/strong><\/p>\n [\/et_pb_text][et_pb_button _builder_version=\u00bb4.21.0″ _module_preset=\u00bbdefault\u00bb button_text=\u00bbBolet\u00edn Salesiano\u00bb button_url=\u00bbhttps:\/\/www.salesianos.info\/boletin-salesiano\/\u00bb url_new_window=\u00bbon\u00bb custom_button=\u00bbon\u00bb button_text_size=\u00bb22px\u00bb button_text_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_bg_color=\u00bb#E02B20″ button_bg_enable_color=\u00bbon\u00bb button_border_color=\u00bb#000000″ button_icon=\u00bb9||divi||400″ button_icon_color=\u00bb#FFFFFF\u00bb button_text_shadow_style=\u00bbpreset2″ button_text_shadow_color=\u00bb#000000″ box_shadow_style=\u00bbpreset2″ box_shadow_color=\u00bb#000000″ hover_enabled=\u00bb0″ sticky_enabled=\u00bb0″][\/et_pb_button][\/et_pb_column][\/et_pb_row][\/et_pb_section]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Soy una manta tosca y sin delirios de grandeza, pero capaz de abrigar a los humanos en sus largas noches de invierno. Un buen d\u00eda lleg\u00f3 hasta la f\u00e1brica textil un joven sacerdote y su madre. Regatearon por mi precio. Me compraron. Me apilaron junto a otras mantas en una pobre casa del barrio de […]<\/p>\n","protected":false},"author":8,"featured_media":99036,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"on","_et_pb_old_content":" Soy una manta tosca y sin delirios de grandeza, pero capaz de abrigar a los humanos en sus largas noches de invierno.<\/p> Un buen d\u00eda lleg\u00f3 hasta la f\u00e1brica textil un joven sacerdote y su madre. Regatearon por mi precio. Me compraron. Me apilaron junto a otras mantas en una pobre casa del barrio de Valdocco. \u00bfCu\u00e1l ser\u00eda mi destino?<\/p> Mis dudas se disiparon al anochecer. Alguien llam\u00f3 a la puerta. Aparecieron varios j\u00f3venes. Ped\u00edan un poco de pan y un lugar donde cobijarse.<\/p> Don Bosco, que as\u00ed se llamaba el sacerdote, les invit\u00f3 a pasar. Sus ojos brillaban de esperanza. La madre sac\u00f3 dos hogazas de pan, vino y polenta. Los reci\u00e9n llegados saciaron su hambre. Florecieron sonrisas entorno a la mesa. Al terminar la cena, Don Bosco les dirigi\u00f3 unas palabras. Con gesto amable les reparti\u00f3 mantas. Les condujo al pajar que hab\u00eda preparado para que se resguardaran del fr\u00edo de la noche.<\/p> A m\u00ed me correspondi\u00f3 abrigar a un muchacho de unos quince a\u00f1os. Unos mechones de cabello asomaban bajo su gorra de trabajador. Cuando me tom\u00f3, sent\u00ed un destello de bondad en sus ojos cansados.<\/p> El sacerdote se despidi\u00f3 con un amable \u201chasta ma\u00f1ana\u201d. Minutos despu\u00e9s, los j\u00f3venes estallaron en carcajadas cargadas de malicia. Planeaban marchar al amanecer robando las mantas como trofeo arrancado a la ingenuidad del sacerdote y su madre.<\/p> Percib\u00ed c\u00f3mo se aceleraba el coraz\u00f3n del joven a quien ofrec\u00eda mi calor. No se atrevi\u00f3 a protestar. La noche transcurri\u00f3 entre bromas de mal gusto.<\/p> Cuando los primeros rayos de sol iluminaban la ciudad, yo me hallaba con mi nuevo due\u00f1o vagando por las calles de Tur\u00edn. El resto de mozalbetes se hab\u00eda dirigido al mercado para malvender las mantas robadas. Pero \u00e9l, me extendi\u00f3 sobre la acera. Me enroll\u00f3 cuidadosamente, me at\u00f3 con una cuerdecilla y me llev\u00f3 consigo. Me alegr\u00e9: yo no era el fruto del robo que se malvende, sino un regalo que se aprecia.<\/p> Semanas despu\u00e9s, acuciado por el hambre, el muchacho llam\u00f3 nuevamente a la puerta de Don Bosco. Yo iba colgada de su hombro.<\/p> Se repiti\u00f3 la escena: una madre que ofrece pan y un sacerdote que se desvive en la acogida\u2026 Cuando Don Bosco le ofreci\u00f3 una manta, mi joven due\u00f1o, mostr\u00e1ndome, le dijo: \u201cGracias, pero a m\u00ed ya me regal\u00f3 esta manta hace dos meses\u2026\u201d.<\/p> No hubo reproches por parte de Don Bosco, simplemente una sonrisa, un abrazo de perd\u00f3n\u2026 y una nueva oportunidad.<\/p> Nota:<\/em> A\u00f1o 1847. Don Bosco comienza a acoger a j\u00f3venes sin hogar. Les prepara un lugar donde pasar la noche. Les ofrece mantas. Pero algunos marchaban al amanecer llev\u00e1ndose las mantas. (Memorias del Oratorio. D\u00e9cada 3\u00aa, n\u00ba 7).<\/em><\/strong><\/p>","_et_gb_content_width":"","footnotes":""},"categories":[362,368],"tags":[],"class_list":["post-99033","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-blogs","category-las-cosas-de-don-bosco","et-doesnt-have-format-content","et_post_format-et-post-format-standard"],"yoast_head":"\n