En el curso han participado 22 jóvenes religiosos con votos temporales de diferentes congregaciones, tanto femeninas y masculinas, acompañados por dos formadores, el hermano Alejando Carbajo, claretiano y la hermana Fabiola Pente, de la Franciscanas Misioneras MM. del Divino Pastor, que han sido los dinamizadores de esta experiencia.
Experiencia intercongregacional
Junto a los cuatro jóvenes salesianos participantes en esta experiencia, José Miguel (SMX), Jose (SMX), Rubén (SMX) y Pedro (SSM), han participado religiosos y religiosas de muy diversas Congregaciones: Carmelitas Misioneras Teresianas, Franciscanas de la Purísima Concepción, Franciscanos Menores, Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell, Hermana de la Virgen María del Monte Carmelo, Misioneras de María Mediadora, Orden de Nuestra Señor de la Merced, Religiosa Capuchina de la Madre del Divino Pastor, Religiosas Filipenses de María Dolorosa, Siervas de la Pasión y Misioneras Mater Misericordie. Una preciosa representación de las diferentes congregaciones que viven y trabajan en nuestro país.
Seguimiento de Cristo
Esta experiencia formativa giró en torno a tres ejes fundamentales. El primero una profundización de temas fundamentales de la vida religiosa abordando la necesaria conciencia de la vida comunitaria y el seguimiento de Cristo a través de la vivencia de los tres votos. Se compaginaban charlas formativas con momentos de grupo.
El segundo eje formativo hizo referencia a la liturgia y los momentos de oración compartidos dejando espacio calmado y muy bien cuidado para el rezo de la Liturgia de las Horas y la celebración de la Eucaristía.
El último elemento destacable de la formación fue la convivencia intercongregacional especialmente por las noches, momento en que los participantes presentaban al grupo los carismas propios. El encuentro concluyó dedicando un día de retiro espiritual para completar la experiencia y poner todo lo vivido en manos del Señor.
La participación de los cuatro jóvenes salesianos ha sido bien valorada y ha supuesto una experiencia enriquecedora para todos ellos. En palabras de Rubén Ponce, salesiano de SMX: «Esta semana ha sido un auténtico regalo por el hecho de poder compartir con tantos jóvenes que han optado por la vida religiosa en distintos carismas. Es ahí cuando te das cuenta de que Dios llama, llama todo el tiempo sin importar ni tu cultura ni tu sensibilidad, te llama para amar a todos aquellos a su forma de entrega total. En este momento se nuestra formación poder disponer de una semana donde cambiar ritmos para reflexionar sobre las bases de nuestra opción, se hace crucial para seguir dando pasos de calidad en la entrega cotidiana». Después del trabajo pastoral del verano los cuatro jóvenes salesianos comenzarán la última etapa formativa en el Teologado de Madrid.
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